Donde cada gramo cuenta
La Escuela de Padres del hospital La Paz soluciona dudas a los primerizos
Maite tiene 38 a?os y una hija, Natalia, que en sus dos meses y medio de vida lleva ya dos operaciones con sus dos viajes a Madrid desde Burgos, donde viven sus padres. Naci¨® con 25 semanas y dos d¨ªas de gestaci¨®n, lo que en la jerga m¨¦dica se conoce como prematuro extremo. Ten¨ªa una hermanita, que no sobrevivi¨®. Natalia se recupera de la ¨²ltima intervenci¨®n en la UCI de neonatos del hospital La Paz. Una unidad superespecializada a la que llegan prematuros de toda Espa?a. Aqu¨ª, donde cada gramo cuenta, sacan adelante a beb¨¦s que en otro lugar no sobrevivir¨ªan. Maite, que no suele alejarse demasiado de la incubadora de Natalia, pasa hoy un par de horas en una sala cercana. Como alumna. La lecci¨®n de hoy en la Escuela de Padres es La higiene del beb¨¦.
Est¨¢ todo preparado sobre la mesa: ba?eras, esponjas, toallas... y unos mu?ecos del tama?o de un beb¨¦ de 1,8 kilos, el peso a partir del cual suelen dar el alta a los prematuros. Elena Garnacho, enfermera especializada en neonatos, va a contar a los cinco alumnos de hoy ¡ªtres mujeres y una pareja¡ª la mejor manera de ba?ar a sus hijos, ahora vigilados y atendidos d¨ªa y noche, pero que en breve se ir¨¢n a casa con ellos. ¡°Los ni?os est¨¢n aqu¨ª cuidados las 24 horas del d¨ªa. Siempre hay alguien pendiente. Estas clases sirven para darte confianza y saber que puedes hacerte con el beb¨¦¡±, dice Maite. Y si la vuelta a casa da respeto con un ni?o nacido tras nueve meses de gestaci¨®n, y sus tres kilos de peso, el desasosiego se multiplica con los que no llegan a los dos, de apariencia tan fr¨¢gil.
¡°?Hasta d¨®nde hay que llenar de agua la ba?era?¡±, pregunta el ¨²nico padre del grupo. Garnacho se lo muestra. Tambi¨¦n explica c¨®mo sujetar a los beb¨¦s, en qu¨¦ orden lavarlos ¡ªde la parte m¨¢s limpia a la m¨¢s sucia¡ª, avisa de que hay que tener cuidado con la cabeza, la superficie por la que mayor calor pierden por ser la m¨¢s grande... En el taller tambi¨¦n se desmontan falsas creencias. Como que para limpiarle la nariz a un beb¨¦ hace falta un aspirador de mocos. Los lavados nasales, con suero. ¡°O sea, que si no compramos el aspirador, no pasa nada¡±. ¡°Eso que te ahorras¡±, contesta la profesora, para satisfacci¨®n de los presentes. O los bastoncillos especiales para beb¨¦s, que no est¨¢n recomendados. ¡°?Y para qu¨¦ los venden, si no hay que usarlos?¡±, pregunta el padre.
?Hasta d¨®nde hay que llenar de agua la ba?era?¡±, pregunta el ¨²nico padre del grupo
¡°Al final todos tienen las mismas dudas¡±, asegura Garnacho. ¡°Antes las contest¨¢bamos a pie de incubadora¡±. Los talleres han llegado a juntar hasta 18 alumnos. Pr¨¢cticamente todos tienen a sus hijos ingresados, y la mayor¨ªa son prematuros, ni?os que pueden permanecer en el hospital dos y tres meses hasta que les dan el alta. ¡°Los padres se angustiaban mucho por la falta de informaci¨®n, as¨ª que decidimos crear grupos de trabajo en funci¨®n de los temas m¨¢s demandados¡±, cuenta Raquel Bravo, supervisora de la Unidad de Neonatos. Desde finales de 2008 han pasado por los cuatro talleres (higiene, apego, vuelta al hogar y alimentaci¨®n; uno cada semana) de esta escuela pionera un millar de padres.
La Maternidad del hospital La Paz, donde ha nacido uno de cada cuatro madrile?os, celebr¨® el a?o pasado su 45? aniversario. Con la poblaci¨®n repartida en los nuevos hospitales, La Paz se ha consolidado como centro de referencia para partos de alto riesgo. ¡°La complejidad ha aumentado mucho¡±, reconoce Bravo. Esther, de 32 a?os, es otra de las madres que escucha los consejos de la enfermera y practica las diferentes formas de sujetar al mu?eco-beb¨¦. A media clase se levanta un momento para ver a su hijo Hugo, nacido tras 27 semanas de gestaci¨®n ¡ª¡°era enano, una ratilla¡±¡ª y que ahora, despu¨¦s de dos meses en La Paz y ya con 1,97 kilos, est¨¢ casi listo para irse a casa. ¡°Tenemos ganas de que conozca otra cosa que no sea un hospital¡±, dice. ?Nervios por si sabr¨¢ manejarse con ¨¦l? ¡°Si fuera un beb¨¦ a t¨¦rmino habr¨ªamos estado con ¨¦l solo dos d¨ªas. La ventaja de un prematuro es que ya lo conoces. Sabes lo que le pasa. Hemos estado dos meses con ¨¦l¡±.
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