Cuando todo sale mal
El mandato de Gri?¨¢n ha quedado empa?ado por la crisis y el conflicto interno del PSOE Arenas ha construido su estrategia sobre los errores de su rival
El Gobierno andaluz y el PSOE ¡ªel partido que lo sustenta¡ª se parecen a ese personaje que tropieza en lo m¨¢s alto de una escalera y que, por mucho que se agarre a las barandillas que encuentra, contin¨²a rodando hasta dar de bruces en el suelo. Falta por saber la gravedad de las heridas o si han resultado ilesos, pero queda poco tiempo: apenas los 57 d¨ªas que restan para que se celebren el 25 de marzo las novenas elecciones del Parlamento andaluz y se recuenten las papeletas de las urnas.
Al Gobierno andaluz le ha salido casi todo mal en estos cuatro a?os de legislatura, lo cual no quiere decir que lo haya hecho todo mal. Se han visto avances notables en sanidad, educaci¨®n, dependencia o innovaci¨®n, adem¨¢s de aciertos en otras ¨¢reas, como agricultura. Y errores de gesti¨®n garrafales como el de la reforma del sector p¨²blico, donde se patin¨® en el tacto, la anticipaci¨®n y la cintura para negociar. Tambi¨¦n ha habido fallos de c¨¢lculo a la hora de propiciar la uni¨®n de las cajas de ahorros, un proyecto anhelado durante m¨¢s de 10 a?os y del que no hay nada.
La crisis econ¨®mica ha te?ido el mandato y ha provocado tambi¨¦n la p¨¦rdida de autonom¨ªa pol¨ªtica por las directrices de Bruselas y las que ven¨ªan del Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, obligado a medidas dr¨¢sticas que desbarataron el discurso socialdem¨®crata de Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n.
El Ejecutivo que comenz¨® presidiendo Manuel Chaves en marzo de 2008, tras ganar por mayor¨ªa absoluta, y que hered¨® Gri?¨¢n casi un a?o despu¨¦s, no ha tenido un momento de respiro en esta legislatura, y cada vez que ha cogido ox¨ªgeno pol¨ªtico le ha durado menos de 24 horas. Y no es solo porque la derecha andaluza, en sus 30 a?os de oposici¨®n, haya acertado. Es conocida la habilidad de Javier Arenas para bailar una milonga ¡ªuna palabra que ¨¦l ha puesto de moda en su af¨¢n descalificador de la econom¨ªa sostenible¡ª en una loseta. Pero esa capacidad la ha tenido siempre y no le ha servido para ganar en las tres ocasiones anteriores (1994, 1996 y 2008) en que se ha presentado a la presidencia de la Junta.
El Gobierno andaluz no ha tenido un momento de respiro en la etapa final
Las encuestas hablan de que los andaluces desean un cambio pol¨ªtico, y en las dos ocasiones en que se han pronunciado ¡ªlas elecciones municipales de mayo de 2011 y las generales del 20 de noviembre pasado¡ª lo han dejado claro: venci¨® el PP en el conjunto de la comunidad.
La brutal recesi¨®n econ¨®mica ha condicionado la acci¨®n del Ejecutivo de Gri?¨¢n. La tasa de paro era del 17,8% y ahora alcanza el 31,2%, seg¨²n la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA). Y en estos tres a?os ha tenido que bregar con un espectacular caso de corrupci¨®n ¡ªtambi¨¦n heredado¡ª, como el fraude de los ERE. La ¨²ltima decisi¨®n de la juez del caso al imputar al actual director general de Trabajo le abre otro boquete considerable, porque ahora s¨ª est¨¢ en su mano firmar el decreto de cese.
Pero aparte del legado recibido, las equivocaciones propias han sido lo m¨¢s sorprendente. La sustituci¨®n de Chaves por Gri?¨¢n no fue cuestionada por nadie en el PSOE, pero el terremoto que se produjo no ha dejado de generar r¨¦plicas. Ha habido hasta seis fotos oficiales del Gobierno, la ¨²ltima provocada por la dimisi¨®n de Luis Pizarro como consejero de Gobernaci¨®n. No fue una crisis m¨¢s, sino una ruptura del grupo ¡ªincluido Chaves¡ª que trabaj¨® por elevar a Gri?¨¢n a la presidencia de la Junta. Los problemas de bicefalia con Chaves desembocaron en un congreso extraordinario del PSOE para que fuera tambi¨¦n secretario general. Este apost¨® por la renovaci¨®n generacional, aunque la operaci¨®n fall¨® cuando el que fuera su n¨²mero dos en el partido, Rafael Velasco, dimiti¨® de vicesecretario al no aguantar las presiones por la actividad profesional de su esposa.
Gri?¨¢n est¨¢ ahora en los escalones finales de la escalera. La barandilla a la que se ha agarrado es la del contraste de pol¨ªticas con el Gobierno central del PP. ¡°Problemas comunes, respuestas distintas¡±, dijo en el ¨²ltimo pleno del Parlamento, resaltando sus medidas sociales. Al socialista le qued¨® bien ese debate, tras la metedura de pata de Arenas al asegurar que Andaluc¨ªa estaba en suspensi¨®n de pagos. Pero de nuevo el alivio fue muy fugaz. No contaba con que su consejera de Hacienda le diera una ahogadilla ¡ªotra m¨¢s¡ª al corregirle su estimaci¨®n del d¨¦ficit en m¨¢s del doble. En el PSOE se preguntan qu¨¦ m¨¢s puede pasar, porque ya solo falta que el cielo se les desplome sobre la cabeza, como tem¨ªan los galos de Ast¨¦rix y Ob¨¦lix.
Para Javier Arenas el balance de la legislatura ha sido inversamente proporcional al de su adversario. Empez¨® con cierta desgana y modos rutinarios por la amplia distancia que le separaba del PSOE, adem¨¢s de una cansina sensaci¨®n personal de revival, como ¨¦l mismo calific¨® su retorno a la pol¨ªtica andaluza. Se habl¨® mucho entonces del d¨¦j¨¤ vu del duelo con Manuel Chaves (12 a?os despu¨¦s) y de la repetici¨®n de estrategias y mensajes de los a?os noventa, hasta el punto de autoplagiarse ¡ªy asombrosamente con id¨¦nticas palabras¡ª el golpe de efecto de anunciar una moci¨®n de censura condenada al fracaso por la mayor¨ªa absoluta socialista, de la que se olvid¨® luego.
Suspendi¨® el primer examen en las urnas, el de las elecciones europeas de 2009. Ni hab¨ªa empate t¨¦cnico ni la victoria estaba a la vuelta de la esquina. Los socialistas sacaron al PP 8 puntos de ventaja, casi lo mismo que en los comicios auton¨®micos de 2008, y las encuestas, para colmo, apuntaban un cierto cansancio de sus propios votantes hacia la figura de Arenas (m¨¢s de la mitad quer¨ªa un relevo).
Arenas empez¨® esc¨¦ptico, pero se ha colocado en la cima a lomos del paro
Pieza cardinal del PP de Mariano Rajoy y de su resistencia ante los ataques de las legiones de Esperanza Aguirre para controlar el partido y ser el candidato en las elecciones del 20 de noviembre pasado, Javier Arenas ha jugado hasta el ¨²ltimo momento la baza del salto a la pol¨ªtica nacional. Esto es: ha estado con un pie en Andaluc¨ªa y otro en Madrid. Sin embargo, el desplome econ¨®mico y el consiguiente desmoronamiento socialista configur¨® un escenario cada vez m¨¢s favorable, de modo que Arenas dej¨® de ver su llegada a San Telmo como una quimera: tras 28 a?os a la intemperie, y muchas calamidades, el PP por fin estaba en condiciones de gobernar en Andaluc¨ªa.
A lomos de la crisis, los sondeos fueron cayendo como manzanas maduras con la buena nueva del avance imparable del PP andaluz, convertido en un hecho en las elecciones municipales y generales. El caso de los ERE y el regalo que le hizo el PSOE con la turbadora metamorfosis de su liderazgo ¡ªque propici¨® un rosario de traspi¨¦s que a¨²n contin¨²a¡ª contribuyeron tambi¨¦n al ¨¦xito. Igual que piezas perdidas de un rompecabezas imantado a las que se le diera la orientaci¨®n adecuada, todo encaj¨® de pronto conformando un bloque compacto que ha sido inmune a los recortes y la subida de impuestos por sorpresa del Gobierno de Rajoy.
Ni siquiera ha hecho mella el embarazoso episodio de los ingresos de Arenas: intent¨® evitar mostrarlos, dijo que no cobraba del partido y luego entreg¨® una declaraci¨®n de IRPF en 2010 de 142.679 euros brutos, la cantidad m¨¢s elevada del Parlamento y casi el doble de lo que percibi¨® Gri?¨¢n (85.131 euros).
En la recta final, el l¨ªder del PP solo ha tenido que espolear su ofensiva de alcaldes, a los que usa como agentes electorales permanentes, y trufar la trilog¨ªa de paro-despilfarro-corrupci¨®n con el hartazgo de 30 a?os de poder socialista para acogotar a su rival. Tampoco se ha esforzado demasiado en afinar sus propuestas y soluciones, una letan¨ªa de reformas y pactos sin concretar, adjetivados de m¨²ltiples maneras. Sin especiales logros que destacar, en esta legislatura a Arenas todo lo ha salido bien porque a Gri?¨¢n le ha salido mal.
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