El fiscal pide 12 a?os de c¨¢rcel para el due?o del macroburdel de La Jonquera
Hoy se inicia el juicio contra Jos¨¦ Moreno, acusado de proxenetismo
Jos¨¦ Moreno, empresario de locales de alterne, se sentar¨¢ hoy en el banquillo acusado de dirigir una trama encargada de trasladar mujeres procedentes de Brasil para prostituirlas en sus burdeles para ganar dinero. Moreno abri¨® uno de los burdeles m¨¢s grandes de Europa en La Jonquera (Alt Empord¨¤) en octubre de 2010, semanas despu¨¦s de ser detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y cuando estaba imputado en dos causas por tr¨¢fico de personas. Junto con el empresario se sentar¨¢n otros seis acusados que, seg¨²n el fiscal, trabajaban a sus ¨®rdenes en 2008, a?o en que las testigos protegidas declararon que hab¨ªan llegado a Espa?a gracias al dinero de la trama para prostituirse. El fiscal pide para todos ellos 12 a?os de c¨¢rcel por un delito continuado contra el derecho de los trabajadores extranjeros y relativo a la prostituci¨®n. El abogado de Moreno niega todos los cargos.
Siguiendo ¨®rdenes del empresario, los imputados ¡°se dedicaban a traer chicas desde Brasil, a veces con dinero proporcionado por Moreno¡± para que se prostituyesen en los clubes Ed¨¦n (Pla de l¡¯Estany) y Eclipse (Baix Empord¨¤). Los acusados establecieron contactos con terceras personas, que los encargados de la investigaci¨®n no han podido identificar, encargadas de reclutar a mujeres en el extranjero porque ten¨ªan problemas de ¡°falta de personal¡± en Espa?a, seg¨²n el fiscal.
La red les pagaba el billete de avi¨®n y les entregaba los 2.000 euros necesarios para poder entrar en el pa¨ªs con un visado de turista. Al llegar a Espa?a, los encargados de la trama les retiraban ese dinero y las llevaban directamente a los burdeles, ¡°sin que conste que lo hiciesen obligadas¡±, dice el ministerio p¨²blico.
Trabajaban ¡°en condiciones
Una vez en los clubes, la trama descontaba de cada servicio una parte para pagar la deuda contra¨ªda por el viaje. El primer servicio del d¨ªa se destinaba a pagar el billete de avi¨®n, cuyo coste se hab¨ªa multiplicado: los 800 euros iniciales se convert¨ªan en 2.500, seg¨²n una de las testigos protegidas. Las ganancias obtenidas con el segundo cliente de cada jornada se esfumaban para pagar la estancia en el burdel, que pod¨ªa costarle a cada una de las mujeres ¡°entre 100 y 150 euros por d¨ªa¡±. El dinero que ganaban las chicas lo recaudaban los encargados y del total tambi¨¦n se les descontaba el coste de la ropa de cama y de la limpieza de las habitaciones.
Las mujeres trabajaban ¡°en condiciones leoninas¡±, seg¨²n recoge el escrito del fiscal. Las chicas ten¨ªan que trabajar durante 11 horas al d¨ªa, seis d¨ªas a la semana. Por cada d¨ªa no trabajado deb¨ªan abonar 40 euros. Los encargados fijaban el precio de los servicios. Seg¨²n una de las chicas, la tarifa no pod¨ªa bajar de 65 euros.
La polic¨ªa decidi¨® registrar los burdeles en octubre de 2010. En los locales los investigadores encontraron numerosa documentaci¨®n, ordenadores y cantidades de dinero distribuidas en sobres con distintos nombres. En el domicilio de Moreno, los agentes hallaron joyas, tel¨¦fonos y material que el empresario hab¨ªa obtenido con los beneficios de la prostituci¨®n, seg¨²n el fiscal.
En julio de 2010, la polic¨ªa embarg¨® cinco millones de euros en bienes a 12 acusados de proxenetismo, entre ellos Moreno. La operaci¨®n se consider¨® un logro importante, porque por primera vez los cuerpos policiales actuaban sobre las ganancias obtenidas por los proxenetas. La polic¨ªa embarg¨® 14 fincas valoradas en 3,5 millones, cuatro coches de lujo, una limusina, un cami¨®n y dos barcos.
El resto de los acusados en el juicio son el ch¨®fer y recadero de la trama, en cuyo domicilio la polic¨ªa encontr¨® una pistola semiautom¨¢tica para la que no ten¨ªa licencia (delito por el que el fiscal pide dos a?os m¨¢s de c¨¢rcel), dos encargados de los clubes y tres personas cuyo trabajo consist¨ªa en captar y organizar el traslado de las mujeres desde Brasil. Todos se lucraron con el negocio, seg¨²n el fiscal.
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