¡®La tarde que Bobby no baj¨® a jugar¡¯, de Mayra Montero: una revelaci¨®n en cuerpo y alma
La escritora cubana juega una arriesgada partida literaria en la que mezcla su encuentro real con el ajedrecista Bobby Fischer con su adolescencia en la isla antes de partir al exilio
La Habana, 1966. Tiempos de Revoluci¨®n, a?os de Guerra Fr¨ªa y d¨ªas de la celebraci¨®n de la XVII Olimpiada Mundial de Ajedrez en la capital cubana. Enorme expectaci¨®n, pues en los tableros de sesenta y cuatro casillas durante ese mes de octubre pod¨ªa dirimirse otra de las batallas que, en todos los terrenos, se sosten¨ªan entre los grandes rivales pol¨ªticos globales, los Estados Unidos de Am¨¦rica y la Uni¨®n de Rep¨²blicas Socialistas Sovi¨¦ticas. Si en la carrera at¨®mica los estadounidenses hab¨ªan vencido a los sovi¨¦ticos, en la espacial estos ¨²ltimos hab¨ªan roto la cinta y sellado la victoria con la salida m¨¢s all¨¢ de la atm¨®sfera de Yuri Gagarin en 1961. Los pron¨®sticos y la tradici¨®n ahora auguraban otro triunfo sovi¨¦tico en el mundo de los trebejos, lo cual ser¨ªa celebrado en Cuba socialista como un ¨¦xito propio, que volver¨ªa a demostrar la supremac¨ªa del sistema adoptado. Los de Am¨¦rica del norte, sin embargo, viajaban a la isla capitaneados por un joven maestro de veintitr¨¦s a?os que les daba ciertas esperanzas, pues aquel ajedrecista parec¨ªa ser el hombre destinado a reinar en los tableros del mundo. Ese joven se llamaba Bobby Fischer.
En la misma ciudad y en el mismo tiempo en que se concretar¨¢ el gran enfrentamiento sist¨¦mico, viven Mario, un relojero polaco emigrado a Cuba d¨¦cadas atr¨¢s y unas j¨®venes adolescentes, estudiantes comunes y corrientes, seres dis¨ªmiles que establecen entre ellos un v¨ªnculo: el trueque de un ejemplar del LP Rubber Soul que atesora el relojero ¡ªposiblemente el ¨²nico existente en un pa¨ªs donde escuchar a los Beatles est¨¢ casi prohibido¡ª y que les entregar¨¢ a las j¨®venes si obtienen una dedicatoria de Fischer estampada en un tablero de ajedrez. Y al poner en movimiento esas piezas, la novelista Mayra Montero inicia el que, quiz¨¢s, haya sido y ser¨¢ su m¨¢s arriesgada partida literaria: la de enfrentar memoria con literatura, autobiograf¨ªa con ficci¨®n, leyendas urbanas con confesiones muy ¨ªntimas. El resultado ha sido la inquietante novela La tarde que Bobby Fischer no baj¨® a jugar, recientemente publicada por Tusquets Editores.
Armada en dos l¨ªneas argumentales que avanzan hasta fundirse en un presente, la novela cuenta dos extra?as historias de amor. En 1956, durante el primer viaje del adolescente Fischer a Cuba, Mario, aficionado al ajedrez, cae perdidamente enamorado de la madre del neur¨®tico talento, y vive unas jornadas de intensa pasi¨®n en tiempos de lucha revolucionaria contra la dictadura de Fulgencio Batista. Diez a?os despu¨¦s, con el regreso de Fischer a la isla para participar en la Olimpiada, y al ser la encomendada por sus amigas para obtener la firma del maestro a cambio del codiciado LP, la adolescente Miriam va en busca del ajedrecista, con lo que su vida se trastocar¨¢ para siempre, en una ¨¦poca de tantas vidas trastocadas por los efectos tel¨²ricos del proceso revolucionario que ha establecido el sistema socialista en el pa¨ªs.
Siendo una novela donde unos amores dif¨ªciles est¨¢n en el centro de la trama, resulta revelador el hecho de que los contextos hist¨®ricos en que se mueven sus personajes adquieran una decisiva trascendencia, pues de los sucesos globales y locales que ocurren alrededor de Miriam y del relojero Mario, depender¨¢n tambi¨¦n sus destinos personales, envueltos en acontecimientos que los superan. La soledad, el exilio, la frustraci¨®n amorosa son consecuencias directas o tangenciales de esos momentos hist¨®ricos y Mayra Montero los construye con la cercan¨ªa de quien los ha vivido como propios¡ pues fueron sus propios momentos de ni?ez, adolescencia y juventud en Cuba antes de partir al exilio definitivo.
Lo peculiar de La tarde que Bobby Fischer no baj¨® a jugar es, sin embargo, que Mayra Montero coloca en el centro del relato justamente lo que ocurri¨® la mentada tarde en que el ajedrecista no se sent¨® ante el tablero ol¨ªmpico. El encuentro entre la adolescente Miriam y el estrafalario genio del ajedrez marcar¨¢ un giro dram¨¢tico en la novela porque marc¨® un giro existencial en el personaje que¡ Mayra Montero confiesa que es (o fue) ella misma.
Con independencia de los posibles debates sobre el car¨¢cter de la relaci¨®n que sostuvieron esa tarde el joven de 23 a?os y la adolescente de 14, tan cargados de lecturas condenatorias en el presente, lo que consigue la novelista es regalarnos unas intensas miradas en la personalidad de sus protagonistas, seres marcados por la locura, el desarraigo, el peso de los desencuentros que pueden definir las existencias. El personaje de Mario y los de su entorno son construidos para provocar una relaci¨®n afectiva con ellos. El de Fischer, en cambio, inasible como en la realidad parece haber sido, es un boceto siempre concebido por otros, plagado de trazos que el lector debe unir para crear un retrato m¨¢s o menos definido. La figura de Miriam, por su lado, nacida de la memoria personal de la escritora, generar¨¢ una compacta ternura: la dif¨ªcil vida familiar, la marginaci¨®n sufrida por la decisi¨®n de ¡°abandonar¡± el pa¨ªs, la experiencia transformadora vivida durante una tarde muy memorable y los lastres que la experiencia le dej¨®, construyen una entidad s¨®lida, plagada de sentido de vida.
?Cu¨¢nto de cierto y cuanto de novelesco hay en esta obra que la autora confiesa que es una historia personal? Precisamente por ser una novela determinar esa proporci¨®n no es lo m¨¢s importante. Lo que trasciende y nos queda es la confluencia en un tiempo y en un espacio de unos personajes que solo una conjunci¨®n c¨®smica muy especial pudo poner en contacto para que sus existencias, en aquel presente y en el futuro, fueran desde ese instante diferentes. Y el gran logro de la escritora es conseguir trasmitirnos art¨ªsticamente el peso de ciertos actos de la vida, demostrando que la raz¨®n de ser de la novela es la penetraci¨®n en las interioridades de la condici¨®n humana. Y Mayra Montero, con extra?os movimientos en un tablero de ajedrez firmado por Bobby Fischer nos deja la sensaci¨®n de que se ha mostrado ante nosotros en cuerpo y alma.
La tarde que Bobby no baj¨® a jugar
Tusquets, 2024
288 p¨¢ginas. 19,90 euros
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