Fassbinder tiene m¨¢s garra

El rodaje de Whity, melodrama dirigido por R. W. Fassbinder, fue uno de los m¨¢s ca¨®ticos de la historia del cine europeo. Los enredos amorosos entre los miembros del equipo, las discusiones a grito pelado, las borracheras y las peleas de madrugada en su alojamiento almeriense encendieron la mecha de la disoluci¨®n del Antiteater, compa?¨ªa con la que el director de Las amargas l¨¢grimas de Petra von Kant rod¨® once pel¨ªculas y escenific¨® 16 obras teatrales entre agosto de 1967 y septiembre de 1969. Fassbinder por aquel entonces era tan prol¨ªfico como Lope de Vega lo pudo ser en su d¨ªa: a todo le sacaba partido. Tanto es as¨ª que la conflictiva filmaci¨®n de Whity en el Cortijo Romero, convertido hoy en la Casa del Cine de Almer¨ªa, le sirvi¨® de asunto de una nueva pel¨ªcula, Warnung vor einer heiligen Nutte (Atenci¨®n a esa prostituta tan querida), donde cuenta con pelos y se?ales lo sucedido unos pocos meses atr¨¢s en esa finca en la que tres a?os antes se hosped¨® John Lennon durante el rodaje de Como gan¨¦ la guerra.

En Atenci¨®n a esa prostituta¡­ los actores del Antiteater muniqu¨¦s interpretaron cada uno de ellos el papel de uno de sus compa?eros, mientras que Lou Castel encarnaba a un iracundo alter ego de Fassbinder. Esta pel¨ªcula sarc¨¢stica, autocr¨ªtica y divertida supuso la clausura del Antiteater y el comienzo de una ¨¦poca nueva en la arriesgada carrera de su director.

A Dan Jemmett, que en 2013 escenific¨® El caf¨¦, versi¨®n fassbinderiana de la obra hom¨®nima de Goldoni, le ha parecido que toda esta peripecia pod¨ªa ser el asunto de una pieza teatral nueva, Los gatos mueren como las personas, que ¨¦l mismo ha escrito en dos actos (con la colaboraci¨®n de Brenda Escobedo). En el primero de ellos, el director brit¨¢nico reproduce grosso modo la situaci¨®n que el cineasta germano desarrolla durante la primera mitad de Atenci¨®n a esa prostituta¡­, donde un grupo de actores espera la llegada del director de una pel¨ªcula titulada Patria o muerte. En la producci¨®n reci¨¦n estrenada en Madrid, la compa?¨ªa espera al director de la obra de teatro dentro del teatro que va a interpretar (Cuarteto, de Heiner M¨¹ller). Y en la segunda parte, cuando en el filme empieza el rodaje de Patria o muerte, en la obra teatral lo que empieza es la representaci¨®n del drama compuesto en 1981 por M¨¹ller a partir de Las amistades peligrosas, novela de Choderlos de Laclos escrita en v¨ªsperas de la revoluci¨®n francesa.

Lo que en la versi¨®n cinematogr¨¢fica original tiene gracia por la autenticidad que respiran Fassbinder, Eddie Constantine y los actores del Antiteater parodi¨¢ndose todos ellos a s¨ª mismos, en la funci¨®n de teatro no pasa de ser un juego conceptual que pudiera tener inter¨¦s tal vez para quienes conozcan suficientemente los dos modelos de los que parte el director brit¨¢nico. Jemmett ha hecho una elecci¨®n muy de su gusto. Todo sucede en un bar que podr¨ªa ser el de un hotel, el de un teatro o el que pudo haber en su d¨ªa en el Cortijo Romero. Tambi¨¦n su versi¨®n de El burlador de Sevilla suced¨ªa en un bar (y la de El caf¨¦, claro): en alguna de ellas hab¨ªa una gramola, como en Los gatos mueren como las personas, donde suenan cinco canciones durante otros tantos tiempos muertos, a los que hay que sumar ocho minutos de inacci¨®n en los que se proyectan im¨¢genes.

No le falta imaginaci¨®n al vestuario con el que Vanessa Actif parodia en la segunda parte los personajes de Chorderlos de Laclos, pues fusiona lo dieciochesco con lo punk. La escenograf¨ªa corp¨®rea de Ad¨¢n Torres tiene una entidad que no se ve a menudo en las producciones espa?olas. Todo ello no parece ser lo suficientemente interesante para la mayor¨ªa del p¨²blico, que apenas ocup¨® un tercio del aforo del Teatro Valle-Incl¨¢n en una funci¨®n de a diario (a pesar de que se ha retirado la grada) y que recibi¨® el final con aplausos tibios.

El elenco de siete actores se entrega con fe a la interpretaci¨®n manierista, hier¨¢tica, de gestos exacerbados que la direcci¨®n le encomienda. Es especialmente afortunada la recreaci¨®n que Julia Piera hace de Jeff, el director de Cuarteto, alter ego de Fassbinder. Tambi¨¦n se distingue la actuaci¨®n de David Luque, quiz¨¢ porque su personaje es el ¨²nico que en la primera parte tiene visos de humanidad y se sale, por tanto, del cuadro estereotipado en el que deben desenvolverse sus compa?eros. A Clemente Garc¨ªa le toca encarnar a Heiner M¨¹ller, que toma notas de lo que los actores dicen y les sopla texto al o¨ªdo de manera reiterativa.

Casualmente o no, la semana pasada en la Casa del Cine de Almer¨ªa se celebr¨® Panorama Fassbinder, para acercar al p¨²blico al cineasta que, por intermedio de Sergio Leone, llev¨® all¨ª el rodaje de Whity, un w¨¦stern oblicuo, con est¨¦tica de cine de terror y con un final que es un gui?o a la escena ¨²ltima de Marruecos, de Josef von Sternberg.

¡®Los gatos mueren como las personas¡¯. Dramaturgia y direcci¨®n: Dan Jemmet. Madrid. Teatro Valle-Incl¨¢n, hasta el 23 de junio.

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