La lecci¨®n antidrogas de los presos
Reclusos de Teixeiro y alumnos de institutos intercambian visitas para un taller preventivo contra el consumo adolescente de estupefacientes
Con voz pausada, Ra¨²l desgrana el descarrile de su vida. Tiene 30 a?os. Pas¨® la mitad preso de las drogas y m¨¢s de un tercio en una c¨¢rcel. ¡°Era un chico normal como vosotros, tambi¨¦n iba a un colegio de curas¡±. En el sal¨®n de actos del Colegio de los Maristas en A Coru?a, repleto con 121 alumnos de cuarto de la ESO y varios profesores, el silencio es total mientras una decena de reclusos de la prisi¨®n provincial de Teixeiro (Curtis) relatan desde el estrado sus trayectorias de drogadicci¨®n, violencia y privaci¨®n de libertad. Hablan y responden a las m¨²ltiples preguntas de su joven p¨²blico con franqueza, sin estridencias, con un discurso bien elaborado. Evitan detalles s¨®rdidos. No especifican porque fueron condenados. Tampoco nadie se lo pregunta. Se muestran exquisitamente respetuosos en su papel de educadores para estas clases, incluidas en el horario lectivo ¡ªsalvo para siete escolares que no lograron permiso de sus padres.
Es la primera parte del taller en dos sesiones D¨ª-K-Non. Una experiencia pionera que, capitaneada por la Fundaci¨®n Barri¨¦, consiste en llevar las c¨¢rceles a los institutos, y viceversa, para prevenir el consumo de estupefacientes en adolescentes. Una decena de centros p¨²blicos o privados de A Coru?a y Lugo se apuntaron este curso al proyecto. Ya supera las expectativas. Por ambas partes. Funciona ¡°con ¨¦xito¡±, corroboran profesores, escolares, presos educadores.
Sobre el papel, se trata de un sencillo intercambio. Presos de la Unidad Terap¨¦utica y Educativa (UTE) del penal de Teixeiro, un m¨®dulo libre de drogas y con estrictas normas de respeto integrado por 54 internos que voluntariamente deciden desenga?arse y cambiar el rumbo de sus vidas antes de reinsertarse, visitan institutos para relatar sus experiencias. A la semana siguiente, los internos reciben a los alumnos en la prisi¨®n para que experimenten unas horas la vida entre las rejas. Sin horizonte que ver ni los olores habituales del exterior. No huele ni a lluvia, apunta un chico, pese a ser persistente en esa ma?ana fr¨ªa en la que 32 adolescentes, elegidos por sorteo ¡ªtodos quer¨ªan ir pero hay l¨ªmite de plazas¡ª descubren los patios de Teixeiro.
Para la primera sesi¨®n, en el confort del colegio, hab¨ªa ya mucha expectativa. Risitas y codazos suscitaban entre los adolescentes de 15 y 16 a?os ¡°ver a los drogadictos¡±. Divertida tambi¨¦n result¨® para los chicos la peque?a escena teatral con la que los reclusos abren el taller: miman a un joven de 16 a?os que, tras ¡°ponerse hasta arriba, con copas, porritos y un tirito¡±, se mata con su moto al saltarse un stop.
32 alumnos devolvieron la visita a los presos en la c¨¢rcel de Teixeiro
Pero ¡°al pasar del gui¨®n a la vida de verdad¡±, con sus historias reales, los presos despiertan m¨¢ximo inter¨¦s entre los alumnos. Relatan ¡°sus ganas de vivir a toda pastilla hasta perderlo todo¡±. Todos o casi empezaron ¡°con tonter¨ªas, robando una chocolatina" o 50 c¨¦ntimos en la cartera de la madre. Y probando un porro para ¡°fardar con los colegas¡± siendo cr¨ªos. Historias t¨ªpicas, con apenas variantes, del engranaje infernal de drogas y violencia que les llev¨® a dar con los huesos en la c¨¢rcel. ¡°Y tocar fondo¡±. Hasta la especie de ¡°resurrecci¨®n¡± que la UTE de Teixeiro les brind¨® para ¡°ser persona, aprender normas y disciplina para crecer¡±.
Contados en primera persona, los relatos de los presos calan entre los adolescentes. Su curiosidad se centra en saber c¨®mo ¡°es la vida de jodida¡± entre rejas. ?Y las relaciones con la familia? ?C¨®mo funcionan los vis-a-vis? ?Entra droga en la c¨¢rcel? ?Es dif¨ªcil desenga?arse? Los internos responden intercalando sus experiencias con mensajes. ¡°Pasar de los supuestos amigos que os incitan a consumir drogas, no nacimos delincuentes, estamos en la c¨¢rcel por hacer caso del que dir¨¢n¡±. ¡°Dejaros aconsejar por los mayores¡±.
Los chavales muestran curiosidad por la ¡°vida jodida¡± en prisi¨®n
Con maestr¨ªa dirige el intercambio Luis Fern¨¢ndez Roca, educador de la UTE de Teixeiro y coordinador del taller. Interviene para desmontar cualquier estereotipo televisivo sobre la c¨¢rcel. Muchos se caen a la semana siguiente cuando los chicos y chicas, uniformados para sorpresa de los presos, le devuelven su visita en la prisi¨®n. Entre rejas, unos y otros se confiesan. ¡°Te hacen sentir inferior si no tomas¡± una copa o una calada en los botellones, relata una adolescente. ¡°La marihuana no deber¨ªa llamarse terap¨¦utica, siempre vas a pedir m¨¢s, yo no supe parar¡±, replica Sergio. An¨¦cdotas hay decenas en las casi seis horas que dura el taller completo. Y buen rollo. Las sesiones terminan en un ambiente de fervor espiritual, correando todos juntos 16 a?itos de Dani Martin y No dudar¨ªa de Rosendo. Pero antes presos y alumnos dieron m¨¢xima puntuaci¨®n a la experiencia.
La t¨¦cnica del ¡®marketing¡¯-hero¨ªna
Dolor. Soledad. Impotencia. Agobio. Y much¨ªsimo fr¨ªo. Se repiten los cinco adjetivos que cada escolar debe apuntar durante los diez minutos que permanece en una celda de verdad. Ninguno de los 32 alumnos de los Maristas de A Coru?a que hicieron la segunda parte del taller D¨ª-K-Non en la prisi¨®n de Teixeiro habl¨® de miedo. Y eso que la c¨¢rcel da miedo. ¡°Te hace tener muy presente c¨®mo cualquiera puede acabar aqu¨ª¡±, reflexiona Carlota (los nombres de los menores son ficticios). Entre alumnos y anfitriones, internos reconvertidos en educadores contra el consumo de drogas, se establece cierta confianza.
Los reclusos desintoxicados no paran de agradecer ¡°la oportunidad¡± de poder aleccionar a adolescentes que tiene la edad con la que ellos sucumbieron. Y los alumnos se sinceran y confirman las estad¨ªsticas sobre consumo de drogas en adolescentes. S¨ª, las hay en los colegios. Se fuman porros en los Maristas. ¡°En los botellones se ofrece de todo¡±, afirma Antonio. ¡°Vi tomar pastillas a amigos que no les vale con beber¡±, corrobora Mar¨ªa. Dos chicas rompen a llorar. Luis, el coordinador, relata que una chavala de 16 a?os de otro instituto dijo que llevaba dos sin salir de noche. ¡°Estaba de vuelta de todo¡± tras tomar m¨²ltiples drogas antes de cumplir 14. Otra cont¨® intercambios de sexo por alucin¨®genos. Cuando un preso relata c¨®mo se hizo adicto, con dosis gratuitas que luego pagaba llevando alijos, el director de la Fundaci¨®n Barri¨¦, Javier L¨®pez, revela que se llama ¡°marketing-hero¨ªna¡±. ¡°Dejas probar gratis un programa inform¨¢tico hasta que el cliente se engancha, y luego le cobras¡±.
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