Historia y memoria familiar
A pesar del fen¨®meno en Europa y Estados Unidos de las narraciones sobre los secretos m¨¢s oscuros del propio linaje, el bum espa?ol de obras sobre la Guerra Civil y el franquismo todav¨ªa no ha aportado las historias m¨¢s ¨ªntimas
Las memorias familiares se han convertido en un fen¨®meno editorial en Europa y en Estados Unidos. Fruto maduro del inter¨¦s por la historia de la gente com¨²n y por una escritura narrativa m¨¢s cercana, libros como Los amn¨¦sicos, Mi padre alem¨¢n, Lo que no me contaste, ...
Las memorias familiares se han convertido en un fen¨®meno editorial en Europa y en Estados Unidos. Fruto maduro del inter¨¦s por la historia de la gente com¨²n y por una escritura narrativa m¨¢s cercana, libros como Los amn¨¦sicos, Mi padre alem¨¢n, Lo que no me contaste, La frecuente oscuridad de nuestros d¨ªas, Historia de los abuelos que no tuve o P¨¢ginas de vuelta a casa, entre muchos otros, obran el milagro de estudiar algo tan cercano y lejano a la vez como es la propia familia. Cansados de la predicci¨®n tecnol¨®gica, del recelo y la desconfianza del presente, surgen de la necesidad de volver la vista atr¨¢s, de rebuscar en los cajones donde no hab¨ªa nada para adentrarse en los secretos y mentiras familiares. Lejos de la llamada autoficci¨®n y de las biograf¨ªas noveladas, siguen la senda de la metodolog¨ªa y los archivos de forma rigurosa para llegar donde nunca lo hab¨ªa hecho nadie. A trav¨¦s de las fronteras geogr¨¢ficas, mentales y sociales, viajan a lo m¨¢s oscuro del siglo XX. A los a?os felices de juventud, a los hogares que crearon un nuevo orden y alumbraron la persecuci¨®n, que hicieron posible el genocidio y se enriquecieron con ¨¦l. Un viaje al sustrato de la emigraci¨®n europea, al laberinto de calles y lenguas, al eco de los pasos perdidos entre la noche y la niebla. Una historia de vac¨ªos, de afectos y sentimientos que envuelven los traumas m¨¢s hondos y duraderos, donde todo aquello que nunca hab¨ªa sucedido, que no se pod¨ªa nombrar, cobra vida.
En Espa?a, aunque la mayor¨ªa de estas obras han sido traducidas, la historia familiar sigue siendo desconocida. No existe una ¨²nica raz¨®n. Desde el campo acad¨¦mico, por ejemplo, es m¨¢s valorado el art¨ªculo cient¨ªfico que un libro o un ensayo, reduciendo las posibilidades de una historia divulgativa. El relato, aquello que com¨²nmente reconocemos como memoria hist¨®rica, se ha forjado a trav¨¦s de la novela. El bum narrativo de comienzos de los a?os noventa, con obras centradas en la Guerra Civil y el franquismo, sigue marcando la pauta. Hay biograf¨ªas y sagas familiares, descargos de conciencia, ajustes de cuentas, pero la inmensa mayor¨ªa se proyectan hacia el presente y dejan de lado la familia como parte de un pasado superado. En este punto, el acceso a los archivos sigue marcando una diferencia importante con nuestros vecinos. Los consejos de guerra abrieron la puerta al conocimiento de la depuraci¨®n de todos los niveles de la sociedad, al funcionamiento del principal soporte de la dictadura. Pero solo se tiene pleno acceso a ellos desde hace apenas dos d¨¦cadas y sus ramificaciones son cada vez m¨¢s profundas. La documentaci¨®n policial es imposible de consultar, sobre todo para las familias que nunca llegan a conocer su propia historia. Porque hubo un tiempo, no tan lejano, en el que la totalidad de la poblaci¨®n espa?ola ten¨ªa ficha de antecedentes pol¨ªticos y sociales. Se remontaban al golpe, al mismo comienzo de la Guerra Civil, y afectaban a toda la familia extensa. Sus efectos sobre la poblaci¨®n se est¨¢n comprendiendo ahora. A trav¨¦s de su uso, de su recuerdo, la dictadura construy¨® su propio modelo de memoria, de reconciliaci¨®n. As¨ª, mientras la mayor parte del mundo occidental iniciaba la reconstrucci¨®n de posguerra, la primera justicia transicional y la democracia liberal, en Espa?a se manten¨ªa la memoria del castigo, la de vencedores y vencidos. Lugares como el Valle de los Ca¨ªdos o celebraciones como los 25 a?os de paz fijaron la Guerra Civil como el punto de origen com¨²n de todas las familias espa?olas.
Un comienzo, el de la violencia fundacional, que cal¨® en sucesivas generaciones que la interiorizaron como una suerte de memoria protectora, ante el miedo y la incertidumbre del final del franquismo y la Transici¨®n. Pero, para entonces, ya exist¨ªan otras memorias que no siempre se sincronizaron a la vez. Marcadas por la querella del fin de la guerra, que afect¨® de lleno a la izquierda y al mundo nacionalista, arrastraban una herencia disputada y en conflicto que sigui¨® latente en nuestra cultura pol¨ªtica. Su irrupci¨®n, ya en pleno siglo XXI, tuvo un efecto inesperado. El consenso democr¨¢tico en torno a una pol¨ªtica de memoria de Estado, propia de la posguerra europea, de la liberaci¨®n, qued¨® bloqueado en sede judicial y parlamentaria. La guerra cultural se extendi¨® al pasado. La versi¨®n tradicional y heredada de la historia se ha modificado muy poco desde los a?os noventa, antes de que tuvi¨¦ramos acceso a toda esa documentaci¨®n desclasificada. Por el contrario, se ha generado una reacci¨®n, un contrarrelato que adquiri¨® fuerza con rapidez y se ha convertido en una excelente forma de confrontaci¨®n y polarizaci¨®n. El estudio de la represi¨®n franquista, la historia de las mujeres o la participaci¨®n de Espa?a en la II Guerra Mundial, con el paso de los espa?oles por los campos de concentraci¨®n y de exterminio, por citar s¨®lo algunos ejemplos, no se han incorporado a los libros de texto. De este modo, las mismas ausencias de nuestra historia p¨²blica se trasvasan a nuestra historia privada. Todo aquello que encontramos en los archivos sigue siendo muy dif¨ªcil de asumir en el relato tradicional y en la propia versi¨®n familiar. Hasta que no vayan de la mano, mantendremos una memoria de recuerdos enfrentados con sus respectivas epopeyas hist¨®ricas fragmentadas y separadas.
Gutmaro G¨®mez Bravo, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la UCM, es coautor junto a Diego Mart¨ªnez L¨®pez de ¡®Deportados y olvidados. Los espa?oles en los campos de concentraci¨®n nazis¡¯ (La Esfera de los Libros, 2024).
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