Las tribulaciones de Juan Zarandeado

Kubik Fabrik, nueva sala teatral instalada en una nave del distrito de Usera, tiene un aire berlin¨¦s o del Festival Off de Avi?¨®n, y una programaci¨®n sugerente y ecl¨¦ctica. B¨¹ro, espect¨¢culo con el que Fernando S¨¢nchez-Cabezudo, director de la sala, y sus c¨®mplices cierran la Trilog¨ªa del hombre moderno, empieza con un homenaje humor¨ªstico a 2001: Una odisea del espacio y acaba citando c¨®micamente las escenas m¨¢s c¨¦lebres de King Kong: el hombre contempor¨¢neo, vienen a decirnos sus autores con desenfado, sigue movi¨¦ndose por impulsos at¨¢vicos. Pierre Bastard, su protagonista, s¨ªmbolo del ser humano desbordado por sus circunstancias, es un sucesor de Arlecchino, peor humorado, o un Charlot que cambi¨® el vagabundeo por un puesto de trabajo, y sali¨® perdiendo.

Podr¨ªa llamarse Juan Zarandeado en vez de Bastard, si no fuera porque los hermanos S¨¢nchez-Cabezudo (Jorge, Alberto y Fernando) y Juli¨¢n Fuentes Reta le colocan en una oficina siniestra de aire centroeuropeo y le hacen chapurrear lo poco que dice en un franc¨¦s de pacotilla perfectamente inteligible. Metro c¨²bico, primera parte de la trilog¨ªa, nos mostraba al hombre de hoy en su cub¨ªculo, contento con tener donde caerse muerto. El gran atasco lo situaba al volante, atrapado en su intento de huida del mundanal ruido. B¨¹ro lo muestra encadenado a un trabajo alienante al que le cuesta una eternidad llegar.

Con humor ligero y amable inspirado en el de Jacques Tati y en el de los maestros del cine mudo, S¨¢nchez-Cabezudo ofrece una visi¨®n en el fondo ulcerante del conflicto entre el hombre urbano y un entorno construido pensando casi exclusivamente en t¨¦rminos de beneficio econ¨®mico: en el universo de Pierre Bastard, la felicidad es una quimera.

La acci¨®n transcurre en localizaciones variopintas que David Ben¨ªtez materializa en un ingenioso escenario giratorio de tracci¨®n humana con paneles desplegables, sobre los que se proyectan filmaciones muy bien integradas en el conjunto. Los personajes recortables a escala 1:1, cuya aparici¨®n primera produce gran efecto, luego dan escaso juego: ilustrativos, no tienen la inanimada vida de los maniqu¨ªes de Kantor, por ejemplo. En B¨¹ro queda todav¨ªa no poco por pulir. Su tono humor¨ªstico exacto no se alcanza hasta el delirante y divertid¨ªsimo tramo final, protagonizado por un h¨ªbrido entre La Momia y el mu?eco de Michelin, certeramente compuesto por la figurinista Nuria Mart¨ªnez.

Quienes en su d¨ªa se perdieran Metro c¨²bico (probablemente el espect¨¢culo espa?ol m¨¢s exportado en estos ¨²ltimos a?os: desde 2007 se ha representado en 18 pa¨ªses) y El gran atasco, tienen ahora otra oportunidad: Kubik Fabrik ofrece la primera parte de la trilog¨ªa los s¨¢bados, en sesi¨®n doble con B¨¹ro, y la segunda los domingos.