Nada por aqu¨ª, nada por all¨¢
El PSdeG prorroga el 'casting' para buscar un 'sparring' que tranquilice conciencias revoltosas
En A Coru?a, en el barrio de O Birloque, se le dedic¨® hace pocos a?os una calle a Juan Darriba, ¡°el ni?o h¨¦roe¡±, un chaval de 11 a?os que muri¨® en 1896 ahogado en el Orz¨¢n al salvar a una ba?ista de 30. ¡°Aquella tragedia conmocion¨® a la ciudad. Aunque tras un gran debate se decidi¨® no suspender las fiestas de agosto, ya en marcha, el Ayuntamiento entreg¨® a la familia 250 pesetas de entonces, y le regal¨® a perpetuidad una tumba en el cementerio de San Amaro¡±, seg¨²n cont¨® en el acto inaugural el entonces alcalde, Francisco V¨¢zquez, a los parientes del homenajeado (la mayor¨ªa llegados de M¨¦xico, entre ellos Olegario V¨¢zquez Ra?a, uno de los mayores empresarios del pa¨ªs americano). En realidad, los vecinos hab¨ªan solicitado al Ayuntamiento una l¨ªnea de autob¨²s urbano, pero la calle, pese a su reciente construcci¨®n, era tan empinada que los buses no pod¨ªan acceder a ella. As¨ª que, a falta de transporte, bueno fue el homenaje.
El gesto y la tragedia de Juanito Darriba se han repetido y triplicado en el mismo lugar, siglo y pico despu¨¦s, cuando tres agentes de polic¨ªa murieron al intentar salvar a un joven. Paco V¨¢zquez no cont¨® la reacci¨®n de la prensa de entonces, y si cargaron las tintas contra la ba?ista cuyo rescate motiv¨® la muerte del chaval (sobre todo porque parece ser que se aferr¨® demasiado a ¨¦l), o destacaron que era de Mondo?edo, y por lo tanto, ignorante del mar y sus peligros. Igual que la placa sustituy¨® a la reivindicaci¨®n, tambi¨¦n en este caso el sentido homenaje al gesto heroico ha opacado el contexto. Como que hac¨ªa menos de un a?o que se hab¨ªa producido otra v¨ªctima mortal en las mismas circunstancias, y cuatro desde que el mismo mar engull¨® a tres ejecutivos bancarios que paseaban por la orilla, y solo devolvi¨® a dos.
O la exigencia de medidas por parte de las autoridades. No digo reponer los carteles que parece que hace muchos a?os rezaban Prohibido ba?arse a los turistas, pero s¨ª la instalaci¨®n de aros salvavidas con cabos, que quiz¨¢s hubiesen evitado que los polic¨ªas heroicos falleciesen al hacer una cadena con sus manos. O el debate de si la arena de gravera que se le aport¨® a la playa y la costumbre de hacer con ella barreras para que los temporales no derriben la balaustrada (modelo Coru?a), influye en la poca consistencia del arenal. O recordado que la ¨²ltima campa?a de promoci¨®n de la ciudad se basaba precisamente en la lumeirada de Riazor ¡ªque organiza el Ayuntamiento¡ª, escenario de la anterior muerte.
Pasando de lo local a lo universal, que es como aqu¨ª muchos llaman a Valladolid y alrededores, en aquel mes en que Rajoy nos gustaba porque estaba como ausente, gobiernos municipales de derechas se encargaron de animar el deca¨ªdo gui?ol pol¨ªtico quit¨¢ndole a Pilar Bardem calles que se ignoraba que ten¨ªa para pon¨¦rselas a advocaciones marianas (de la Virgen Mar¨ªa, me refiero). En Galicia, dado que apear en las urnas a Manuel Fraga de la Xunta les llev¨® 16 a?os, la izquierda necesaria acomet¨ªa la urgente e imprescindible labor democr¨¢tica de apearlo de los callejeros.
Cuando Rajoy despert¨®, la crisis segu¨ªa all¨ª, y se barruntaba la reforma laboral que iba a venir, alguien destap¨® los instintos patri¨®ticos del pueblo espa?ol, celoso de sus derechos, y a punto estuvimos de concentrar tropas en la frontera con Francia porque un ciclista madrile?o se cay¨® en un chulet¨®n, o algo as¨ª. Y ahora que ya sabemos ¡ªaunque no por la vicepresidenta portavoz, S¨¢enz de Santamar¨ªa¡ª en qu¨¦ consiste la reforma laboral, ?qu¨¦ es lo que toca? ?Una crisis del cobre con Ruman¨ªa, provocada por la airada queja del Gobierno espa?ol ante los episodios de saqueo de instalaciones p¨²blicas y privadas? Sinceramente, de un Gobierno tan preparado como dicen que es ¨¦ste era de esperar algo mejor que echar mano de ese patriotismo que ya sosten¨ªa Samuel Johnson que era el ¨²ltimo recurso de un pillo (aunque Ambrose Bierce se lo discut¨ªa, afirmando que era el primero).
Y quiz¨¢ por si los gallegos no sent¨ªan en carne propia ¡ªnunca mejor dicho¡ª la afrenta a Contador, dado que nadie movi¨® un dedo cuando se la hicieron a Ezequiel Mosquera, en el BNG se mont¨® el espect¨¢culo de la disputa de bienes gananciales y grandes principios, todo por el mismo precio, corroborando aquello de Cioran: ¡°A los ¨²ltimos a quienes perdonamos su infidelidad es a aquellos a quienes hemos decepcionado¡±. Y en el PSdeG prorrogan el casting de b¨²squeda de un mirlo blanco que haga de sparring y de tranquilizador de las conciencias revoltosas.
En resumen, en lugar de ilusionar se practica el ilusionismo, que parece lo mismo, pero es una actividad consistente en agitar la mano derecha para ocultar el truco que se hace con la izquierda, que en este caso es robar nuestras carteras. Entre las ventajas de ese pluriling¨¹ismo por el que todos abogamos se olvida la fundamental: poder emigrar a sitios donde haya algo m¨¢s de decencia.
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