Un par¨¦ntesis franc¨¦s, culto y escondido
La Casa de Vel¨¢zquez, de azarosa historia, aloja a artistas desde 1928. Ma?ana abre sus puertas al p¨²blico
Vel¨¢zquez colocaba aqu¨ª su caballete para pintar los famosos cielos madrile?os. ¡°Eso cuenta al menos la leyenda y las vistas lo merecen¡±, dice Jean-Pierre ?tienvre, director de la Casa de Vel¨¢zquez, que mira, desde la Ciudad Universitaria, a la sierra de Guadarrama. En los jardines de esta mansi¨®n neocl¨¢sica viven hoy una docena de artistas alojados en elegantes ¡°pabellones¡±, chal¨¦s adosados de dos alturas, con un apartamento en mezzanine y un taller de trabajo con un alt¨ªsimo ventanal por el que entra la luz natural. Son en su mayor¨ªa j¨®venes, de los dos sexos y de distintas nacionalidades, y comparten ¨¢rboles, piscina y las vistas a la sierra que inspiraron al maestro barroco, hoy algo estropeadas por los focos del parking de la Moncloa (que est¨¢ tan cerca que durante la Transici¨®n, hab¨ªa dos guardias civiles apostados en el tejado de la Casa). Los becados de esta residencia dependiente del Ministerio franc¨¦s de Ense?anza Superior e Investigaci¨®n son en total una treintena, entre artistas e investigadores de humanidades. Aunque no todos viven aqu¨ª, todos cobran un sueldo de 3.000 euros mensuales durante dos a?os con la condici¨®n de publicar una tesis o participar en un par de exposiciones. ¡°Esto es una isla¡±, dice ?tienvre, paseando entre los soleados parterres del jard¨ªn. ¡°Un par¨¦ntesis del mundo real¡±.
La Casa de Vel¨¢zquez es adem¨¢s un secreto escondido. ¡°Estamos en el quinto pino y quienes nos conocen tienden a guard¨¢rselo para s¨ª¡±, dice ?tienvre, que es catedr¨¢tico de Literatura Espa?ola en la Sorbona y fue becado de la instituci¨®n que dirige a finales de los setenta. ¡°La gran tentaci¨®n para los que vivimos dentro es encerrarnos tras estas rejas¡±, admite el director. ¡°Toda residencia tiene algo de conventual¡±. Pero en esta, la libertad es total: de tem¨¢tica art¨ªstica, de horarios y de compa?¨ªas. ¡°Esto no es un Club Med, no es un crucero, aqu¨ª se viene a trabajar, pero la libertad es el nervio del artista y un artista enamorado siempre crea con mayor intensidad¡±, dice el director. Vive la France.
Casa de Vel¨¢zquez
- Autores: D. Zavala ?lvarez, L. Chifflot y C. Lef¨¨vre; reconstruida por D. Zavala Aguilar, J. J. Haffner y F. Genilloud. E Obra: 1922-1935, reconstruida de 1954 a 1958.
- Estilo: neocl¨¢sico.
- Ubicaci¨®n: Paul Guinard, 3. Ciudad Universitaria.
- Funci¨®n original y actual: residencia de artistas e investigadores del Ministerio franc¨¦s de Ense?anza Superior.
Para dar a conocer esta deliciosa isla francesa en Madrid se celebra ma?ana una jornada de puertas abiertas (de 16.00 a 20.00). Habr¨¢ conciertos, exposiciones y una barra para tomar algo junto a la piscina. Se podr¨¢ entrar en las casas-taller de los artistas y conversar con ellos sobre su trabajo. ¡°Queremos darnos a conocer¡±, dice el director de la instituci¨®n, ¡°dejar de ser un secreto despu¨¦s de tantos a?os¡±.
La idea de la Casa de Vel¨¢zquez surgi¨® durante la I Guerra Mundial, pero no se materializ¨® hasta 1928, cuando Alfonso XIII ¡ªque hab¨ªa cedido el solar a los franceses¡ª inaugur¨® la obra: una mansi¨®n escoltada por dos torres herrerianas. Con los artistas ya viviendo en la Casa, continuaron las obras de alas laterales y pabellones hasta mayo de 1935, paralelamente a la construcci¨®n de la mucho m¨¢s racionalista y moderna Ciudad Universitaria. Mal sitio, peor momento. Poco despu¨¦s, toda la zona se convirti¨® en el frente de la Guerra Civil. Una compa?¨ªa de polacos del batall¨®n Dombrovsky resisti¨® en el edificio hasta la extenuaci¨®n, y se conserva una orden de noviembre de 1936 que portaban unos dinamiteros agregados a la columna Durruti para penetrar en el alcantarillado y volarlo por los aires. Qued¨® destrozado, la escultura ecuestre de Vel¨¢zquez que hay en la entrada, decapitada por un ob¨²s. Los artistas se mudaron a un palacete de la calle de Serrano hasta que, a mediados de los cincuenta, se decidi¨® reconstruir el edificio. Conservaron el claustro, la biblioteca y la planta, pero las torres se caparon, quedando como terrazas a la italiana. La obra se realiz¨® con los materiales y las calidades de la posguerra. ¡°Las instalaciones estaban totalmente obsoletas, acabamos de salir de dos a?os de obras de adecuaci¨®n¡±, explica ?tienvre. Tambi¨¦n en parte por ello se celebra ma?ana la jornada de puertas abiertas, ocasi¨®n ¨²nica para conocer este edificio desconocido y a los artistas que lo habitan. ¡°Vivir aqu¨ª no es solo c¨®modo, tambi¨¦n es creativamente efectivo¡±, dice Olivier Larivi¨¨re, de 33 a?os, en la cocina de su taller apartamento, rodeado de grandes ¨®leos con im¨¢genes extremas de porno y tatuajes. ¡°Cuando vuelva a Reims, buscar¨¦ un piso y un taller suficientemente grande para mis esculturas y para poder compartirlo con mi novia que tambi¨¦n es artista¡±, cuenta por su parte ?tienne Fouchet en su espacio de trabajo madrile?o, donde el techo debe tener unos seis metros. ¡°Ser¨¢ dif¨ªcil encontrar un espacio concebido expresamente para la creaci¨®n como este¡±, dice. ¡°?Y seguro que en ning¨²n caso tendr¨¢ piscina!¡±. ¡°Despu¨¦s de dos a?os, a los artistas siempre les cuesta tener que marcharse¡±, dice el director. ¡°Este es su para¨ªso perdido¡±.
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