Aldara, un ave que lleva mochila
La Comunidad usa GPS para seguir los h¨¢bitos y evoluci¨®n del buitre negro, en peligro de extinci¨®n
Esta es la historia de un p¨¢jaro. No es un ave cualquiera, cuidado. Un esp¨¦cimen de 8,3 kilos, frondoso plumaje color tierra y 2,87 metros del extremo de un ala al de la otra cuando las tiene totalmente extendidas. El ejemplar (hembra) se llama Aldara, como la pastora que el Arcipreste de Hita encontr¨® en el Alto del Le¨®n y reflej¨® en el Libro del Buen Amor. El nombre ya es peculiar pero no es lo ¨²nico que le diferencia de los otros 200 ejemplares de buitre negro que habitan en Madrid bajo estricta vigilancia por ser una especie en peligro de extinci¨®n. Aldara come carro?a, planea libre y presumiblemente feliz por los cielos de la regi¨®n y sus alrededores. Imposible distinguirla desde tierra a no ser que uno lleve un telescopio encima para divisar con claridad su n¨²mero de anilla, el distintivo que la identifica. Pero no divisarla no significa que no se pueda saber por d¨®nde merodea Aldara, al menos, 10 veces al d¨ªa.
Sobre el lomo, este buitre lleva desde hace casi a?o y medio un GPS (tecnolog¨ªa punta ultraligera adquirida por 4.000 euros en Estados Unidos, con bater¨ªa de placas solares y dos correajes de cinta para anudarlo) que chiva su localizaci¨®n por sat¨¦lite. Sus paradas y destinos quedan registrados con precisi¨®n sobre un mapa de ordenador que guarda los datos y los cruza. Aldara, por ejemplo, pas¨® la Nochevieja en Cuenca y seguramente se dio un fest¨ªn. ¡°Es una zona con mucho campo de cultivo y restos de caza¡±, explica Juan Vielva, director conservador del Parque Natural de Pe?alara y supervisor del programa de protecci¨®n del buitre negro que desarrolla la Comunidad de Madrid. Vielva, que es un divulgador de lujo, cuenta detalles del buitre y del entorno como el que habla de un amigo o de su propia casa. ¡°Con el fr¨ªo bajan al sur, hacia Toledo¡±. All¨ª aprovechan los restos que quedan tras las monter¨ªas de los domingos. ¡°Son animales socialmente aceptados porque se comen la carro?a y no atacan a otras especies¡±.
Aldara ha emitido 4.500 localizaciones desde que lleva la mochila a cuestas. Se ha movido sobre todo por Segovia, la sierra de Guadarrama y el sureste de Valladolid, seg¨²n desvela el aparato. ¡°Este sistema permite conocer todos sus movimientos, especialmente saber d¨®nde se alimenta", a?ade Vielva. ¡°Imag¨ªnate que va a Cuenca y sabemos que all¨ª hay carne envenenada¡¡±. Cualquier detalle sirve para proteger m¨¢s al centenar de parejas que anidan en Madrid de las 2.400 repartidas en seis comunidades aut¨®nomas de Espa?a, donde se concentra el 90% de la poblaci¨®n europea. En ¨¦poca de reproducci¨®n, por ejemplo, se cambian recorridos de rallyes o de carreras para evitar molestarles.
Gracias al GPS, los responsables del programa han descubierto que puede extenderse en un radio de m¨¢s de 200 kil¨®metros en lugar de os 80 que se pensaba hasta ahora. Solo una buitre, a la que llaman Lola, consigui¨® llegar mucho m¨¢s lejos que se sepa. Fue localizada en las costas de Senegal. "Como vuelva, hacemos una fiesta", bromea socarr¨®n el conservador del parque mientras enfila el jeep cuesta arriba y deja atr¨¢s, cada vez m¨¢s peque?o, el Valle del Paular, en Rascafr¨ªa. Es una ma?ana helada de mitad de enero, con los robles que marcan el camino a¨²n cargados de hojas.
La Comunidad de Madrid, a trav¨¦s del Parque Natural de Pe?alara, lleva m¨¢s de una d¨¦cada pendiente de la colonia de buitre negro con un bi¨®logo y un equipo de agentes forestales. Hasta ahora todo lo que sab¨ªan de Aldara y los dem¨¢s lo obten¨ªan de inspeccionar nidos y sacar muestras de sangre y tejido a los animales. Detalles como las tasas de supervivencia, su longevidad o las causas de muerte. Desde 1998 se han anillado 468 pollos en la regi¨®n. Ahora pueden, adem¨¢s, vigilarlos desde la distancia.
Tras su Fin de A?o castellano, Aldara volvi¨® el 15 de enero a su nido situados sobre un gran pino silvestre a 1.600 metros de altura. Le quedan dos a?os m¨¢s de mochilera. Pronto le acompa?ar¨¢ un macho (al que llamar¨¢n Pe?a, para que la mezcla de ambos nombres suene parecido a Pe?alara) con otro GPS a la espalda. No consiguieron cogerlo en enero y tendr¨¢n que esperar. Empieza el periodo de reproducci¨®n y no se deben hacer movimientos que puedan alterar a la especie. Los pollos pasan casi cuatro meses sin moverse del nido. Los m¨¢s aventajados echar¨¢n a volar en verano.
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