Ferrater Mora, Zambrano, Barea: los exilios cabalgan
Las cartas entre Jos¨¦ Ferrater Mora y Mar¨ªa Zambrano o el retrato de Arturo Barea escrito por Coradino Vega dan a conocer c¨®mo resucitaron estos autores expatriados a la vida intelectual y profesional
Si el viajero una noche de invierno decidiese escribir un libro sobre el exilio espa?ol de 1939¡ lo dejar¨ªa correr a la ma?ana siguiente. Ser¨ªa tan abrumador el tsunami de estudios, reediciones y monograf¨ªas de los ¨²ltimos veinte o treinta a?os que tras la primera b¨²squeda en Google desistir¨ªa por impotencia y saturaci¨®n. Dicho de otra manera: ha costado mucho tiempo, quiz¨¢ el tiempo generacional lento que llevan los estudios culturales, pero la cartograf¨ªa del exilio disponible hoy es uno de los grandes logros de la historia cultural reciente en Espa?a (en sus distintas lenguas), aunque siga habiendo sonsonetes quejumbros aqu¨ª y all¨¢. La paleta de colores se ha ampliado radicalmente para incorporar sin culpa la inagotable diversidad de experiencias de centenares de personajes ¡ªpintores, arquitectos, m¨²sicos, cineastas, periodistas, profesores, poetas, escritores¡ª que vivieron con distinto ¨¢nimo, fortuna y aptitudes sus distintos exilios.
Nadie dir¨ªa que podr¨ªamos o¨ªr a una Mar¨ªa Zambrano chispeante, coqueta, sentimental, tristona, deprimida e hiperexcitada, sucesiva e intermitentemente, en los a?os cuarenta y cincuenta en su correspondencia cruzada con otro exiliado, Jos¨¦ Ferrater Mora, pero es que el exilio propici¨® vidas raras, vidas inventadas, vidas rotas y vidas fecundas como casi todas las vidas, sean o no hijas de una derrota militar sangrienta y criminal. Pero se conocieron en los primeros d¨ªas de sus exilios en Cuba, y desde entonces se siguieron sin cesar (o cesaron las cartas poco despu¨¦s de la muerte de la mujer de Ferrater Mora, en 1962) para saber sus cosas, anunciarse ideas, compartir aprensiones o comentar con una gozosa complicidad sus respectivos libros, carencias y alegr¨ªas. Les dio tiempo hasta para asombrarse desde lejos de lo que pasaba en Cuba en 1959¡
Las primeras 50 p¨¢ginas del libro, obra del editor del epistolario, Miquel Osset, permiten conocer al detalle el modo en el que ambos resucitaron a la vida intelectual y profesional, o incluso a la vida sin m¨¢s, reci¨¦n llegados y cada uno a su manera. Zambrano busc¨® cobijo en conferencias, cursos universitarios y alg¨²n libro para recalar finalmente en Roma con su hermana y ya separada de su marido; Ferrater Mora se meti¨® en un Diccionario de filosof¨ªa y algunos ensayos pero en seguida encontr¨® en la colonia de catalanes de Chile un refugio transitorio hasta que lo acogi¨® la mejor filolog¨ªa espa?ola (Am¨¦rico Castro o Pedro Salinas) en tierras estadounidenses. Los dos encontraron tiempo para hablarse en largas cartas con una voluntad de comprensi¨®n que a menudo emociona por la transparencia con la que se juzgan, se orientan, se critican y se admiran: ella siempre algo m¨¢s sentimental (muy poco), y ¨¦l algo m¨¢s solemne o envarado (muy poco), pero ambos con r¨¢fagas trepidantes de entusiasmo por saber de los libros y afanes del otro. Conmociona leer a Ferrater Mora instando a su amiga a escribir en libertad y sin vigilancias, sin miedo a s¨ª misma y a su discurrir interior (¡°ya no pienso en el libro, no s¨¦ qu¨¦ ser¨¢, no me preocupa ni la forma ni la estructura, ni la ¡®forma de expresarlo¡±, ¡°escribo para enterarme yo misma, para enterarme de lo que llevo dentro y que no se quiere seguir estando as¨ª ya m¨¢s¡±). Y conmociona tambi¨¦n escuchar a Zambrano prendida de su vieja fe de ni?a educada en la religi¨®n cat¨®lica como descoloca que sepa tan de primera mano que la muerte de Ortega y Gasset en 1955 es inminente, apenas unos d¨ªas antes, para descubrir encima que sus diferencias con el maestro las neutraliza la muerte: ¡°Se me hab¨ªa olvidado que lo quer¨ªa tanto¡±.
Leer por fin a tantos de los exiliados mayores y menores en sus palabras directas, en cartas y diarios pulcramente editados, ha conseguido otra cosa a¨²n: hacerlos parte de la experiencia inmediata y vivencial de quienes hoy vuelven a ellos con el genuino impulso del descubrimiento y la admiraci¨®n literaria. A Coradino Vega, se le ha metido Arturo Barea y su exilio brit¨¢nico en la vida sentimental e intelectual de manera tan inextricable que el ensayo biogr¨¢fico y reflexivo sobre el autor de La forja de un rebelde se trueca en ensayo de an¨¢lisis sobre las relaciones de la Transici¨®n con el exilio y las carencias de ese rescate. No es extra?o que la urgencia reivindicativa le asalte a cada paso cuando revisa y relee las p¨¢ginas de esa trilog¨ªa, sus cuentos y el cerca de mil colaboraciones en la BBC para Am¨¦rica Latina, todo editado con exquisito cuidado en los ¨²ltimos a?os por diversos expertos. La infancia de Coradino Vega en un lugar tan singular (y tan bien contado) como Minas de R¨ªotinto (Huelva) parece favorecer un enfoque ¨²nico para leer la extraterritorialidad o la marginalidad de Barea. El cuerpo no le ha pedido un estudio o una biograf¨ªa convencional sino el relato a dos voces de su propia vida trenzada con la de un escritor que solo pudo ser escritor en las angustias y apremios del exilio, cerca de Londres, y tras conocer a Ilsa, la mujer que le dar¨ªa la confianza y la seguridad para escribir a empujones de ¡°espa?ol muy espa?ol¡± sus or¨ªgenes sociales pobres y su dif¨ªcil prosperidad posterior. Que el relato se decante un tanto exageradamente por el elogio desatado del escritor no es un defecto del libro sino la condici¨®n de necesidad para que exista esta semblanza entreverada de autobiograf¨ªa anal¨ªtica. La intuici¨®n de ¡°no sentirse part¨ªcipe de ning¨²n grupo¡± est¨¢ en su ra¨ªz, y en buena medida acabar¨ªa siendo esa la experiencia de los exiliados a lo largo de un tiempo largo tan imprevisible como interminable.
Epistolario. 1944-1977
Edici¨®n de Miquel Osset
Renacimiento, 2023
183 p¨¢ginas. 17 euros
Arturo Barea. Retrato de un temperamento
Zut Ediciones, 2023
136 p¨¢ginas. 14 euros
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