La expansi¨®n del virus del revisionismo hist¨®rico
Los grandes historiadores espa?oles alertan de la influencia medi¨¢tica y pol¨ªtica de autores que replican tesis franquistas ante una sociedad que no ha sido suficientemente vacunada en la escuela
¡ª¡°Unos se?ores ped¨ªan disgregar Espa?a; otros quer¨ªan una revoluci¨®n, todos quer¨ªan destruir la cultura cristiana. Y eso fue por lo que se luch¨® en la guerra [civil espa?ola]. Unos a favor y otros para impedirlo y ganaron los que lo impidieron. Eso fue lo que permiti¨® que Espa?a volviera a ser un pa¨ªs unido y pr¨®spero¡±.
¡ª¡°No hubo ni un solo dem¨®crata en las c¨¢rceles de Franco¡±.
¡ª¡°La democracia viene del franquismo y todas las amenazas a ella vienen del antifranquismo¡±.
¡ª¡°?Cu¨¢l era la raz¨®n de la colaboraci¨®n con la banda terrorista? La afinidad ideol¨®gica de fondo entre el...
¡ª¡°Unos se?ores ped¨ªan disgregar Espa?a; otros quer¨ªan una revoluci¨®n, todos quer¨ªan destruir la cultura cristiana. Y eso fue por lo que se luch¨® en la guerra [civil espa?ola]. Unos a favor y otros para impedirlo y ganaron los que lo impidieron. Eso fue lo que permiti¨® que Espa?a volviera a ser un pa¨ªs unido y pr¨®spero¡±.
¡ª¡°No hubo ni un solo dem¨®crata en las c¨¢rceles de Franco¡±.
¡ª¡°La democracia viene del franquismo y todas las amenazas a ella vienen del antifranquismo¡±.
¡ª¡°?Cu¨¢l era la raz¨®n de la colaboraci¨®n con la banda terrorista? La afinidad ideol¨®gica de fondo entre el PSOE y ETA, algo evidente. El PSOE y la ETA eran y son partidos socialistas, radicalmente antifranquistas, partidarios de leyes de memoria, de g¨¦nero etc.¡±.
El autor de estas afirmaciones, P¨ªo Moa, paradigma del llamado revisionismo hist¨®rico, ha vendido decenas de miles de libros. En 38 a?os ha escrito m¨¢s de 40. En 2006 public¨® cinco. En 2007, otros cuatro. Es tan prol¨ªfico que los t¨ªtulos, a menudo, se parecen, como ocurre con Adi¨®s a un tiempo (2023) y De un tiempo y de un pa¨ªs (2002) o El derrumbe de la II Rep¨²blica y la Guerra Civil (2001); 1936, el asalto final a la Rep¨²blica (2005) y La Rep¨²blica que acab¨® en Guerra Civil (2006). Adem¨¢s de ese frenes¨ª editorial, Moa, exmiembro de los GRAPO, dispone de un blog, un espacio semanal en una emisora de radio, es asiduo a los productos televisivos predilectos de la extrema derecha y ha sido convocado para dar charlas en bibliotecas p¨²blicas por concejales de Vox, partido que tambi¨¦n le invit¨® a una conferencia en Catalu?a y que replica sus tesis. ¡°Este es el peor Gobierno en 80 a?os¡±, lleg¨® a declarar su l¨ªder, Santiago Abascal, en el Congreso de los Diputados: literalmente, con Franco viv¨ªamos mejor. La asociaci¨®n Pie en pared, de la que forman parte, entre otros, Juan Carlos Girauta y Marcos de Quinto (exmiembros de Ciudadanos), Esperanza Aguirre, del PP, y Alejo Vidal-Quadras (fundador de Vox), tambi¨¦n lo incluy¨® en una charla titulada ¡°El negacionismo hist¨®rico del PSOE¡±, celebrada, en este caso, en una universidad, la San Pablo-CEU.
¡°Para hacer la biograf¨ªa de Franco o El holocausto espa?ol¡±, recuerda el hispanista Paul Preston, ¡°invert¨ª m¨¢s de 10 a?os de investigaci¨®n. De hecho, segu¨ª a?adiendo informaci¨®n en a?os posteriores. Y como yo, Juli¨¢n Casanova, Enrique Moradiellos, ?ngel Vi?as¡ en fin, todos los historiadores serios¡±. A todos ellos y alguno m¨¢s, les dedic¨® tambi¨¦n Moa uno de sus libros, Galer¨ªa de charlatanes (2022). Cuando Casanova, catedr¨¢tico de historia contempor¨¢nea, lament¨®, en un art¨ªculo en EL PA?S, que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hubiese recurrido a Moa, ¡°que no es un historiador¡±, para ¡°contrarrestar los ¡®mitos¡¯ de los historiadores a los que nunca tuvo necesidad de leer¡±, el aludido contest¨®: ¡°En 2002, Aznar y su partido de se?oritos se permitieron condenar el alzamiento del 18 de julio que libr¨® a Espa?a de la disgregaci¨®n y la sovietizaci¨®n. Lo cual demuestra que, contra lo que dice Casanova, Aznar s¨ª ley¨® la bazofia historiogr¨¢fica de los memoriadores y, lo que es peor, se la trag¨® entera¡±.
El primer presidente del PP hab¨ªa confesado que entre sus lecturas estaba Los mitos de la Guerra Civil, el gran pelotazo de Moa. Esfera de los Libros lo reedit¨® el a?o pasado. La nota promocional asegura que es ¡°una de las obras de historia m¨¢s vendidas en los ¨²ltimos a?os, con 53 ediciones y m¨¢s de 300.000 ejemplares¡±. Su traducci¨®n al franc¨¦s y una pol¨¦mica entrevista con el autor en Le Figaro provocaron gran revuelo y la protesta de periodistas del propio diario. El peri¨®dico lleg¨® a asumir en un v¨ªdeo la tesis de Moa por la cual fueron los socialistas quienes empezaron la Guerra Civil. Francia se escandalizaba por algo que en Espa?a suced¨ªa cualquier s¨¢bado por la ma?ana, cuando Moa colabora en la radio.
Se les llama revisionistas, pero los expertos entrevistados para este reportaje, autores todos ellos de obras de referencia sobre la Guerra Civil y la dictadura, alertan del mal uso del t¨¦rmino. ¡°Llamarles eso¡±, afirma Preston, ¡°es darles una seriedad de la que carecen. Lo que hace el historiador es revisar continuamente su trabajo. Ellos son m¨¢s bien propagandistas. Lanzan afirmaciones sensacionalistas con fines comerciales y pol¨ªticos. Hay gente a la que todav¨ªa le disgusta que se hable mal de Franco y eso ocurre porque la dictadura fue un lavado de cerebro de 40 a?os. Pero todos estos libros que blanquean el franquismo niegan lo que ya es una verdad irrefutable. Hay investigaciones muy serias sobre la represi¨®n franquista en cada pueblo, ciudad y provincia. Decir que eso no existi¨® o que no fue para tanto es insultante. Y no solo para los investigadores que han hecho de eso el trabajo de una vida, sino para los familiares de las v¨ªctimas¡±.
¡°Una cosa¡±, a?ade Casanova, ¡°es la revisi¨®n y otra muy distinta el revisionismo, que es una enfermedad dentro de la historiograf¨ªa¡±. ¡°El pasado¡±, recuerda ?ngel Vi?as, ¡°es inconmensurable. No existe. Lo que hace el historiador es acercarse con una linterna y alumbrar los archivos, las fuentes que te sirven para explicar por qu¨¦ pas¨® lo que pas¨®. Pero a esta gente no le interesan los documentos, las fuentes, la investigaci¨®n... solo tiene opini¨®n¡±.
El fen¨®meno crece, gracias o paralelamente a la presencia de Vox. ¡°El revisionismo¡±, prosigue Casanova, ¡°es una traslaci¨®n de lo que pasa en la pol¨ªtica a la historiograf¨ªa. Antes era al rev¨¦s: se usaba pol¨ªticamente la historia. Todo esto empez¨® cuando publicamos El pasado oculto [una de las primeras grandes obras sobre la represi¨®n franquista], creci¨® a ra¨ªz de la apertura de fosas y las leyes de memoria y ahora coincide con un auge generalizado de la extrema derecha¡±. Vi?as coincide: ¡°El revisionismo es causa de la polarizaci¨®n y a su vez hace que aumente¡±. En Alemania, recuerdan, negar el Holocausto es un delito y se lleva a chavales de institutos a visitar campos de concentraci¨®n para que conozcan su historia. La educaci¨®n, comparten los historiadores, es la vacuna contra ese virus revisionista que carcome el conocimiento, ya que permite desmontar prejuicios y construir ciudadanos con esp¨ªritu cr¨ªtico. Hoy, recuerda el catedr¨¢tico de ciencia pol¨ªtica, soci¨®logo e historiador Alberto Reig, ¡°en las protestas frente a la sede del PSOE en Ferraz se ve a chavales cantar el Cara al sol y gritar ¡®?Viva Franco!¡±.
Parece un negocio rentable. La editorial Actas, fundada en 1990, se presenta como ¡°un proyecto cultural necesario¡± contra ¡°la historia oficial¡± en una ¡°Espa?a revanchista¡±. Uno de sus ¨²ltimos lanzamientos es La represi¨®n de la posguerra, del periodista Miguel Plat¨®n, muy recomendado por Moa ¡ª¡°acaba con las falsedades sobre las cifras de ejecuciones y la supuesta arbitrariedad de los juicios¡±¡ª; por Andr¨¦s Trapiello en El Mundo y en la web de la Fundaci¨®n Nacional Francisco Franco, que reproduce a menudo las tesis del autor. Hoy se pueden consultar, seg¨²n recuerda el historiador Gutmaro G¨®mez Bravo, m¨¢s de medio mill¨®n de consejos de guerra. El estudio de Plat¨®n, critica, analiza 30.000 con datos ¡°sesgados¡±. A preguntas de este diario, Plat¨®n reduce la cifra total de procesos a 125.000, admite que ¡°la justicia de los vencedores¡± fue ¡°excesiva, incluso cruel¡±, pero al tiempo, asegura que ¡°la inmensa mayor¨ªa de los ejecutados tras ser condenados a muerte ten¨ªan delitos de sangre¡±. ¡°Cuando se ven los cargos, expediente a expediente, es la conclusi¨®n a la que se llega. Hubo decenas de miles de cr¨ªmenes, luego alguien los cometi¨®. Y se aplic¨® siempre el principio de in dubio pro reo¡±. Preguntado por casos como los de las 13 rosas, ejecutadas en agosto de 1939, afirma que es ¡°por hechos cometidos despu¨¦s de la Guerra Civil¡± que no entran en esta investigaci¨®n. P¨ªo Moa, al que Plat¨®n considera ¡°un autor muy interesante¡±, rechaz¨® responder a preguntas de este peri¨®dico.
Casanova se?ala el salto cualitativo que supone que alguien como Trapiello, que conoce c¨®mo funciona la universidad, sugiera que no son historiadores serios. ¡°?Piensa que a m¨ª me contrata una facultad norteamericana por mi ideolog¨ªa?¡±. El pr¨®logo del libro de Plat¨®n es de Stanley G. Payne. ¡°Para m¨ª¡±, afirma Vi?as, ¡°es el peor de todos, porque ¨¦l s¨ª es historiador y el ¨²nico archivo del que bebe es el de la Fundaci¨®n Franco. Payne escribe sin papeles. Eso en los setenta, cuando los archivos estaban cerrados a cal y canto, todav¨ªa, pero hoy no tiene justificaci¨®n¡±.
Preston lamenta tambi¨¦n que ¡°Payne, que tiene libros admirables, defienda ahora a Franco¡± y recuerda: ¡°Los consejos de guerra solo son una parte de la represi¨®n, la mayor¨ªa fueron ejecuciones extrajudiciales. En los juicios se procesaba a veces a 40 o 50 personas de golpe. Que no todas las condenas fueran a muerte no borra las largas condenas, en condiciones infrahumanas, ni todas las muertes que hubo en prisi¨®n¡±.
La proliferaci¨®n de t¨ªtulos de este tipo, publicados por editoriales como Actas o SND, que comercializa obras como Tejero, un hombre de honor o Franco, memoria imborrable, adem¨¢s de una especie de trivial sobre el dictador ¡ª¡°estamos muy orgullosos de nuestros antepasados¡±¡ª ha hecho que cale la idea de que hay historiadores de derechas y de izquierdas. Preston niega la mayor: ¡°Yo me considero un dem¨®crata, pero eso nunca me ha impedido contar los errores de los pol¨ªticos democr¨¢ticos, como hice con Largo Caballero en Un pueblo traicionado. Cuando empiezo una investigaci¨®n, tengo la mente abierta, dispuesta a llegar a conclusiones seg¨²n me vayan guiando las evidencias de los archivos o de las fuentes. Cuando empec¨¦ la biograf¨ªa de Santiago Carrillo, por ejemplo, le admiraba mucho. No me imaginaba que el resultado final ser¨ªa tan cr¨ªtico como finalmente fue, casi devastador¡±.
El auge del revisionismo plantea un dilema para los historiadores serios. ¡°Hubo un tiempo¡±, afirma Casanova, ¡°en que los libros de revisionistas como Moa inundaban los escaparates. Su impacto ahora es menor, pero hemos entrado en una din¨¢mica en la que historiadores buenos tienen que financiarse sus libros mientras esta gente ocupa espacios sin merecerlo. Cuando medios de comunicaci¨®n acogen a personas como Moa o a periodistas que escriben libros de este tipo, se resta cr¨¦dito a los historiadores, se desprecia el conocimiento. Y hay varias posturas: los que pasan, los que creen que hay que responderles y los que creemos que la forma de contrarrestar todo eso es seguir investigando y participar en medios y redes sociales, es decir, entender que la era digital est¨¢ cambiando la forma de ense?ar la historia¡±.
El historiador Alberto Reig decidi¨® contestar. En 2006 public¨® Anti Moa. La subversi¨®n neofranquista de la Historia de Espa?a. Recordaba, entre otras cosas, que el prol¨ªfico autor se limita a ¡°copiar a los historiadores franquistas¡± que construyeron el relato para legitimar el golpe de Estado y la Guerra Civil. En 2017, Reig continu¨® desmontando a los revisionistas con el libro La cr¨ªtica de la cr¨ªtica. Antes, en 2004, particip¨® en la serie documental de TVE Memoria de Espa?a. ¡°Recib¨ª amenazas de muerte por el cap¨ªtulo de Franco¡±. El a?o pasado, tambi¨¦n sali¨® al mercado el libro Vox frente a la historia (Akal), una obra colectiva en la que varios historiadores combaten, con su avalada trayectoria e investigaci¨®n, ¡°la proliferaci¨®n de mitos y desinformaci¨®n por demagogos de extrema derecha que han hecho de la historia patria uno de los ejes de su combate por la hegemon¨ªa cultural¡±.
Los hits de los revisionistas, entre los que los entrevistados citan a Moa, C¨¦sar Vidal, Luis Togores o Jos¨¦ Mar¨ªa Marco, beben del relato franquista, a saber, que la guerra era inevitable; que la represi¨®n no fue tan dura, etc¨¦tera. Vi?as se?ala llamativas coincidencias con algunos discursos pol¨ªticos hoy: ¡°Espa?a se rompe, la patria se desintegra y, curiosamente, los malos malos de la pel¨ªcula ya no son los comunistas, sino los socialistas, que tienen ansias ¡®totalitarias¡¯. No es casual. Se alimentan de los revisionistas¡±. El amor es rec¨ªproco: ¡°Solo queda Vox, el ¨²nico partido que defiende claramente la unidad y soberan¨ªa de Espa?a¡±, repite Moa.
Lista de lecturas
Franco. Caudillo de España
Paul Preston
Debate, 2015 (edición actualizada del texto de 1993)
1.088 páginas. 31,26 euros
El holocausto español
Paul Preston
Debate, 2011
864 páginas. 23,65 euros
Quién quiso la Guerra Civil
Ángel Viñas
Crítica, 2019
504 páginas. 21,90 euros
Franco, Hitler y el estallido de la Guerra Civil
Ángel Viñas
Alianza Editorial, 2001
608 páginas. 32,95 euros
El pasado oculto. Fascismo y violencia en Aragón (1936-1939)
Julián Casanova, Ángela Cenarro, Julita Cifuentes, María Pilar Maluenda y María Pilar Salomón
Mira Editores, 2010
492 páginas. 26 euros
La iglesia de Franco
Julián Casanova
Crítica, 2022
384 páginas. 16,90 euros
Puedes seguir a Babelia en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.