El telar
Uno tiene la sensaci¨®n de que este Gobierno se dedica a desmantelar todo lo que erigi¨® el anterior
Est¨¢ ah¨ª, en los cl¨¢sicos, como todo lo dem¨¢s: en la profundidad de su palacio mic¨¦nico, mientras la noche se abate sobre los apriscos, el sembrado y las habitaciones en que duermen los esclavos, la reina Pen¨¦lope desteje los hilos del tapiz que ha compuesto durante el d¨ªa. El resultado es la nada; una congelaci¨®n perpetua del tiempo, la imposibilidad de su avance, la detenci¨®n del agua en las clepsidras y de la l¨ªnea que marca en ¨¢ngulo sobre el reloj de sol. Cuando, durante la madrugada, en la soledad melanc¨®lica de su alcoba, la reina deshace la labor que ha ocupado toda su jornada, est¨¢ condenando al universo a la petrificaci¨®n. Desde entonces se nos dice que una tarea absurda, cansina, que no progresa, que carece de porvenir, que se eterniza en su inanidad, es una tela de Pen¨¦lope. Ejemplos: la dichosa Torre Pelli de Sevilla, que asciende sin ascender, o el gobierno de esta Espa?a nuestra, donde leyes y reales decretos son cifras escritas en la arena, que el mar borra inmisericordemente al amenazar las sombrillas. El ¨²ltimo, penoso episodio lo constituye el caso de la contrarreforma de los contenidos para las oposiciones a profesor de secundaria. No entro a discutir la justeza o no de las alegaciones morales del ministro Wert: m¨¢s all¨¢ de los manejos de los ¨²ltimos gerifaltes de la educaci¨®n, ?no se le cae la cartera de las manos a este se?or al modificar hasta el 80% de los temarios de los opositores a menos de seis meses de la prueba? ?Es consciente de la cantidad de ansiol¨ªticos, de borracheras, de insomnios, de rabia y de desesperaci¨®n que dependen de la arbitrariedad de ese gesto? Si, como ¨¦l afirma, la reforma previa de los contenidos (que fue en noviembre, con lo cual llevamos dos en cuatro meses) se hizo de modo alevoso y desleal, ?qu¨¦ le costaba la deferencia para con los examinandos de prorrogar su correcci¨®n hasta agosto o septiembre? Si lo ha hecho para castigar a Andaluc¨ªa y otras comunidades, seg¨²n parece obvio, dudo yo que Arenas, el eterno opositor, se lo vaya a agradecer mucho.
Pero m¨¢s all¨¢ de la atrocidad humana perpetrada contra un colectivo de sesenta mil personas, est¨¢ el telar de Pen¨¦lope. Uno tiene la sensaci¨®n de que este Gobierno est¨¢ dedic¨¢ndose a desmantelar sistem¨¢ticamente todo lo que erigi¨® el anterior: ley de aborto, educaci¨®n para la ciudadan¨ªa, violencia de g¨¦nero, memoria hist¨®rica, ley de dependencia, matrimonio homosexual cuando le llegue el turno. Todos los avances sociales conquistados en una d¨¦cada van a la basura: borr¨®n y cuenta nueva. Esto me hace preguntarme c¨®mo es posible el progreso, el avance social, la mera llegada del futuro a los relojes si constantemente se est¨¢n frenando sus agujas. Sean de uno u otro signo, los partidos no pueden dedicarse a erradicar tajantemente las disposiciones de los gobiernos anteriores en cuanto alcancen el poder para empezar desde una pol¨ªtica de tierra quemada: es un m¨¦todo que consiste en edificar constantemente sobre ruinas. En mis a?os de dedicaci¨®n a la ense?anza he presenciado hasta cinco o seis reformas de planes de estudio, criterios pedag¨®gicos, sistemas de ingreso, objetivos, procedimientos, actitudes que han rendido como ¨²nico resultado el que ya conocemos: que Andaluc¨ªa es una de las regiones peor formadas de Europa. A ello no es ajeno, me parece, este continuo toma y daca de normas y criterios que no permite aprovechar lo que otros hicieron antes de nosotros, sino que se dedica por sistema a anularlo y destruirlo. ?Queremos lo mismo para el gobierno de la naci¨®n? ?Dejaremos de lado alguna vez el orgullo ideol¨®gico y admitiremos que despu¨¦s de todo tambi¨¦n ¨¦l, el enemigo, tuvo la raz¨®n en su d¨ªa y no merece la pena tachar? M¨¢s nos vale; de lo contrario lo ¨²nico que nos quedar¨ªa es sentarnos a esperar el regreso de Ulises. Si es que llega.
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