Estado sucesorio: de Escocia a Euskadi

Han tenido que ser los anglosajones los que hayan dado el paso. Inspir¨¢ndose en la sentencia sobre Quebec, el gobierno de Londres ha aceptado el principio, inspirado en la figura del divorcio, de que en democracia dos comunidades no pueden ser forzadas a vivir juntas si una de ellas no quiere. Eso s¨ª; el que quiera separarse debe decirlo clarito, tras estar informado de lo que se juega con su voto.

Y eso significa hablar de si la futura Escocia va a pertenecer o no a la UE, de si va a tener moneda propia, de c¨®mo va a cobrar sus pensiones o de c¨®mo va a compartir la deuda actual del Gobierno Brit¨¢nico, por citar algunas cuestiones claves.

Seg¨²n un peri¨®dico ingl¨¦s, el gobierno espa?ol habr¨ªa advertido a Londres de que Espa?a vetar¨ªa la presencia de una Escocia independiente en la UE. La respuesta del primer ministro escoc¨¦s, que ha sorprendido a m¨¢s de uno, ha sido que Espa?a no podr¨ªa vetar la entrada de Escocia en la UE porque una Escocia independiente no dejar¨ªa de pertenecer nunca a la UE. Bas¨® su afirmaci¨®n en que es aplicable el principio de continuidad que la Convenci¨®n de Viena da a los ¡°estados sucesorios¡± (herederos), en virtud del cual Escocia tendr¨ªa el mismo status en la UE que tiene la actual Gran Breta?a.

Efectivamente, la Convenci¨®n de Viena sobre Tratados, firmada en 1978 y que ha entrado en vigor en 1996, propone un sistema diferente para los nuevos estados que nazcan de un proceso de descolonizaci¨®n que para aquellos que procedan de la separaci¨®n de un estado ¡°normal¡± como Gran Breta?a.

As¨ª, la Convenci¨®n establece que a las colonias que se transforman en estados se les aplique el principio tradicional de ¡°tabla rasa¡±, seg¨²n el cual el nuevo estado nace virgen, sin derechos ni obligaciones que provengan de su estado predecesor. Pero cuando el nuevo estado provenga de un ¡°estado normal¡±, el art¨ªculo 16 del Convenio propone que se les aplique el ¡°principio de continuidad¡±, seg¨²n el cual el nuevo ¡°estado sucesorio¡± hereda el derecho a pertenecer a los Tratados a los que pertenec¨ªa el estado predecesor. Es decir, que si se aplicara el Convenio de Viena, Escocia ser¨ªa miembro de la UE autom¨¢ticamente porque Gran Breta?a lo era.

El problema est¨¢ en que esa doctrina del Convenio de Viena no es pac¨ªfica ni responde a la realidad hist¨®rica consolidada. Cuando Yugoslavia explot¨® en varios estados, ninguno de ellos hered¨® la posici¨®n de la antigua Yugoslavia, ni siquiera la federaci¨®n de Serbia y Montenegro que reclam¨® que se autoproclam¨® heredera de Yugoslavia, y se aplic¨® el principio de ¡°tabla rasa¡± de manera que todos los nuevos estados tuvieron que pedir su ingreso en la ONU. Cuando fue la URSS quien se desmembr¨®, la ONU acept¨® a Rusia como su estado sucesorio, pero por el contrario exigi¨® al resto de estados que pidieran su ingreso en la ONU de uno en uno. Por el contrario, y a favor de la tesis escocesa, cuando Checoslovaquia se disolvi¨®, los estados checo y eslovaco pasaron directamente a ser miembros de la ONU en virtud del principio de continuidad.

Por su parte, la UE carece de previsiones legales para este supuesto. Cuando en 1985 Groenlandia decidi¨® abandonar la UE, la soluci¨®n que se improvis¨® fue negociar esa salida entre todos los miembros de la UE. Y cuando Argelia obtuvo su independencia en 1962 dej¨® de pertenecer a la UE autom¨¢ticamente, pese a que hasta ese momento hab¨ªa sido miembro de la misma a trav¨¦s de Francia. Son ejemplos que sugieren que cualquier nuevo estado que nazca por escisi¨®n o disoluci¨®n de uno de los actuales estados de la UE deber¨ªa negociar su pertenencia a la misma con la totalidad de los 27 estados miembros, teniendo cada uno de ello poder de veto para esa entrada.

Por lo tanto, el asunto no est¨¢ claro y es muy importante para el porvenir de las reclamaciones de flamencos, catalanes o vascos. Hasta ahora nadie se hab¨ªa atrevido a poner el problema encima de la mesa y Escocia, no s¨¦ hasta qu¨¦ punto voluntariamente, lo ha puesto. El sentido com¨²n dir¨ªa que el Gobierno escoc¨¦s deber¨ªa dirigirse a Bruselas para aclarar cual ser¨ªa la soluci¨®n que se les aplicar¨ªa en caso de independencia: o el principio de ¡°tabla rasa¡±, que les dejar¨ªa fuera de la UE, o el ¡°principio de continuidad¡± que les har¨ªa miembros de la UE autom¨¢ticamente. Ir a una votaci¨®n de independencia sin tener en cuanta este dato tan crucial ser¨ªa de locos.

Y la respuesta que obtuviera Escocia seria muy importante en toda Europa, porque si la respuesta fuera favorable a aplicar el principio de continuidad del art¨ªculo 16, otros nacionalismos con mayor¨ªas pol¨ªticas importantes en su territorio podr¨ªan plantear un refer¨¦ndum de independencia similar, basado en los principios de la sentencia de Quebec. Y es que no resulta f¨¢cil para un Tribunal Constitucional espa?ol o franc¨¦s, decir que el matrimonio es para toda la vida y que la madre patria es en realidad una madrastra. Adem¨¢s, siempre quedar¨ªa el tribunal de Estrasburgo para intentarlo.

Pero si la respuesta de Bruselas fuera negativa y considerara que Escocia se queda fuera de la UE y debe pedir su entrada, con el riesgo de que cualquiera de los 27 le vete y en todo caso despu¨¦s de una serie de a?os de espera, el efecto sobre la estrategia de los partidos nacionalistas vascos, catalanes o flamencos ser¨ªa tremendo.

Mira por donde, los escoceses van a plantear lo que por aqu¨ª nadie se atrev¨ªa a barruntar.