Florida Park, el Retiro tropical
La m¨ªtica sala de fiestas, encargada por Fernando VII, ha sido capilla, balneario y merendero
La cubierta retr¨¢ctil que, como un abanico gigante, abr¨ªa la pista de baile del Florida Park al cielo madrile?o nunca se us¨®. ¡°Las poleas siguen ah¨ª¡±, dice Alberto Garc¨ªa Morell, gerente de la m¨ªtica sala de fiestas del Retiro. Se instalaron en los cuarenta para cubrir, en caso de lluvia, a los invitados de una boda de post¨ªn. Sin embargo, seg¨²n cuenta este ingeniero de formaci¨®n, ¡°es de suponer que su movimiento har¨ªa temblar toda la estructura acristalada como si fuese a estallar en pedazos¡±.
Garc¨ªa Morell es una mina de an¨¦cdotas de la sala que regenta desde hace 30 a?os, ¡°la ¨²nica que queda de su especie¡±. La historia del inmueble se remonta a 1814, cuando el rey Fernando VII se lo encarg¨® al arquitecto Isidro Gonz¨¢lez Vel¨¢zquez. Esta parte noreste del Buen Retiro era su reservado, vedado al p¨²blico, que pod¨ªa acceder al resto del parque desde 1767. El rey mand¨® hacer en su recinto caprichos (quiz¨¢s la categor¨ªa arquitect¨®nica con el nombre m¨¢s hermoso), peque?as construcciones rom¨¢nticas de car¨¢cter recreativo muy en boga en el XIX, que simulaban casitas rurales o pabellones ex¨®ticos. La funci¨®n de estas caba?as, quioscos o cenadores era, adem¨¢s de hacer bonito y ocultar instalaciones, recreativa: dentro se colocaban orquestinas, cosmoramas o aut¨®matas. El arquitecto cre¨® la Casita del Pescador, en el centro de un estanque, la Pajarera, la Monta?a Artificial, la Casa de Fieras¡ y esta Noria o Casa del Contrabandista, que se llam¨® as¨ª por una colecci¨®n de aut¨®matas que representaban escenas andaluzas, entre los m¨¢s vistosos un bandolero y un cura.
Casa del contrabandista
Autor. Isidro Gonz¨¢lez Vel¨¢zquez.
Obra. 1814 - 1817.
Ubicaci¨®n. Parque del Retiro (Ibiza).
Funci¨®n original. Capricho rom¨¢ntico.
Funci¨®n actual. Edificio municipal que aloja la sala de fiestas Florida Park.
Entonces el edificio era mucho m¨¢s peque?o que el actual. Se reduc¨ªa al llamado Sal¨®n Pombo (por el poeta, un habitual), una sala circular y abovedada con una enorme l¨¢mpara de ara?a en el centro. ¡°Pesa una tonelada y media, y genera la tensi¨®n que sujeta la cubierta de zinc, que sin ella saldr¨ªa volando¡±, explica Garc¨ªa Morell. El invernadero y la pista de baile se fueron a?adiendo a medida que el edificio cambiaba de usos. Ha sido pabell¨®n de caza, balneario, capilla, terraza-cafeter¨ªa, vaquer¨ªa¡ Durante la dictadura de Primo de Rivera fue un dancing, y un sal¨®n de t¨¦ tras la Guerra Civil. Con la llegada de los estadounidenses a la base de Torrej¨®n, se puso de moda como sala de fiestas. Luego hizo doblete como plat¨® televisivo: aloj¨® los programas musicales de Jos¨¦ Mar¨ªa ??igo y los shows de fin de a?o. En su escenario hidr¨¢ulico han actuado Tina Turner y Liza Minelli, Ken Follet (que tiene una banda de blues) y Montserrat Caball¨¦, Julio Iglesias, Roc¨ªo Jurado, Lola Flores... ¡°Pasar por el Florida era como torear en Las Ventas¡±, dice su encargado.
Aunque ha tenido varios nombres ¡ªViena Park, Granja Florida¡ª hasta llegar al actual, lo que s¨ª fue desde que el parque pas¨® a manos del Ayuntamiento, es una concesi¨®n municipal. En la hemeroteca hay noticias sobre su arrendamiento desde principios del siglo XX. La m¨¢s divertida, de 1926: el pleno municipal discuti¨® un cambio en las condiciones del contrato, ya que un concejal se quej¨® de que en el supuesto balneario no se prestaba asistencia a los enfermos, pero s¨ª se serv¨ªan cervezas y bocadillos. ¡°?Por qu¨¦ no modificar los pliegos de condiciones, dejando convertida esta casita en un centro de reuni¨®n, restaurante, caf¨¦ o cosa an¨¢loga para que los paseantes del Retiro tengan all¨ª un sitio de descanso, en vez de continuar con la ficci¨®n de que aquello es un edificio sanitario?¡±, se preguntaba el edil.
¡°El Florida Park es una joya arquitect¨®nica e hist¨®rica, y deber¨ªa ser protegida como el Folies Bergere¡±, dice Garc¨ªa Morell en la penumbra de su restaurante, iluminado por dos palmeras de ne¨®n. ¡°Este ambiente algo decadente es parte de su encanto y gusta mucho a los j¨®venes¡±. A mitad de la cena saldr¨¢ un ballet espa?ol y luego se retirar¨¢n las mesas para una noche de house hasta las seis de la ma?ana. Si algo sabe este edificio es reinventarse.
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