Un pasado colonial turbio e inc¨®modo, la infancia de Eduardo Halfon, los personajes marginales de Joseph Roth y otros libros de la semana

Las relaciones que estableci¨® Espa?a con Marruecos y el S¨¢hara Occidental durante los siglos XIX y XX fueron plenamente coloniales. No vale aqu¨ª eso de que fueron menos malas que las de otros pa¨ªses europeos o que no se oper¨® como si fueran unas aut¨¦nticas colonias, bajo la coartada de que eran provincias espa?olas de pleno derecho. As¨ª lo afirma Laura Casielles en su necesario ensayo Arena en los ojos, una investigaci¨®n que demuestra c¨®mo la historia ha ido ocult¨¢ndose o tergivers¨¢ndose a lo lar...

Las relaciones que estableci¨® Espa?a con Marruecos y el S¨¢hara Occidental durante los siglos XIX y XX fueron plenamente coloniales. No vale aqu¨ª eso de que fueron menos malas que las de otros pa¨ªses europeos o que no se oper¨® como si fueran unas aut¨¦nticas colonias, bajo la coartada de que eran provincias espa?olas de pleno derecho. As¨ª lo afirma Laura Casielles en su necesario ensayo Arena en los ojos, una investigaci¨®n que demuestra c¨®mo la historia ha ido ocult¨¢ndose o tergivers¨¢ndose a lo largo de muchas d¨¦cadas. Casielles ¡°se atreve a hurgar en lo turbio, lo inc¨®modo, lo que rompe las dicotom¨ªas (derechas-izquierdas, malos-buenos). A dar algunas respuestas y seguir preguntando¡±, asegura la poeta Berta Garc¨ªa Faet en su rese?a del libro.

Otros libros rese?ados por los expertos de Babelia son Tar¨¢ntula, en el que Eduardo Halfon confronta sus dos identidades, la guatemalteca y la jud¨ªa, en un relato que rememora el tiempo que pas¨® en 1984 en un campamento para ni?os de la di¨¢spora con el prop¨®sito de formar ciudadanos obedientes de un Estado sionista; Madre de coraz¨®n at¨®mico, donde Agust¨ªn Fern¨¢ndez Mallo recorre los recuerdos de la vida de su padre, de su muerte y de su relaci¨®n con ¨¦l; Cuatro cuentos cu¨¢nticos, de Javier Arg¨¹ello, unos relatos a mitad de camino entre la explicaci¨®n de la famosa teor¨ªa de Albert Einstein y unas historias de amor; El tiempo perdido, de Clara Ramas, en el que la autora, m¨¢s que constatar la omnipresencia de lo melanc¨®lico, se centra en la cr¨ªtica al objeto, perdido y fantasmag¨®rico, que se denomina Edad Dorada; Gabinete de curiosidades, el cat¨¢logo de personajes fascinantes que describi¨® Joseph Roth; La rep¨²blica cooperativista, de Alexander Gourevitch, que destaca la importancia del movimiento de la econom¨ªa social surgido a mediados del siglo XIX para la consecuci¨®n de los valores de la democracia; y A Quico Rivas, la biograf¨ªa que ha escrito Fran G. Matute sobre el brillante y subversivo personaje de la contracultura, uno de grandes secundarios de la Movida madrile?a pero, a su vez, uno de los catalizadores de aquella revoluci¨®n cultural.

Por otra parte, cinco publicaciones consiguen poner en valor la obra de autores nacidos a finales del siglo XIX o principios del XX que adquieren ahora unos nuevos matices. Se trata de Guerra en Espa?a, que permite descubrir a un Juan Ram¨®n Jim¨¦nez m¨¢s comprometido y polemista; Las Sinsombrero y un nuevo 27, que sit¨²a en igualdad de condiciones a las escritoras de calidad incuestionable que quedaron opacadas a la sombra de autores masculinos que vivieron las mismas vicisitudes que sus compa?eros de generaci¨®n; Poes¨ªa completa, que revela a un Luis Cernuda m¨¢s sutil y evasivo, inseguro y t¨ªmido; Narrativa escogida, que muestra el empe?o de dar testimonio y la querencia experimental de Max Aub; Me he cruzado con un hombre que pasaba, de Joan Salvat-Papasseit, para rescatar de una vez a un poeta libertario, independentista y futurista.

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