Surge Espa?a y se viene abajo el mundo antiguo
El documental ¡®Espa?a, la primera globalizaci¨®n¡¯ es un desfile casi permanente de fan¨¢ticos del imperialismo espa?ol, al que se califica de ¡°momentazo de la humanidad¡±
El a?o pasado descubr¨ª dos cosas. La primera es que los fans m¨¢s exc¨¦ntricos y graciosos de la cantante Taylor Swift se hacen llamar swifties. La siguen a todos lados y se re¨²nen expresamente para vestirse como ella y para quemar fotos de sus exnovios.
Lo segundo que descubr¨ª es que el imperialismo espa?ol tiene sus propios swifties. Y no son muchos, pero usan tanto el sintagma ¡°objetividad de la historia¡± que parecen legi¨®n.
El documental Espa?a, la primera globalizaci¨®n, estrenado en 2021, es un desfile casi permanente de swifties del imperialismo espa?ol. So pretexto de describir c¨®mo el imperio espa?ol lleg¨® a conectar todos los continentes, en el documental se califica al imperio espa?ol de ¡°momentazo de la humanidad¡±; se lo considera como virtuoso porque su matriz ¡ªEspa?a¡ª fue el m¨¢s impuntual de los pa¨ªses europeos a la hora de institucionalizar la expulsi¨®n de los jud¨ªos; o se loa su apuesta por el mestizaje, ya fuera este obligatorio o no para los locales que los espa?oles se iban encontrando por el camino.
Espa?a, la primera globalizaci¨®n viene a colmar la cuota audiovisual de un movimiento pol¨ªtico-cultural contra la llamada leyenda negra seg¨²n la cual Espa?a es y siempre fue un pa¨ªs de inquisidores, racistas y colonizadores. El libro de Mar¨ªa Elvira Roca, Imperiofobia, fue la primera expresi¨®n m¨¢s o menos culta contra la leyenda negra. El musical de Nacho Cano, Malinche, es su manifestaci¨®n kitsch. Y VOX es su cristalizaci¨®n partidista. Espa?a lleva siglos siendo difamada por la propaganda holandesa, latinoamericana, catalana e inglesa. As¨ª que un mont¨®n de valientes acudieron a su rescate. Y, en un deslumbrante ejercicio de inteligencia colectiva, decidieron que para combatir eficazmente las acusaciones de inquisici¨®n, racismo y colonizaci¨®n contra Espa?a, esos corajudos swifties defender¨ªan el imperio espa?ol, la m¨¢s descarada expresi¨®n de inquisici¨®n, racismo y colonizaci¨®n de la historia de Espa?a.
La pel¨ªcula viene a colmar la cuota audiovisual de un movimiento pol¨ªtico-cultural contra la llamada leyenda negra seg¨²n la cual Espa?a es y siempre fue un pa¨ªs de inquisidores, racistas y colonizadores
Bastante al principio del documental, un historiador dice que no se puede juzgar la historia desde el presente. Estoy de acuerdo. ?Pero entonces por qu¨¦ las virtudes que supuestamente habr¨ªa tenido el imperio espa?ol s¨®lo adquieren sentido vistas desde los valores actuales? La solitaria manera en que se puede decir ¡ªsi es que se puede¡ª que el Imperialismo espa?ol fue ¡°un momentazo de la humanidad¡± por todo lo bueno que nos leg¨® es retrospectivamente; s¨®lo desde cierta toma contempor¨¢nea de conciencia contra el antisemitismo aparece como alg¨²n extra?o m¨¦rito ser el pa¨ªs que m¨¢s tard¨® en expulsar a los jud¨ªos; y ¨²nicamente desde la simpat¨ªa m¨¢s o menos extendida en nuestros d¨ªas por el pluralismo y la diversidad cultural es que el mestizaje iniciado hace 500 a?os adquiere cr¨¦dito moral.
Los swifties del imperio espa?ol no disputan el pasado, sino la hegemon¨ªa cultural del presente. As¨ª que no hace falta juzgar la historia de Espa?a para formular un juicio moral sobre estos fans graciosos y exc¨¦ntricos. Y el m¨ªo es este: lo suyo es una canallada siniestra. La verdadera barbarie es que haya espa?oles que en 2023 reivindiquen el imperialismo espa?ol porque, bajo criterios actuales, parece un poco menos salvaje que otros imperialismos con los que compet¨ªa. Es casi tanto como si a alguien se le ocurre reivindicar a Hitler porque, a diferencia de Stalin, era vegetariano. Es un argumento tan repugnante y tramposo que vuelve inaplicable la socorrida ley de Godwin.
Cuestiones historiogr¨¢ficas que deber¨ªan ser detalles pol¨ªticos y ¨¦ticos secundarios pasan a convertirse, en la batalla contra la leyenda negra, en el tema principal y en objeto de celebraci¨®n financiados, al menos en parte, por instituciones p¨²blicas, como es el caso de Espa?a, la primera globalizaci¨®n.
Los swifties del imperialismo espa?ol suelen combinar dos ideolog¨ªas. Por una parte, abrazan una suerte de utilitarismo seg¨²n el cual hay que hacer un c¨¢lculo de costes y beneficios de las acciones. Y como lo que ha tra¨ªdo el Imperialismo espa?ol al mundo es, seg¨²n la calculadora swiftie, un beneficio claro ¡ªcomo viene a sostener Marcelo Gullo cuando, en una entrevista a ra¨ªz de su reciente Lo que Am¨¦rica le debe a Espa?a (2023), dice que Hispanoam¨¦rica le debe a Espa?a su ¡°unidad y su alma¡±¡ª, entonces toda la crueldad y toda la devastaci¨®n de siglos ha valido la pena. Todo esto ser¨ªa un disparate aunque la operaci¨®n matem¨¢tica fuera correcta (que no lo es). Pero lo m¨¢s importante es que, bajo esa misma l¨®gica macabra, los swifties del imperialismo espa?ol tendr¨ªan que desear que Estados Unidos ¡ªo China, seg¨²n los gustos¡ª invadiera ma?ana mismo Espa?a, arrasara con todo y en quinientos a?os observ¨¢ramos el beneficio. El problema de creer que se puede y se debe imponer a sangre y fuego una civilizaci¨®n a los que t¨² consideras como atrasados es que siempre habr¨¢ alguien que creer¨¢ que t¨² eres el nuevo atrasado.
En un momento de Espa?a, la primera globalizaci¨®n, un fil¨®sofo dice que ¡°surge Espa?a y se viene abajo el mundo antiguo, que no es cualquier cosa¡±. Se refiere a la llegada de Col¨®n a Am¨¦rica. Es un momento de confusi¨®n deliberada muy revelador. Porque si en 1492 surge algo, pol¨ªticamente hablando y desde una perspectiva europea, no es Espa?a, sino Am¨¦rica. ?Y qu¨¦ revela ese instante del documental? Una obsesi¨®n. Espa?a. Espa?a. Espa?a. El nacionalismo espa?ol m¨¢s impresentable es la otra ideolog¨ªa que abrazan los swifties. El intento atroz de rehabilitar el imperialismo s¨®lo puede ser entendido bajo el embrujo de la idea seg¨²n la cual los m¨ªos siempre son mejores que los otros simplemente porque son los m¨ªos.
Los swifties del imperio espa?ol pretenden convencernos de que la negaci¨®n del nacionalismo catal¨¢n o del mexicano es el nacionalismo espa?ol. Y no. Lo contrario del nacionalismo catal¨¢n, o del mexicano, es el antinacionalismo. Tambi¨¦n del espa?ol.
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