Fotograf¨ªas como bosques de neuronas
Una exposici¨®n presenta la obra de cuatro artistas contempor¨¢neos donde resuenan las aportaciones cient¨ªficas, art¨ªsticas y fotogr¨¢ficas de Santiago Ram¨®n y Cajal
En la figura de Santiago Ram¨®n y Cajal se encierran, como poco, tres personas. La preponderante es la del cient¨ªfico, padre de la neurociencia moderna; luego estar¨ªa la del dibujante, desarrollada con pasmosa destreza a medida que descifraba los secretos del cerebro (sus alumnos nunca olvidar¨ªan la impresi¨®n que causaba ver borradas las maravillosas ilustraciones que su maestro iba dibujando en la pizarra); para acabar con la faceta quiz¨¢s, m¨¢s desconocida, la de fot¨®grafo, fascinado hasta sus ¨²ltimos d¨ªas por las posibilidades que ofrec¨ªa el medio en sus distintas vertientes. Una mente renacentista, tan cient¨ªfica como art¨ªstica, cuyo legado resuena en la obra de cuatro artistas: Paula Anta, Linarejos Moreno, Ana P¨¦rez Pereda y Miguel ?ngel Tornero.
La exposici¨®n Conexiones. Di¨¢logos en torno al legado de Ram¨®n y Cajal re¨²ne la obra de estos artistas en una de las salas del Museo L¨¢zaro Galdiano. Se presenta como cierre a la programaci¨®n de PhotoEspa?a 2023, una propuesta fresca y arriesgada que supone un acercamiento a la relaciones contempor¨¢neas entre el arte y la ciencia, a partir de la obra del c¨¦lebre cient¨ªfico. El que fuera descubridor de la morfolog¨ªa y las conexiones entre las c¨¦lulas nerviosas, Premio Nobel en Fisiolog¨ªa y Medicina en 1906, ¡°mantuvo una relaci¨®n muy directa con las artes¡±, tal y como explica a Babelia Miguel Cereceda, comisario de la muestra. ¡°Indag¨® mucho sobre los diversos procedimientos de revelado de fotograf¨ªa. El proceso del colodi¨®n h¨²medo le fascinaba. A lo largo de los a?os fue perfeccionando su pr¨¢ctica fotogr¨¢fica ya que se servir¨ªa de la fotograf¨ªa microsc¨®pica para desarrollar sus estudios anat¨®micos de la neuronas. Investigaciones que acompa?aba de los dibujos que realizaba desde el microscopio¡±, a?ade el comisario. As¨ª, la muestra incluye dos peque?os paisajes al ¨®leo que contribuyen a afianzar la intenci¨®n art¨ªstica que siempre acompa?¨® al investigador, junto a una peque?a selecci¨®n de su archivo fotogr¨¢fico, compuesto tanto de fotograf¨ªa cient¨ªfica como art¨ªstica y familiar. Entre 1901 y 1926, el autor public¨® 16 art¨ªculos relacionados con la reproducci¨®n en color y la morfolog¨ªa de las emulsiones, as¨ª como una monograf¨ªa, Fotograf¨ªa de los Colores. Bases cient¨ªficas y reglas pr¨¢cticas.
Los paisajes bordados de Ana P¨¦rez Pereda (Madrid, 1967) adentran al visitante en la exposici¨®n. Se trata de una serie de fotograf¨ªas intervenidas mediante cosidos geom¨¦tricos que trazan la trayectoria de una ¨®rbita vista desde la Tierra y en cuyas puntadas queda impl¨ªcita la formaci¨®n de la artista como escultora acostumbrada a intervenir el espacio, as¨ª como su intenci¨®n de repensar el entorno en relaci¨®n con el tiempo y en busca de memorias. L¨ªneas trazadas con hilos que denomina ¡°hiliondas¡±, cuyo trazo establece un paralelismo con el entramado neuronal. ¡°La obra est¨¢ relacionada con la astronom¨ªa, concretamente con los sat¨¦lites de J¨²piter¡±, explica la autora, mientras se?ala una pieza que tiene como fondo una fotograf¨ªa tomada en las minas de hierro en desuso de Ojos Negros, Teruel, en la cual los estratos del terreno est¨¢n atravesado por sinuosos cosidos en un intento de unir las capas de la tierra con las del firmamento, las capas geol¨®gicas con las astron¨®micas. Como tambi¨¦n hablan del tiempo, de repensar los lugares y de la necesidad de identificarse con el entorno, los bosques de chopos que dan forma a unas piezas de menor formato. ¡°En las ¨®rbitas todo es continuo¡±, apunta P¨¦rez Pereda. ¡°Uno no puede ver el recorrido de un planeta a simple vista pero la fotograf¨ªa permite ir viendo ese recorrido lineal. Me interesa mucho la idea de la secuencia, introducirla en el bosque e ir meti¨¦ndome detr¨¢s de cada ¨¢rbol para trabajar el espacio en el papel¡±.
A Miguel ?ngel Tornero (Baeza, Ja¨¦n, 1978) la ciudad le sirve como excusa para explorar los procesos creativos. De ah¨ª que haya dado forma a unos collages digitales realizados aprovechando el error de un programa de inteligencia artificial. Programas pensados para componer panor¨¢micas fotogr¨¢ficas, que el autor descarga de Internet y alimenta con las im¨¢genes que ha ido tomando en Madrid, Roma y Berl¨ªn. Son fotograf¨ªas de una naturaleza distinta a la que el programa espera. Para construir una panor¨¢mica perfecta necesitar¨ªa im¨¢genes correlativas con una l¨ªnea del horizonte com¨²n y otras coordenadas previsibles. ¡°Es entonces cuando se produce un descontrol, el equivalente a un lapsus cerebral o neuronal, entre la orden que le doy al ordenador y como este la interpreta a su libre albedr¨ªo¡±, explica el autor. ¡°Desconozco los par¨¢metros de corte y uni¨®n que utiliza el programa, por lo que la regla del juego consiste en aceptar lo que te devuelve el ordenador: una suerte de cocktail-collage improvisado, compuesto al libre albedr¨ªo de la m¨¢quina o, m¨¢s concretamente de sus par¨¢metros de corta y pega, de su inteligencia, sus limitadas conexiones neuronales¡±, destaca el autor. ¡°El reto de la/s inteligencia/s artificiales tiene que ver en buena parte con replicar estas estructuras, en crear otra suerte de cerebro, en replicar la inteligencia natural¡±.
Las fotograf¨ªas componen una especie de friso en el que se contaminan unas a otras. As¨ª, en cada imagen est¨¢n condensadas de tres a cinco im¨¢genes. ¡°Tienen que ver con el collage dada¨ªsta, con la po¨¦tica del error o la expresi¨®n de un fallo; con la idea del fot¨®grafo de calle que lleva la c¨¢mara siempre a cuestas enfrentado al fallo tecnol¨®gico o glitch¡±. En su deambular por las calles, el fot¨®grafo tiene solo una intenci¨®n clara: fotografiar sin saber exactamente por qu¨¦. Decidir lo menos posible para salirse de lo aprendido. ¡°Pienso en el imaginario de un bebe. En una serie de retazos y sensaciones que est¨¢n por configurar y que son necesarios para descifrar el mundo¡±.
La obra de Linarejos Moreno (Madrid 1974) introduce la alteridad de lo humano dentro del lenguaje cient¨ªfico y t¨¦cnico. En esta ocasi¨®n presenta una instalaci¨®n compuesta por dos piezas. Una de ellas recupera una obra de 2009 (perteneciente a la serie Tejiendo los restos del naufragio, realizada a partir de los restos de una f¨¢brica en desuso y los documentos encontrados all¨ª sobre los experimentos de Nikola Tesla). Muestra un rayo el¨¦ctrico impreso sobre una arpillera en el que se aprecian las reminiscencia visuales de la segunda pieza; una arpillera que lleva impresa uno de los dibujos de Ram¨®n y Cajal titulada Mariposas del alma, (t¨¦rmino con el que el cient¨ªfico se refer¨ªa a las neuronas piramidales). Ambas piezas se basan en documentos cient¨ªficos y se expanden al espacio expositivo mediante hilos, y otros artefactos, con la intenci¨®n de prologarse m¨¢s all¨¢ de su bidimensionalidad, e incorporar un componente humano que alude a un tema que subyace la obra del investigador: la consciencia, qu¨¦ somos como seres humanos. As¨ª, si bien una de las piezas nos habla del alma, la otra echa mano de la arqueolog¨ªa del subconsciente, mediante artilugios que encapsulan objetos como un zapato de tac¨®n castrado, o un v¨ªdeo sacado de la antigua f¨¢brica, que muestra el caer de un viscoso liquido lubrificante entre un conjunto de piezas met¨¢licas. Elementos tan org¨¢nicos como industriales cuyo componente surrealista conecta con el subconsciente,. ¡°Se produce una tensi¨®n entre ellos que alude a la parte m¨¢s humana del ser, aquella que no controlamos¡±, apunta la artista.
La obra de Moreno dialoga con la de Paula Anta (Madrid, 1977). La artista presenta Nudos: Topolog¨ªas de la memoria. Realizada en 2019, la serie se compone de im¨¢genes fotogr¨¢ficas de c¨²mulos de maleza sobre luminosos y llamativos fondos dorados. Una reflexi¨®n sobre la naturaleza y las leyes aparentemente ca¨®ticas que la rigen que sirven para establecer una relaci¨®n directa con las conexiones neuronales. Aluden el orden universal al que ambas se someten. Mara?as vegetales que ¡°llevan al espectador a un estadio superior, atemporal y sagrado¡±, tal y como las describe la autora y completan la muestra. Una amalgama que habla de naturalezas dispares, de lo que ocurre cuando el rigor de la ciencia se une a la sensibilidad del artista.
¡®Conexiones. Di¨¢logos en torno al legado de Ram¨®n y Cajal. Paula Anta, Linarejos Moreno, Ana P¨¦rez Pereda y Miguel ?ngel Tornero¡¯. Museo L¨¢zaro Galdiano. Madrid. Hasta el 28 de enero de 2024.
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