El Parlamento busca paliar un c¨¢ncer
La C¨¢mara estudiar¨¢ crear el primer fondo de compensaci¨®n de Espa?a Los afectados por el asbesto superan ya los 5.500
Hubo un tiempo en el que respirar resultaba peligroso en el puesto de trabajo. Hab¨ªa unos espacios en los que el ox¨ªgeno circulaba envenenado por un agente t¨®xico, el amianto, y decenas de trabajadores que lo inhalaban mor¨ªan a?os despu¨¦s aquejados por afecciones de pulm¨®n o de garganta sin saber el porqu¨¦ de una enfermedad que convert¨ªa el simple hecho de respirar en algo tan doloroso.
El asbesto, que les aislaba del calor y les proteg¨ªa de las quemaduras en tuber¨ªas y canalizaciones, se acab¨® infiltrando en sus pulmones y cobr¨¢ndose una factura que en la mayor¨ªa de los casos han acabado pagando con su vida, precisamente cuando empezaban a pensar en disfrutar de la jubilaci¨®n.
Vigilancia de por vida
¡°Hay que vigilar la salud de los trabajadores afectados durante toda su vida¡±. La directora del Instituto Vasco de Salud Laboral, Pilar Collantes (San Sebasti¨¢n, 1965), explica que el riesgo al que est¨¢n sometidos estos trabajadores es el de un cancer¨ªgeno que puede producir efectos a¨²n pasados muchos a?os.
¡°En Osalan estamos trabajando la prevenci¨®n. Es la mejor apuesta para lograr un futuro con menos enfermedades profesionales¡±, dice Collantes. La caracter¨ªstica del amianto que obliga a vigilar la salud de los amenazados durante su vida laboral y despu¨¦s, durante la jubilaci¨®n es que el tiempo transcurrido entre la exposici¨®n y la aparici¨®n de los primeros s¨ªntomas de enfermedad puede llegar a ser de hasta treinta a?os. En Euskadi son ya m¨¢s de 4.000 trabajadores los sometidos a vigilancia post-ocupacional el resto de su vida, una cifra que crece de forma muy r¨¢pida, ¡ªeran 3.000 en enero de 2010¡ª, y hay que sumarles los activos, que siguen trabajando en contacto con ese material, otros 1.465 m¨¢s.
El protocolo de vigilancia sanitaria para los trabajadores expuestos a este riesgo fue aprobado por el Sistema Nacional de Salud en 1984, y fue perfeccionado despu¨¦s en 1993.
La mayor¨ªa de los afectados en Euskadi lo son de sectores como el siderometal¨²rgico, el ferroviario, el de los astilleros, fundiciones y muchas empresas del sector servicios. Todo el mundo sospecha que la realidad es que existen miles de trabajadores m¨¢s amenazados por ese producto.
Las cifras oficiales de Osalan, el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, sit¨²an actualmente en 5.563 los trabajadores que est¨¢n amenazados de por vida a causa de ese cancer¨ªgeno, y de 156 muertos por el asbesto hasta la fecha, aunque posiblemente la cifra debiera multiplicarse por cuatro o cinco.
El Parlamento constituy¨® el pasado lunes una ponencia que empezar¨¢ a trabajar el pr¨®ximo mes de febrero y que analizar¨¢ c¨®mo ayudar a los damnificados. ¡°Es un problema que existe y que ten¨ªamos que afrontar¡±, asegur¨® ayer a EL PA?S el presidente de la Comisi¨®n de Pol¨ªticas Sociales, Trabajo e Igualdad, el socialista Mikel Unzalu, en cuyo seno se ha creado la ponencia. Unzalu cree llegada la hora de luchar contra un problema que se ha convertido ya en un c¨¢ncer para la sociedad.
La ponencia buscar¨¢ poner en marcha f¨®rmulas r¨¢pidas de compensaci¨®n a las v¨ªctimas para evitar que prolonguen su agon¨ªa en los pasillos de los juzgados peleando contra las empresas en las que enfermaron. Este fondo ser¨ªa el primero de su tipo en toda Espa?a.
¡°Es emocionante ver c¨®mo cambia esto¡±, dice Eusebio Pagola. Con los pulmones llenos de placas, una de las patolog¨ªas derivadas de trabajar en contacto con el amianto, viaja en una silla de ruedas desde hace lustro y medio, conectado a una bomba de morfina y a otra de ox¨ªgeno. ¡°Todav¨ªa hay mucha gente desprotegida y un fondo de compensaci¨®n les ayudar¨ªa¡±, afirma con dificultad.
Pagola conoce su sentencia desde hace tiempo, pero sigue luchando. A sus 69 a?os y con serias dificultades de movilidad, sigue participando en las concentraciones de protesta que convoca la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie). ¡°Tengo muchos dolores, pero m¨¢s me duele ver el desfile de afectados por los juzgados para que se les reconozca la enfermedad profesional, para recibir una compensaci¨®n m¨ªnima por un mal que nunca que nunca debieron contraer¡±, sostiene emocionado.
Javier Mart¨ªnez falleci¨® meses antes de que le reconocieran la enfermedad profesional
El Parlamento va a analizar una aspiraci¨®n del colectivo de afectados ¡ªel fondo compensatorio¡ª que ya funciona en pa¨ªses como Francia o Alemania. Presentar¨¢ sus propuestas antes de junio despu¨¦s de invitar a que expongan sus opiniones los afectados, las asociaciones de enfermos, sindicatos y especialistas en salud laboral y derecho. Sus conclusiones se incorporar¨¢n a la Estrategia de Salud Laboral 2011-2014.
Han tenido que pasar cuatro d¨¦cadas para que la sociedad vasca ponga el amianto en la agenda de sus problemas y empiece a asociar ese producto al dolor que inflige a sus v¨ªctimas.
¡°Es triste estar contento porque un problema como este acaba socializ¨¢ndose¡±, apunta el responsable de salud laboral de CCOO, Jes¨²s Uzkudun, protagonista del impulso social y judicial que est¨¢n teniendo las patolog¨ªas ligadas a esta serie de enfermedades profesionales. ¡°Pero hay que alegrarse de que apenas hace cinco a?os el amianto solo era conocido por sus v¨ªctimas y ahora todo el mundo lo considera un enemigo. As¨ª es m¨¢s f¨¢cil luchar contra ¨¦l¡±, a?ade.
Uzkudun: ¡°Ahora conoce el amianto todo el mundo, antes solo sus v¨ªctimas¡±
El asbesto amplifica el da?o que causa, pues junto a la enfermedad obliga a los afectados a desesperarse en un laberinto judicial para probar en qu¨¦ empresa aspiraron sus fibras.
La familia del trabajador de Michelin Javier Mart¨ªnez D¨ªaz de Zugaz¨²a, muerto en 2008 por el amianto, como reconocieron Osalan y la Inspecci¨®n de Trabajo, celebr¨® el tercer aniversario de su fallecimiento en los juzgados, reclamando una indemnizaci¨®n a la multinacional francesa, que sigue negando la mayor.
Mart¨ªnez D¨ªaz de Zugaz¨²a falleci¨® cinco meses antes de que le reconociera judicialmente la enfermedad profesional. Su familia celebr¨® el funeral, por expreso deseo suyo, en la iglesia de San Francisco de As¨ªs de Zaramaga, en Vitoria. Ese templo se convirti¨® en un icono en 1976, tras los sucesos del 3 de Marzo, en los que fallecieron cinco trabajadores por disparos de la Polic¨ªa durante una protesta laboral. ¡°Quer¨ªa que tambi¨¦n las v¨ªctimas del amianto recogieran el testigo de la lucha de los trabajadores en este problema¡±, aseguran sus excolegas.
?Para la directora de Osalan, Pilar Collantes, el fondo de compensaci¨®n debe ser considerado como un adelanto de la prestaci¨®n. ¡°Debiera de ser un fondo de la Seguridad Social que se pagara a trav¨¦s de las mutuas. Est¨¢ claro que si cotizamos por las enfermedades profesionales tenemos ah¨ª una bolsa de la que recibir la prestaci¨®n en caso de confirmarse este tipo de patolog¨ªas¡±, destaca.
El fondo acelerar¨ªa el cobro de las prestaciones, facilitar¨ªa el concepto de las indemnizaciones y evitar¨ªa a los afectados un tr¨¢nsito judicial como el que sufri¨® el citado trabajador de Michelin y otros muchos en la misma situaci¨®n.
¡°El fondo debiera de ser con cargo a la Seguridad Social¡±, dice Collantes
El problema judicial para recibir una indemnizaci¨®n y el recargo de prestaciones deriva de que la actual legislaci¨®n establece que hay que identificar claramente la empresa en la que el trabajador estuvo en contacto con las fibras cancer¨ªgenas, y ello muchas veces resulta imposible porque o bien han cerrado o el trabajador pas¨® por varias durante su vida laboral y no se puede demostrar en cu¨¢l aspir¨® el amianto. ¡°Muchos compa?eros nunca pueden demostrar en los tribunales la enfermedad profesional, pese a sufrirla¡±, critica Pagola.
Otro problema del asbesto es que el n¨²mero de afectados crece muy r¨¢pidamente. Ya no son solo trabajadores y jubilados, sino que tambi¨¦n empiezan a fallecer sus esposas, quienes respiraron las fibras cuando, por ejemplo, sacud¨ªan un buzo antes de lavarlo.
El cineasta Juan Miguel Guti¨¦rrez descubri¨® mientras filmaba una pel¨ªcula sobre este problema ¡ªLa plaza de la m¨²sica que su propia madre, Araceli¡ª hab¨ªa fallecido por un c¨¢ncer de pulm¨®n asociado al amianto, un mesotelioma pleural. Su madre colgaba la ropa frente a un gran ventilador de la empresa Paisa, que trabajaba con grandes cantidades de amianto en Renter¨ªa, donde viv¨ªa la familia.
El ¨²ltimo informe del Departamento de Empleo concreta que entre 2009 y 2010 Osalan deriv¨® 343 nuevos casos a Osakidetza por contacto con el amianto. Solo el a?o pasado la cifra se acerc¨® a los 200 casos y sigue creciendo.
Hay nuevas posibilidades para detectar este mal. Desde enero de 2008, los servicios de Atenci¨®n Primaria y las mutuas est¨¢n obligadas a comunicar las sospechas de enfermedad profesional. Hasta 2010, el sistema no hab¨ªa funcionado, con 22 casos hasta agosto de ese a?o, pero tras una campa?a de Osakidetza ese a?o, han aflorado 142 casos en apenas 12 meses. ¡°Est¨¢ claro que estamos antes un problema social y de salud de primer orden¡±, coinciden los responsables de salud laboral de los sindicatos ELA y LAB.
?¡°Estamos antes un problema de salud y social enorme¡± dicen los sindicatos
El pasado 4 de diciembre, fallec¨ªa el trabajador de Renter¨ªa ?ngel Robles por esta misma causa. Todos los grupos municipales ¡ªBildu, los socialistas, el PNV, el PP y la agrupaci¨®n local Errenteriako Ezkerra¡ª pidieron en una moci¨®n que se cree un fondo de compensaci¨®n para las v¨ªctimas como el Parlamento va ahora a analizar.
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