El Raval se vuelca con los parados
17 comercios del barrio ofrecen los martes descuentos de hasta el 50% a los desempleados
David L¨®pez encontr¨® trabajo ayer, d¨ªa de su vigesimosexto cumplea?os, y lo celebr¨® en un restaurante que le hizo una rebaja del 40% en el precio del men¨². El descuento no tuvo nada que ver con su aniversario, sino con su condici¨®n de desempleado. ¡°Era el ¨²ltimo d¨ªa en que pod¨ªa aprovecharlo¡±, cuenta.
Un grupo de empresarios del barrio barcelon¨¦s del Raval ofrece cada martes rebajas de hasta el 50% a los desempleados que se acerquen a alguno de los 17 comercios que se han adherido a la iniciativa No te pares, ven al Raval. ¡°Tenemos cinco millones de razones para hacer esto¡±, dice Sergi Coloma, presidente de la asociaci¨®n de comerciantes El Raval Verd y due?o de una peluquer¨ªa en la que, si presentas el DNI y la cartilla del paro, el corte de pelo te cuesta la mitad.
Alberto, actor sin trabajo, pag¨® ayer 10 euros por el lavado, corte y secado. ¡°El motivo por el que vengo aqu¨ª est¨¢ clar¨ªsimo. Hay que alargar much¨ªsimo la prestaci¨®n y cosas como estas se notan a final de mes¡±, explica.
Con la iniciativa se pretende ayudar no solo a los desempleados, sino tambi¨¦n a la imagen del barrio, aport¨¢ndole dinamismo y diversidad. Participan bares, restaurantes, dos centros de est¨¦tica, una tintorer¨ªa, una poller¨ªa y una ¨®ptica, entre otros. ¡°Buscamos dar un mensaje positivo y diferente del que dan los medios de comunicaci¨®n. Aqu¨ª tambi¨¦n pasan cosas bonitas¡±, dice Sergi.
La campa?a, que estar¨¢ vigente hasta abril, nace de la coordinaci¨®n de un grupo de j¨®venes emprendedores espa?oles con negocios abiertos hace menos de un a?o en el barrio. Empresarios que, con el tiempo, tambi¨¦n se han hecho amigos. En opini¨®n de Sergi, el nacimiento de esta ¡°acci¨®n empresarial ejemplificadora¡± se debe a esto, a la amistad: ¡°Cuando puse en marcha la iniciativa no tuve ni que preguntarles porque sab¨ªa que aceptar¨ªan¡±.
La campa?a, que estar¨¢ vigente hasta abril, nace de la coordinaci¨®n de un grupo de j¨®venes emprendedores con negocios en el barrio
Natalia Gim¨¦nez est¨¢ convencida de que su negocio ¡°tendr¨ªa r¨ªos de gente en la puerta¡± si estuviese ubicado en otro barrio. Esta clienta (y amiga) de Sergi pone a la venta cada martes, a precio de coste, cinco productos de origen ecol¨®gico y tan b¨¢sicos en la alimentaci¨®n como las legumbres y el arroz en La Botigueta del Raval. Su tienda est¨¢ a pocos pasos de la peluquer¨ªa de Sergi, en la calle de la Cera, el enclave donde se concentra el grueso de los comercios adscritos a la promoci¨®n. Natalia cree que los conflictos que se dan ocasionalmente entre la comunidad marroqu¨ª, argelina y paquistan¨ª han repercutido en que la gente tenga una ¡°imagen desvirtuada del barrio¡±. ¡°La idea es ayudar, pero tambi¨¦n limpiar la calle¡±, concluye.
Berta Fern¨¢ndez, due?a de un restaurante con tradici¨®n en la zona, Las Fern¨¢ndez, cree que la culpa la tiene el ¡°boom de documentales televisivos sensacionalistas de hace unos a?os¡±. En su local, invadido por m¨²sica de los setenta y postales pop, el men¨² de la noche de los martes le cuesta al parado lo mismo que el men¨² de d¨ªa: dos platos, bebida y postre por 10 euros.
En el restaurante donde David L¨®pez ha celebrado que ha encontrado trabajo, el men¨² no llega a los cinco euros. Rub¨¦n Berm¨²dez, gerente del Cera 23, cree en esta iniciativa y aplica la promoci¨®n los siete d¨ªas de la semana. ¡°Es que el Raval es una zona especialmente afectada por el paro¡±, argumenta.
La ¨®ptica Bassol vende gafas graduadas a mitad de precio. Lo mismo sucede con todos los servicios del centro de est¨¦tica ?ngels y las consumiciones de la cafeter¨ªa La Rouge y la cocteler¨ªa Never More.
¡°Tratamos de ayudar a cambio de ganar un poco menos¡±, resume Alicia Cucarella, due?a de la lampister¨ªa El Raval. Sus clientes sin empleo no tienen que pagar los 60 euros que les costar¨ªa la instalaci¨®n de un calentador de gas. ¡°Mucha gente me llama y me agradece lo que estoy haciendo, aunque tambi¨¦n est¨¢n los que se confunden y piensan que lo que ofrezco es la instalaci¨®n de una caldera, que cuesta 900 euros. A esos, al menos, no les cobro el transporte¡±, concluye.
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