Prieto, en el 50 aniversario de su muerte
Ayer, 12 de febrero, conmemoramos el quincuag¨¦simo aniversario de la muerte del ilustre pol¨ªtico socialista y bilba¨ªno, Indalecio Prieto.
Es una efem¨¦ride demasiado redonda como para dejarla pasar sin dedicar unos minutos al recuerdo y a la reflexi¨®n, m¨¢xime en momentos de aguda crisis econ¨®mica, con su corolario de penurias crecientes para la clase trabajadora y de no menos profunda crisis del sistema pol¨ªtico, de los valores c¨ªvicos que han de sustentarlo y de la credibilidad de la democracia representativa en Europa, elementos, todos ellos, que c¨¢ndidamente hab¨ªamos llegado a considerar inmunes al desgaste ideol¨®gico, no necesitados de protecci¨®n.
Una de las l¨ªneas b¨¢sicas de sus acci¨®n pol¨ªtica era el componente contrario al nacionalismo vasco
En efecto, puntales de la civilizaci¨®n que consider¨¢bamos inamovibles se tambalean ante el furibundo ataque de unos poderes sin nombre ni rostro. La tecnolog¨ªa ha posibilitado que inmensas corporaciones movilicen, como nubes de estorninos, las decisiones de millones de personas, las m¨ªnimas codicias de cada cual, en operaciones financieras especulativas de un volumen tan atroz que se llevan por delante, como las olas arrasan los castillos de arena, esa estructura de convivencia pol¨ªtica y jur¨ªdica que denominamos Estado de Bienestar.
Ahora bien, este fen¨®meno bifronte: Crisis econ¨®mica con devaluaci¨®n democr¨¢tica, no es la primera vez que ocurre ni, de momento, se atisban las tr¨¢gicas derivadas que sacudieron nuestro continente y el mundo entero desde fines de los a?os treinta del siglo pasado. Nos abruma, eso s¨ª, la magnitud planetaria del fen¨®meno y la est¨®lida y cruel estrategia de los poderosos decididos, hoy como entonces, a pasar a los m¨¢s pobres la factura de su inmensa avaricia, estrategia servida fielmente por muchos pol¨ªticos y economistas ignorantes, desalmados y ciegos.
Por eso, porque no es la primera vez que ocurre, conviene recordar, siquiera por un instante, c¨®mo algunos de aqu¨¦llos a los que correspondi¨® bregar con circunstancias no m¨¢s halag¨¹e?as que ¨¦stas, lucharon por la democracia, los derechos y el bienestar de los trabajadores.
Este empe?o ha inspirado la iniciativa de la Fundaci¨®n Ram¨®n Rubial que durante el pasado a?o organiz¨® un ciclo de conferencias con el objetivo de conmemorar el 125 aniversario de la fundaci¨®n del Partido Socialista de Euskadi o para ser m¨¢s exactos, de la Agrupaci¨®n Socialista de Bilbao, el 11 de julio de 1886 por un grupo de obreros liderados por el metal¨²rgico toledano Facundo Perezagua, aqu¨ª metido a tabernero, organizador y propagandista pol¨ªtico. De las conferencias pronunciadas y que han glosado las biograf¨ªas de Prieto, Meabe, Zugazagoitia o el propio Rubial, ha quedado un libro primorosamente editado que, mientras dispongan de ejemplares, la Fundaci¨®n Ram¨®n Rubial entrega gratuitamente.
Indalecio Prieto, ovetense de nacimiento, llega a Bilbao en el mes de Enero de 1891 cuando su madre, reci¨¦n enviudada y repudiada por su familia, emigra con sus hijos y viene a instalarse en la calle de Las Cortes, ensanche humilde, no como el se?orial de Abando, de aquel Bilbao industrial y minero. Pronto comienza a frecuentar los c¨ªrculos socialistas llegando incluso a pasar por los calabozos antes de terminar el siglo XIX. Tiene quince a?os. Comienza entonces a trabajar como taqu¨ªgrafo y despu¨¦s como periodista. Desde 1901 lo hace en el diario que ser¨¢ despu¨¦s su baluarte: El Liberal. El 2 de enero de 1904, Indalecio y otros j¨®venes reunidos en Bilbao, ponen en pie el proyecto de Tom¨¢s Meabe fundando las Juventudes Socialistas de Espa?a.
Dos son las l¨ªneas estrat¨¦gicas de la acci¨®n pol¨ªtica de Prieto. Por un lado, un componente f¨¦rreamente contrario al nacionalismo vasco, percibido como un movimiento populista y xen¨®fobo. Lo era. Lo era, lo es y lo ser¨¢. No s¨®lo el nacionalismo vasco de la ¡°Construcci¨®n Nacional¡± sino que lo es todo nacionalismo. Como lo fueron el ¡°Nacional-Catolicismo¡± espa?olista y antes los que, frente a las crisis capitalistas del siglo XX, desencadenaron dos guerras mundiales y como lo es tambi¨¦n, sin duda, el moderno rebrote nacionalista que est¨¢ destrozando la Uni¨®n Europea, ese gran proyecto genuinamente socialdem¨®crata.
De otra parte, alej¨¢ndose de la tendencia entonces dominante en el socialismo espa?ol contraria a cualquier tipo de colaboraci¨®n con ¡°fuerzas burguesas¡±, Indalecio apostar¨¢ por la consolidaci¨®n de la democracia como un valor en s¨ª misma, no como trampol¨ªn para la realizaci¨®n de una nueva sociedad ideal. Si da?ino es hacer el mal, ahora vamos llegando a comprender lo da?ino que puede llegar a ser imponer el bien. El desprecio de la democracia real y efectiva lleva al Holocausto, o al Gulaj. Prieto consigui¨®, no sin amargas rupturas, fraguar para las elecciones de 1907 la primera ¡°Conjunci¨®n Republicano-Socialista¡±, candidatura que arrasa, como no pod¨ªa ser menos, en Bilbao.
La victoria de las posiciones de Prieto, materializada en el Congreso del PSOE de octubre de 1915, tuvo un enorme valor simb¨®lico y abri¨® las puertas¡ ?40 a?os antes del final de la II Guerra Mundial! a una estrategia pol¨ªtica eficazmente socialdem¨®crata que result¨® truncada en Espa?a como consecuencia del triunfo de Franco en la Guerra Civil Espa?ola en 1939.
La gran innovaci¨®n de Prieto fue la de interpretar el socialismo como una extensi¨®n a la realidad social y econ¨®mica de los principios de Igualdad y Libertad que hacen posible la democracia. Esa extensi¨®n no es otra cosa que la Equidad (libertad, Igualdad y Solidaridad) a la que se ha referido el reci¨¦n elegido secretario general del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, en su primer discurso.
En una famos¨ªsima conferencia pronunciada en la sociedad El Sitio (hoy biblioteca municipal de Bidebarrieta) en marzo de 1921 titulada La libertad, base esencial del socialismo, Prieto proclamaba: ... ¡°Yo he de decir (...) que soy socialista a fuer de liberal, por entender que el socialismo es la eficacia misma del liberalismo en su grado m¨¢ximo y el sost¨¦n m¨¢s eficaz que la libertad puede tener¡±.
Rafael Iturriaga es licenciado en Derecho y militante del PSE-EE.
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