Charles Mingus: 100 a?os del gran volc¨¢n del jazz
Compositor inmenso, el m¨²sico celebrar¨ªa este a?o un siglo de su nacimiento. Una caja de sus grabaciones de los setenta y la reedici¨®n de sus memorias conmemoran el aniversario
El grandioso espect¨¢culo de un volc¨¢n de emociones. Escuchar la m¨²sica de Charles Mingus, uno de los mejores m¨²sicos de jazz de todos los tiempos, es como contemplar un volc¨¢n en todas sus posibilidades. A veces, ese grandull¨®n de mirada profunda, rostro p¨¦treo y pelos asilvestrados, con el puro en la boca echando humo, transmite una calma magn¨¦tica, propia de esconder misterios indescifrables. Otras, esa monta?a, bajo una tensi¨®n impresionante, se muestra a punto de estallar. Y, otras tantas, el fen¨®meno de la naturaleza revienta sin compasi¨®n, en un jolgorio de lava, gases y cenizas, toda una erupci¨®n musical al alcance de muy pocos. De una forma u otra, el impetuoso Mingus, contrabajista, pianista, compositor y director de orquesta, siempre busc¨® traspasar los l¨ªmites.
Este a?o se conmemora un siglo del nacimiento de este m¨²sico, fallecido a los 56 a?os, en 1979. Por encima de todo, se distingui¨® como un compositor inmenso. Reconocido en los c¨ªrculos m¨¢s eruditos, cabe se?alar que Mingus no goza de la popularidad de otros colosos del jazz, como su admirado Charlie Parker, Miles Davis, John Coltrane, Louis Armstrong o incluso Duke Ellington, una de sus m¨¢s tempranas y decisivas influencias.
Aunque admirado por colegas y cr¨ªticos, la historiograf¨ªa oficial no ha terminado de ser justa con su legado, una obra apasionante, bella y rica, pura raza negra por librarse del adoctrinamiento blanco y en lucha constante contra los convencionalismos y la comercializaci¨®n del arte. Pese a todo, su nombre se puede incluir junto al de los m¨¢s grandes compositores de la historia de la m¨²sica popular estadounidense, un creador insaciable y rompedor que, impulsado por un coraz¨®n primitivo y una cabeza privilegiada, agrand¨® horizontes y se mantuvo fiel a s¨ª mismo hasta el final, tal y como se puede apreciar en el ¨²ltimo lanzamiento discogr¨¢fico bajo su firma, uno de los m¨¢s destacados de este 2023 que expira.
Para conmemorar estos 100 a?os de su nacimiento, Warner Music ha reeditado en una lustrosa caja en formato vinilo y ced¨¦ ¡ªChanges: The Complete 1970¡äs Atlantic Recordings¡ª todos sus ¨¢lbumes publicados en la d¨¦cada de los setenta en Atlantic Records, cuando, decepcionado por su paso por Impulse!, donde hizo obras maestras como The Black Saint and the Sinner Lady (1963) o Mingus, Mingus, Mingus, Mingus, Mingus (1964), regres¨® a uno de los sellos en los que, con otras obras sublimes como Pithecanthropus Erectus (1954) o Blues & Roots (1959), cultiv¨® su imagen de enfant terrible de los cincuenta, la ¨¦poca dorada del bebop, como un artista apasionado entre las controversias y las rivalidades.
Abruma y cautiva adentrarse en una carrera tan magna como la de este ser de hambre art¨ªstica voraz. Y m¨¢s pensar que, en el fondo, Mingus muri¨® relativamente joven, a los 56 a?os, v¨ªctima de ELA cuando buscaba un tratamiento alternativo para la enfermedad en M¨¦xico. De la caja de sus ¨²ltimos a?os en Atlantic, se recogen los dos discos ¨²ltimos editados tras su muerte, Me, Myself an Eye y Something Like a Bird, formado por unas sesiones de grabaci¨®n que hizo desde una silla de ruedas y pensadas en su mayor¨ªa para una colaboraci¨®n con Joni Mitchell. Ese era Mingus, una fiera indomable que siempre busc¨® y hall¨®.
Esta fase final de su carrera, que la caja recoge en siete ¨¢lbumes entre 1973 y 1979, est¨¢ repleta de hallazgos, como en Cumbia & Jazz (1977), en el que el calypso se mezcla con el hard-bop o el g¨®spel. Con una educaci¨®n de conservatorio en fundamentos de cl¨¢sica donde empez¨® con el tromb¨®n, ¨¦l dec¨ªa que su m¨²sica proced¨ªa de la iglesia. A decir verdad, hab¨ªa siempre en ella esa pulsi¨®n espiritual, arcaica e incluso celebrativa de la comunidad afroamericana, pero la elevaba con su gran conocimiento del jazz y la m¨²sica cl¨¢sica europea. Pod¨ªa hablar en los mismos t¨¦rminos de Bach o Debussy como de Freddie Webster o Art Tatum.
As¨ª, los hallazgos m¨¢s impresionantes que se encuentran en esta caja est¨¢n en los discos Mingus Moves (1973), Changes One (1973) y Changes Two (1974). Tres obras muy distintas entre s¨ª y que, por sus texturas instrumentales, tonalidades abrasivas y vibrantes registros emocionales, hoy ser¨ªan un hito para cualquier jazzman de primer nivel. M¨²sico controvertido, incapaz de dejar indiferente, Mingus lleg¨® al mundo en un pueblo de Arizona, aunque creci¨® en Watts, uno de los barrios m¨¢s conflictivos de Los ?ngeles. Su biograf¨ªa es la de un hombre hecho a s¨ª mismo, como bien se cuenta en sus memorias, Menos que un perro, descatalogadas desde hace a?os en castellano y reeditadas ahora por Libros del Kultrum, en una versi¨®n ampliada y revisada con tres textos in¨¦ditos, con un pr¨®logo del trompetista Richard Williams, que toc¨® con Mingus desde finales de los cincuenta.
Publicadas originalmente en 1971 y escritas en tercera persona, el m¨²sico no ofrece en ellas una biograf¨ªa al uso, sino que relata las batallas ganadas y perdidas del ¡°pobre chico Mingus¡±, dejando atr¨¢s las an¨¦cdotas musicales y los logros art¨ªsticos y adentr¨¢ndose en la psicolog¨ªa de un superviviente que lleg¨® a ejercer de chulo de barrio con prostitutas y dejar la m¨²sica por trabajar en Correos, un oficio que le agradaba y por el que no ten¨ªa que pelear contra los tejemanejes del negocio discogr¨¢fico que siempre denunci¨®. ¡°El jazz no es una profesi¨®n. Es pura extorsi¨®n¡±, sentenci¨®. Los numerosos pasajes de vivencias del inframundo y sexuales comparten espacio con los maltratos de su padre y las denuncias raciales. Su piel negra le dio problemas ya no s¨®lo con los blancos, sino tambi¨¦n en el gueto, porque era demasiado clara debido a antepasados chinos y brit¨¢nicos.
El libro exige al lector desprenderse de las ideas preconcebidas sobre su autor, como ¨¦l mismo hac¨ªa con su m¨²sica. Mingus, que acab¨® cansado y desilusionado del negocio y que no cre¨ªa en las buenaventuras del free jazz, era siempre intr¨¦pido e incansablemente independiente. Un artista que pod¨ªa calmar y seducir e, inmediatamente despu¨¦s, zarandear y abofetear. Una convulsi¨®n impredecible. ¡°El arte s¨®lo representa la vida de un individuo¡±, dijo en 1971 en una entrevista. Ese individuo era una fuerza de la naturaleza que represent¨® un espect¨¢culo irrepetible: un volc¨¢n de jazz.
'Changes: The Complete 1970¡¯s Atlantic Recordings'
Menos que un perro. El mundo que compuse¡¯
Libros del Kultrum, 2023
383 p¨¢ginas. 24 euros.
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