Es la hora de luchar
Los sindicatos pueden y deben jugar un papel de contenci¨®n de las pol¨ªticas neoliberales que arrasan con los derechos laborales
Una de las frases m¨¢s coreadas que escuch¨¦ en las manifestaciones del domingo fue ¡°no es la hora de pactar, es la hora de luchar¡±.
En Sevilla, el coordinador general de IU, Cayo Lara, afirmaba que ¡°el PP ha decretado la lucha de clases¡± con la reforma laboral. El l¨ªder de CC OO, Francisco Carbonero, habl¨® de ¡°pelea ideol¨®gica¡± y el de UGT, Manuel Pastrana, llam¨® a la rebeli¨®n contra los ¡°salarios de miseria¡±. El presidente Jos¨¦ Gri?¨¢n a?adi¨® que ¡°rompe el modelo de convivencia¡±.
En la orilla opuesta, y mientras docenas de miles de andaluces se echaban a la calle para mostrar su indignaci¨®n por el hachazo del PP a los derechos laborales, los dirigentes del PP, reunidos en Sevilla, aplaud¨ªan y justificaban la reforma.
M¨¢s a¨²n, el presidente Mariano Rajoy afirmaba c¨ªnicamente que ¡°es justa, buena y necesaria¡±. Su compa?ero de partido Javier Arenas la defend¨ªa con ardor. Sostiene, para m¨¢s inri, que no contiene recortes sociales. La lectura del decreto demuestra que es absolutamente falso.
No hace falta insistir en ese extremo. Es claro que el despido ser¨¢ m¨¢s barato (casi gratis total), que el empresario podr¨¢ reducir los salarios a voluntad, que desaparece la negociaci¨®n colectiva¡ Para qu¨¦ seguir.
Lo importante es el ?ahora qu¨¦? ?Deben pactar los sindicatos y los partidos de izquierda con el PP en el tr¨¢mite parlamentario del decreto ley? O por el contrario, ?deben mostrar su rechazo frontal, utilizando todas las armas democr¨¢ticas a su disposici¨®n, huelga general incluida para combatir esta agresi¨®n a la clase trabajadora?
En las manifestaciones del domingo se escucharon voces en este sentido. Porque la reforma laboral es brutal y hay pocas posibilidades de que el PP la rectifique. Lo ha dicho su particular dama de hierro, Dolores de Cospedal: ¡°El cuerpo de la reforma tiene que mantenerse¡±.
El PP ha hecho la reforma que le exig¨ªan los empresarios, sus fieles aliados, y su ala m¨¢s dura. Por ello, no es esperable que el Gobierno modifique o acepte correcciones de calado. Aunque Arenas afirme de cara a la galer¨ªa, y con la vista puesta en las elecciones andaluzas, que hay que dialogar con los sindicatos.
As¨ª las cosas, ser¨ªa lamentable que los socialistas y los sindicatos blanquearan la reforma con un par de arreglitos del largo articulado. El PSOE debe recordar que el origen de su derrota ha sido precisamente haber impulsado pol¨ªticas propias de la derecha. Un segundo error ser¨ªa grav¨ªsimo y tendr¨ªa consecuencias inmediatas en los comicios del 25-M. Por el momento, el PSOE anuncia la presentaci¨®n de una propuesta alternativa en el Congreso.
Por otro lado, como corearon los manifestantes del domingo, los sindicatos deben huir de la tentaci¨®n pactista, de poner parches irrelevantes a un decreto inaceptable para los intereses de la clase trabajadora, a la que representan.
Los sindicatos pueden y deben jugar ese papel de contenci¨®n de las pol¨ªticas neoliberales que arrasan con los derechos laborales. Conscientes de ello, los voceros m¨¢s reaccionarios de la prensa han iniciado una (otra) feroz campa?a de desprestigio contra sus dirigentes. Su lideresa, la muy aristocr¨¢tica Esperanza Aguirre, condesa de Murillo y Grande de Espa?a, califica a los sindicatos de anticuados, reaccionarios y antisociales.
A 30 d¨ªas de las elecciones andaluzas, la izquierda pol¨ªtica y sindical debe pues mantener la tensi¨®n en las calles y la presi¨®n en la mesa de negociaci¨®n y en el Congreso de los Diputados. Ambos deben explicar a la ciudadan¨ªa que esta reforma perjudica por igual a todos los trabajadores, sean de derechas, de izquierdas o de centro.
Y si, como es presumible, el dialogo que ofrece el PP no es m¨¢s que una artima?a hasta llegar al 25-M, romper la baraja y seguir en la lucha. Como est¨¢n haciendo los estudiantes.
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