No lo llames fracaso: contra la herida de la maternidad fallida
Detr¨¢s de la ¡®literatura de ¨®vulos¡¯: un nuevo g¨¦nero como reacci¨®n imaginativa a la realidad de las gestaciones tard¨ªas en los mercados reproductivos del tardocapitalismo
Un d¨ªa eres joven y de repente tienes 38 a?os y tu ginec¨®loga del CAP te dice que no ser¨¢s madre. Un d¨ªa escuchas ¡°ovarios vagos¡±, ¡°embarazo geri¨¢trico¡±, ¡°fecundaci¨®n in vitro¡± y te urgen a apuntarte a una lista en el Hospital de Sant Pau de Barcelona porque si quieres acceder a la reproducci¨®n asistida en la p¨²blica, en cuanto cumplas 40 te echar¨¢n, por vieja, del sistema. ¡°Empieza a mirar privadas porque me da que con la Seguridad Social no llegas por los casi dos a?os de media en la lista de espera. Corre, que por dentro ya est¨¢s seca¡±, te dicen con otras palabras que suenan mejor, p...
Un d¨ªa eres joven y de repente tienes 38 a?os y tu ginec¨®loga del CAP te dice que no ser¨¢s madre. Un d¨ªa escuchas ¡°ovarios vagos¡±, ¡°embarazo geri¨¢trico¡±, ¡°fecundaci¨®n in vitro¡± y te urgen a apuntarte a una lista en el Hospital de Sant Pau de Barcelona porque si quieres acceder a la reproducci¨®n asistida en la p¨²blica, en cuanto cumplas 40 te echar¨¢n, por vieja, del sistema. ¡°Empieza a mirar privadas porque me da que con la Seguridad Social no llegas por los casi dos a?os de media en la lista de espera. Corre, que por dentro ya est¨¢s seca¡±, te dicen con otras palabras que suenan mejor, pero que vienen a decir eso mismo. Un d¨ªa eres joven y de repente te ves sentada en salas de cl¨ªnicas que parecen salidas de Silicon Valley, pero est¨¢n por encima de la Diagonal y siempre estuvieron ah¨ª, solo que no las mirabas, a centenares de metros del que ser¨ªa tu piso y de aquellos afters puntuales en los que pasaste tantas ma?anas. Aqu¨ª nadie baila, pero te atienden jefes m¨¦dicos de hospitales p¨²blicos, que por las tardes se pagan su casa en el Empord¨¤ cobrando 120 euros por la primera consulta a parejas ojerosas que esperan nerviosas y con la cartera llena.
Yo nunca so?¨¦ con ser madre. A las mu?ecas que hered¨¦ de mi hermana, siempre desatendidas, no las acunaba, no las sacaba de casa, no les pon¨ªa nombres. Yo no me imagin¨¦ criando a nadie m¨¢s que a m¨ª misma, bastante me parec¨ªa, pero un d¨ªa tienes 38 a?os, est¨¢s enamorada y tu ginec¨®loga te dice: ¡°Corre, busca ayuda, que sin la ciencia no te embarazas¡±. Espa?a es el pa¨ªs de la Uni¨®n Europea con m¨¢s madres mayores de 40 a?os. Seg¨²n datos del INE de 2023, ya hay m¨¢s madres de 40 que de 27. Las razones: la precariedad y la falta de pareja estable. Ser¨ªa hip¨®crita convertir mi experiencia en un relato sobre esas trabas del sistema, que existen de una forma tan preocupante como acusada. Yo no puse en pausa mis planes por ambici¨®n profesional o por miedo a no escalar econ¨®micamente. No. Yo nunca dese¨¦ ser madre hasta que quise serlo. Me pas¨® a los 38 a?os. Y para cuando lo decid¨ª, cre¨ª, ilusa, que ven¨ªa con la lecci¨®n aprendida.
Hasta que llegu¨¦ al altar de fotos de sus beb¨¦s-milagro junto a ejemplares de La FIV que cambiar¨¢ tu vida en el despacho del que ser¨ªa mi m¨¦dico en este proceso, como periodista especializada en g¨¦nero, hab¨ªa le¨ªdo lo suficiente sobre la reproducci¨®n asistida como para saber que el privilegio de unir dinero y ciencia ¡ªcalculo que he gastado m¨¢s de 10.000 euros hasta la fecha¡ª no tendr¨ªa por qu¨¦ llevarme a ser madre. Yo ya sab¨ªa que Espa?a era l¨ªder en Europa reproducci¨®n asistida y el cuarto pa¨ªs del mundo donde se hacen m¨¢s tratamientos despu¨¦s de Jap¨®n, China y Estados Unidos. Que aqu¨ª tenemos la mayor reserva de ¨®vulos del continente (m¨¢s de 200.000 congelados). Pero ni todas las entrevistas ni todos los expertos te preparan para tu propio proceso. Una puede haber le¨ªdo centenares de reportajes o entrevistado a ensayistas, pero hasta que no tienes a una de tus mejores amigas en cuclillas pinch¨¢ndote hormonas en un ba?o de Lisboa minutos antes de un concierto de Rosal¨ªa no empiezas a pillar de qu¨¦ va, realmente, esta historia. Y puede que ni ah¨ª, en esa fase temprana de esta traves¨ªa por el desierto, tampoco lo sepas.
Lo que s¨ª aprendes es que las historias que nos contamos para sobrevivir a la reproducci¨®n asistida, si llegan a compartirse, siempre se har¨¢n desde el ¨¦xito. De intentarlo, adem¨¢s de frustraci¨®n, solo se consigue silencio. Entiendes que las transferencias de embriones fallidas solo se verbalizan como fase previa para el final feliz, para cumplir el cuento de hadas. Nos contamos esas historias de ¨¦xito pese al sufrimiento previo para que el oyente respire tranquilo y compruebe que todo vali¨® para conseguir ese c¨®digo en clave de las cl¨ªnicas que es ¡°beb¨¦ en casa¡±. He conocido a mujeres, con las que cre¨ª compartir su proceso de embarazo, que no me aclararon que su criatura naci¨® por FIV hasta que les cont¨¦ que yo me estaba haciendo una. ?Por qu¨¦ no compartieron esa agon¨ªa de pinchazos, de ecograf¨ªas continuas, de tensi¨®metros, de an¨¢lisis casi diarios, de ¨®vulos provocando un flujo putrefacto, de hormonas que te hinchan, que te cambian el humor y hasta la forma en la que escribes? ?Por qu¨¦ la maternidad fallida se trata como una herida escondida, una letra escarlata, cuando tantas personas gestantes transitan por esas salas de espera y en Espa?a solo el 21% lo consigue siendo mayor de 40 a?os? ?Por qu¨¦ este proceso debe ser tan tab¨², tan traum¨¢tico?
Cuando todav¨ªa no me hab¨ªa planteado ser madre, me sorprendi¨® mucho leer un ensayo en el que una pareja decid¨ªa no seguir con una FIV pese a querer ser padres y haber sufrido (mucho) tras un aborto espont¨¢neo. Lo contaba Emilie Pine en uno de los textos de Todo lo que no puedo decir (Random House, 2020 / L¡¯Altra, 2020). ¡°Nunca tendr¨¦ un beb¨¦. Es un hecho que me provoca inquietud. Y dolor. Y felicidad¡±, escrib¨ªa en aquel libro del que ignoraba su car¨¢cter premonitorio y que se me qued¨® grabado en el cerebro por un final que siempre recuerdo: ¡°Se acab¨® caracterizarme mediante la ausencia. Se acab¨® emplear el t¨¦rmino ¡®fracaso¡¯ en referencia a mi cuerpo. Se acab¨® vivir y escribir esta historia. Este es el momento que se nos concede para mirar alrededor, encontrar nuestro equilibrio y disfrutar de las vistas desde donde estamos¡±.
La lectura de Pine, con ese final en el que ella escribe estas palabras mientras observa amorosamente a su pareja en su huerto, me record¨® a cuando en 2019 entrevist¨¦ a la periodista del New Yorker, Ariel Levy, por la publicaci¨®n de sus memorias, Vivir sin reglas (Rey Naranjo, 2019). All¨ª no solo denunciaba c¨®mo las feministas hemos querido ignorar nuestro lado animal centr¨¢ndonos en demostrar el poder de nuestro cerebro, tambi¨¦n relataba todo lo que pasaba despu¨¦s de haber dado a luz a solas, a los cinco meses de embarazo, en el fr¨ªo ba?o de un hotel de Ul¨¢n Bator, mientras preparaba un reportaje para su revista. El beb¨¦ muri¨® a los minutos de nacer, sobre su regazo y antes de que llegase el equipo de emergencias. Levy volvi¨® a casa, se separ¨® de su mujer alcoh¨®lica y empez¨® una relaci¨®n con el m¨¦dico que la atendi¨® en Mongolia, con el que, hasta que habl¨¦ con ella, hab¨ªa intentado ser madre durante varios a?os m¨¢s, obsesa perdida, hasta que tir¨® la toalla. ¡°No todo lo que deseas en la vida, como el hecho ser madre, se va a cumplir¡±, me cont¨® abiertamente y sin un atisbo de culpa. Levy me asegur¨® que ahora viv¨ªa en paz al haber desechado la idea de su cabeza. ¡°Lo intent¨¦, pero no he podido ser madre. Ha sido incre¨ªblemente duro. Es como si hubiese intentado alterar la realidad, la quise cambiar, pero no pude. As¨ª que me tuve cambiar a m¨ª misma, a mi propio cerebro, para tratar de resituarme¡±, me dijo, sorprendentemente, entre risas. Lo contaba una mujer alegre, despierta, ¨¢gil de mente. Parec¨ªa que no hab¨ªa dolor en sus palabras.
Atesor¨¦ la historia de esas dos no madres aparentemente felices como refugio durante los meses en los que inici¨¦ mi reproducci¨®n asistida, que sigue en marcha y ya va por su cuarto a?o tras la extracci¨®n de un mioma uterino, dos estimulaciones ov¨¢ricas de las que consegu¨ª dos embriones sanos transferibles y una transferencia de embri¨®n que no lleg¨® a implantarse. Durante este tiempo de machaque corporal, incertezas y agotamiento, he asistido a una explosi¨®n de narrativas sobre la reproducci¨®n asistida, a la que he etiquetado como ¡°literatura de ¨®vulos¡± en mi cabeza. Un nuevo g¨¦nero cultural como reacci¨®n imaginativa a esta problem¨¢tica que mezcla la realidad de las maternidades tard¨ªas en el tardocapitalismo y la ferocidad de los mercados reproductivos intentando dar salida, desde el privilegio econ¨®mico, a este nuevo escenario en el que muchas nos encontramos.
En esa carpeta cultural coexisten obras de teatro sobre las realidades de la in vitro para parejas lesbianas o personas trans como Lengua Madre (2022) o Austr¨¤lia (2023), en la que Israel Sol¨¤ adaptaba la historia real de una amiga suya que acab¨® donando sus ¨®vulos a su hermana para que pudiese ser madre. Series de Netflix como Amigos de la Universidad, donde una pareja que intenta una FIV se acaba separando y la mujer acaba sola y cansada, llena de morados en su barriga. Tambi¨¦n incluye cr¨®nicas que sent¨ª como un abrazo como Querida desconocida: deseo, ¨®vulos, dinero, dilemas (La Campana, 2023 / Libros del K.O., 2024), donde J¨²lia Bertran Lafuente relataba su embarazo por ovodonaci¨®n y pon¨ªa cifras a todo este asunto. He aplaudido la llegada de novelas como Mammalia (Males Herbes, 2024), de Elisenda Solsona, donde ha sido capaz de imaginar qu¨¦ pasar¨ªa en una sociedad en la que los ¨²teros est¨¢n tan deteriorados que quedarse embarazada es un peligro. Una inquietud que ha llegado hasta la poes¨ªa, con Gemma Casamaj¨® i Sol¨¦ pregunt¨¢ndose por el origen de la vida en Com l¡¯oculta flor d¡¯un cactus. (Quaderns Crema, 2025). Con quien me enfad¨¦ un poco, pero influida por mis propios miedos porque mi ira era m¨¢s contra m¨ª que contra ella, fue con novelas gr¨¢ficas como Ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa (Reservoir Books, 2024), donde la protagonista estaba inspirada en la experiencia de la autora, Keum Suk Gendry-Kim, como no madre en la reproducci¨®n asistida, pero narrado de forma tr¨¢gica y dolorosa. Qu¨¦ man¨ªa con el trauma, me dije, menospreciando sus delicados trazos, desde?ando sus sentimientos.
Escribo este texto horas despu¨¦s de una cita con mi m¨¦dico para volver a transferir otro de mis embriones. El destino ha querido que se publique en un limbo en el que puede que llegue o no llegue a esa pantalla aspiracional del ¡°beb¨¦ en casa¡±. Recuerdo que la primera vez que lo intent¨¦, todo ten¨ªa una narrativa perfecta, un guion impecable: mi madre estaba enferma terminal, pero quiz¨¢ me viese embarazada; me implantaron el embri¨®n el 22 de diciembre (¡°te va a tocar la loter¨ªa buena¡±, me dijeron las enfermeras); el resultado lo conocer¨ªa el 1 de enero, una fecha m¨¢gica para empezar una nueva vida. Nada se cumpli¨®. Puede que en la pr¨®xima tampoco. Y no deber¨ªa pasar nada. Como escribe Emilie Pine, me he planteado no definirme desde la ausencia, acabar con el empleo del t¨¦rmino ¡°fracaso¡± con mi cuerpo. Tambi¨¦n se puede disfrutar de las vistas desde donde estamos, me repito. Cuando le cont¨¦ a una amiga que preparaba este texto y que hablar¨ªa del caso de Ariel Levy como refugio emocional, me dijo: ¡°Pero si ella al final s¨ª ha sido madre¡±. Corr¨ª a su Instagram, porque no la segu¨ªa, y all¨ª estaba la foto de su beb¨¦ en casa, fechada el 16 de febrero de 2021. Uno de los 79 comentarios entusiastas dec¨ªa: ¡°Woooow!! Los cuentos de hadas s¨ª existen¡±.
*Este texto se public¨® el 9 de febrero en Quadern, el suplemento cultural en catal¨¢n de EL PA?S.
ENSAYO
Júlia Bertran Lafuente. Querida desconocida (La Campana, 2023 / Libros del K.O., 2024) Crónica de un periplo médico y un intento de desnudar de eufemismos y tabús la industria de la reproducción asistida con un relato en primera persona del embarazo por ovodonación de la periodista
Sara Lafuente. Mercados reproductivos. Crisis, deseo y desigualdad (Katakrak, 2021). La investigadora en el departamento de Biotecnología, Naturaleza y Sociedad de la Universidad Goethe de Frankfurt ha escrito una monografía en la que aborda la realidad de la reproducción humana en la sociedad actual, marcada por la precariedad, el retraso en la edad de la maternidad y la proliferación de técnicas que pretenden aliviar situaciones personales mientras se cronifican problemas colectivos.
Emilie Pine. Todo lo que no puedo decir (Random House, 2020 / L’Altra, 2020). En uno de los relatos autobiográficos del libro, la escritora irlandesa escribe sobre su proceso de reproducción asistida y la renuncia a ser madre
Júlia Bacardit. El preu de ser mare. Apostroph (2020). Ensayo periodístico que se adentra en la realidad de la donación de óvulos.
NOVELA
Mar Garcia Puig. La historia de los vertebrados (Random House, 2023 / La Magrana, 2023). Lo que debería haber sido el día más feliz en la vida de la narradora de esta novela híbrida con el ensayo se convierte en el inicio de una historia de locura. La ansiedad se apodera de ella y el peso del mundo cae sobre sus espaldas por partida doble: debe cuidar a sus mellizos neonatos nacidos por reproducción asistida y dar voz política como diputada en el Congreso.
Elisenda Solsona. Mammalia. (Males Herbes, 2024). ¿Qué ocurre cuando los úteros están tan deteriorados que quedarse embarazada es tan peligroso como un delito? ¿Qué pasa cuando las candidats a ser fecundadas para producir embriones sanos deben superar una serie de pruebas en clínicas especializadas?
NOVELA GRÁFICA
Keum Suk Gendry-Kim. Mañana será otro día (Reservoir Books, 2024). Bada i San son una pareja que tiene dificultades para concebir un bebé. Inspirado en la experiencia de la autora, relata los dilemas del tratamiento in vitro, de las expectativas y la carga psicológica para las mujeres que no pueden ser madres.
POESÍA
Gemma Casamajó i Solé. Com l’oculta flor d’un cactus (Quaderns crema, 2025). La poeta se pregunta por el origen de la mano de obra de la mano de Jane Lazarre.
TEATRO
Israel Solà. Austràlia (2023). Elena ha recibido una llamada desde Australia. Su hermana Laia le pregunta si le daría un óvulo para poder tener un hijo con su marido. Andy. Ella no tarda un segundo en decir sí y está a punto de cruzar medio planeta para someterse al proceso de hormonación y donación.
Lola Arias. Lengua madre (2022). ¿Es la maternidad un deseo? ¿Es la procreación un trabajo? ¿Qué pasaría si hiciéramos una huelga de úteros? Una enciclopedia sobre la reproducción en el siglo XXI escrita a partir de las historias de madres migrantes, madres y padres trans, madres que recurrieron a la fertilización asistida, madres lesbianas, padres gays, madres adolescentes, mujeres que abortaron, madres que adoptaron, mujeres que no quieren tener hijxs y muchas otras personas que se preguntan cómo reinventar la palabra madre
DOCUMENTAL
Ariadna Seuba Serra. Mares (2024). En su cruzada por quedarse embarazadas mediante un proceso de reproducción asistida, Anna (40) y Ari (32), una pareja de dos mujeres, nos invitan a la intimidad de su hogar.