¡®Fe, esperanza y carnicer¨ªa¡¯: Nick Cave es un cursi y un carnicero
En conversaci¨®n con el periodista Se¨¢n O¡¯Hagan, el que fuera el sumo sacerdote del ¡®postpunk¡¯ disecciona su obra y su ¨¦tica con humor y sin confesiones brutales
Nick Cave es un cursi y un carnicero. Escribe las letras de sus canciones en casa como un oficinista que trabaja de 9 a 5. Luego llega al estudio de grabaci¨®n con su compadre Warren Ellis y ambos empiezan a improvisar. Cave desmiembra despiadadamente sus letras. Y en ese proceso de despiece no planeado le salen cursiladas que, seg¨²n sus propias palabras, jam¨¢s se le habr¨ªan ocurrido en su oficina. En ¡®Spinning Song¡¯ canta ¡°And I love you¡±. ?Nick Cave cantando ¡°And I love you¡±? ?Nick Cave, nuestro Nick Cave? ?No mames! Pues s¨ª. Solo en la obra de Nick Cave una cursilada l¨ªrica pod¨ªa ser el producto de una carnicer¨ªa l¨ªrica. Nada premeditado, solo meter en una trituradora de carne un mont¨®n de letras y esperar a ver qu¨¦ pasa. Y lo que pasa es que canta con violencia circunspecta ¡°And I love you¡±. Maravilloso.
En los ¨²ltimos diez a?os, m¨¢s o menos desde la publicaci¨®n de Push the Sky Away (2013), Nick Cave se ha convertido en el conejillo de indias de Nick Cave. Hastiado de hacer ¨¢lbumes de guitarra el¨¦ctrica y canciones principio-desarrollo-fin, empez¨® a experimentar con las letras y Warren Ellis con los sonidos. Si el joven Nick Cave intentaba poner cierto orden al caos para que el caos sobreviviera en sus canciones, en la ¨²ltima d¨¦cada ha intentado algo distinto: metabolizar el caos a trav¨¦s de la fragmentaci¨®n, la elipsis y la improvisaci¨®n.
En medio de ese proceso transformador, Cave pierde un hijo adolescente. Ese momento acelera un proceso que ya estaba en marcha y que, como veladamente admite el propio Cave, al final llevaba, con o sin tragedia, a un mismo lugar: el de la vulnerabilidad. Improvisar es hacerse vulnerable. Es m¨¢s que eso: es declararse vulnerable ante el mundo. Y ver qu¨¦ ocurre.
Cave cuenta esta y otras muchas cosas en Fe, esperanza y carnicer¨ªa, una largu¨ªsima conversaci¨®n con el periodista Se¨¢n O¡¯Hagan. Es un libro con incontables virtudes. Primero, no es caf¨¦ para los muy cafeteros: Nick Cave habla, antes que nada, del luto, de la condici¨®n humana y del impulso m¨¢s banal y a la vez m¨¢s trascendental de todos: el de crear (en cualquiera de sus dimensiones). No hace falta saber mucho de la obra de Cave para entrar en este libro y lo poco que hace falta saber ya lo avanzo aqu¨ª: en el pasado, Nick Cave era el sumo sacerdote del postpunk y ahora es un cursi y un carnicero compasivo y generoso. Segundo: es un libro en el que Cave habla de Cave pero, afortunadamente, no se abre en canal ni hace ninguna confesi¨®n brutal. Fe, esperanza y carnicer¨ªa es la en¨¦sima demostraci¨®n de que la literatura del yo no tiene por qu¨¦ ser narcisista. Tercero: no intenta vender nada. Solo conversa. Cuarto: est¨¢ lleno de humor. Mi momento c¨®mico favorito es cuando reconstruye la salida de Blixa Bargeld de The Bad Seeds y reproduce unas palabras geniales de Bargeld: ¡°?No me met¨ª en esto del rock and roll para hacer rock and roll¡±. Cave y Bargeld siguen siendo amigos. Quinto: hay un mont¨®n de ¨¦tica en la voz de Cave, pero ninguna obviedad moral.
En la gira del Skeleton Tree (2016), al cantar ¡®Stagger Lee¡¯ Cave hac¨ªa subir al escenario a varias docenas de personas del p¨²blico a cantar y bailar. Todos tem¨ªamos que dar rienda suelta a la turba pod¨ªa terminar en un accidente. Cave parec¨ªa estar tranquilo. Aquella imagen de Cave invitando a un p¨²blico desbocado a subir de forma an¨¢rquica al escenario era la imagen cristalina de la fe, la esperanza y la carnicer¨ªa.
Fe, esperanza y carnicer¨ªa
Traducci¨®n de Eduardo Rabasa
Sexto Piso, 2023
332 p¨¢ginas. 23 euros
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