¡®14.4¡ä: todos los rincones donde un ni?o puede esconderse en un cami¨®n para cruzar de Marruecos a Espa?a

Las expectativas eran muy altas. Despu¨¦s del ¨¦xito de Un trozo invisible de este mundo (2012) y Una noche sin luna (2020), Juan Diego Botto y Sergio Peris-Mencheta acaban de estrenar su tercer espect¨¢culo conjunto, esta vez en colaboraci¨®n con el actor Ahmed Younoussi, que adem¨¢s es el protagonista de la pieza porque es su propia peripecia vital la que la inspira. Entre los tres han armado 14.4, un delicado montaje que seguro tendr¨¢ una larga gira como los anteriores. Es de esas obras que dejan el coraz¨®n encogido.

Ahmed Younoussi, conocido por sus papeles en series como El Pr¨ªncipe o La Unidad, naci¨® en Marruecos en 1990 y con nueve a?os cruz¨® a Espa?a escondido en un cami¨®n. Es el resumen que se leer¨ªa en una cr¨®nica period¨ªstica apurada. Una historia m¨¢s de un ¡°mena¡±, abreviatura de ¡°menores extranjeros no acompa?ados¡±. Pero ese t¨¦rmino no se pronuncia en ning¨²n momento y parece deliberado porque las abreviaturas sirven para simplificar las cosas, mientras que la obra busca justo lo contrario: extraer los detalles para mostrar la complejidad que oculta el tecnicismo.

Sobre ese pilar se asienta una dramaturgia tremendamente po¨¦tica. Los detalles: un cintur¨®n, un calcet¨ªn, unos ojos azules, un bal¨®n de f¨²tbol, unas zapatillas deportivas, un cami¨®n, el recorte de una entrevista en una revista del coraz¨®n, una ba?era llena de espuma, la fotograf¨ªa de un reencuentro familiar. A partir de cada uno de esos elementos, Younoussi reconstruye un episodio de su infancia con todos sus matices. C¨®mo su padre le zurraba con el cintur¨®n. Su obsesi¨®n por ser invisible para que no le pegaran. C¨®mo escap¨® a T¨¢nger a los seis a?os. C¨®mo aprendi¨® a sobrevivir en las calles de esa ciudad. Lo que so?aba con su amigo mirando los barcos que sal¨ªan hacia Europa: un bal¨®n de f¨²tbol, unas zapatillas de marca como las de los turistas. El calcet¨ªn que usaban para esnifar disolvente. Todos los rincones donde un ni?o puede esconderse en un cami¨®n. Las dos chicas que lo encontraron cuando lleg¨® a Espa?a. Los centros de menores y el hombre que lo tutel¨® con un amor que jam¨¢s hab¨ªa recibido antes: Borja.

Lo mejor es que Younoussi lo relata sin sentimentalismos y en muchos momentos con humor. Como si se lo estuviera contando a un amigo. Establece una complicidad con el p¨²blico que es su mejor baza. Solo decae cuando introduce mensajes did¨¢cticos sobre el colonialismo o las migraciones. La historia del actor es tan poderosa que las explicaciones sobran.

Apoyan la narraci¨®n dibujos, animaciones y v¨ªdeos proyectados de fondo. Tambi¨¦n una escenograf¨ªa que recuerda a la que cubri¨® de magia la interpretaci¨®n de Botto en Una noche sin luna: un tablado del cual van saliendo los objetos que acompa?an la narraci¨®n. Peris-Mencheta, que dirigi¨® los ensayos por videoconferencia desde Estados Unidos, donde se recupera de una operaci¨®n por c¨¢ncer, ensambla todos los recursos con la sabidur¨ªa esc¨¦nica que acostumbra.

El espect¨¢culo tiene mucho en com¨²n con Una noche sin luna y Un trozo invisible de este mundo. Tal vez sin propon¨¦rselo en origen, Botto y Peris-Mencheta han conformado un tr¨ªptico esencial sobre el impacto de las migraciones y el exilio en las personas. Personas de verdad como Ahmed Younoussi. Y personas buenas como Borja, que contrarrestan el discurso furioso del racismo y la xenofobia.

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