La rana, el PSPV y el escorpi¨®n
"Si algo no abunda en el PSPV es la confianza y la lealtad"
La historia es de sobra conocida. Un escorpi¨®n le pide a una rana que la ayude a cruzar un r¨ªo subi¨¦ndose a su lomo. La rana se niega alegando que el escorpi¨®n la matar¨¢, a lo que ¨¦ste contesta que no porque si lo hiciera se ahogar¨ªan los dos. La rana accede y a mitad de traves¨ªa el escorpi¨®n le clava el aguij¨®n. Sorprendida, le pide explicaciones: ¡°Est¨¢ en mi naturaleza¡± acierta a decir el escorpi¨®n mientras los dos se ahogan.
Tres de los ¨²ltimos cuatro congresos del PSPV se han saldado con victorias p¨ªrricas de uno de los dos candidatos a secretario general. Joan Romero lo gan¨® por tres votos; Joan Ignasi Pla, la primera vez que logr¨® el cargo, lo hizo con una ventaja de siete sobre Jos¨¦ Luis ?balos y hace tres a?os Jorge Alarte se impuso a Ximo Puig por veinte votos. Los socialistas valencianos, desde la p¨¦rdida del poder en 1995, est¨¢n divididos al 50%. En realidad, la fragmentaci¨®n es mucho mayor, pero las inestables y fr¨¢giles alianzas entre los diferentes se?ores de la guerra, acaban siempre en una confrontaci¨®n en la que todos pierden, aunque uno de ellos crea haber vencido. La primera tarea que se impondr¨¢ el ganador ser¨¢ la de conseguir el control interno de la organizaci¨®n para, te¨®ricamente, liderar el partido con un proyecto que permita desplazar al PP del poder. Para alcanzar ese objetivo se han empleado todos los medios imaginables: aniquilar al adversario interno, pactar con ¨¦l, intentar aniquilarlo primero para pactar despu¨¦s, abandonar a los propios para alcanzar un acuerdo con el contrario¡ Todas las combinaciones han sido probadas y todas han fracasado porque si algo no abunda en el PSPV es la confianza y la lealtad. Una y otra vez los socialistas concurren a los congresos como quien va al campo de batalla.
El socialismo valenciano camina
Los militantes socialistas est¨¢n eligiendo ahora a los delegados que acudir¨¢n al pr¨®ximo congreso y decidir¨¢n si mantienen a su actual secretario general, Jorge Alarte, o apuestan por Ximo Puig, Francesc Romeu o Manolo Mata. Los cuatro presentar¨¢n documentos, har¨¢n discursos y apelar¨¢n a la unidad del partido para sacarlo de la sima en que, unos m¨¢s que otros, lo han sumido. Visto desde cierta perspectiva todo tiene un sabor rancio y olor a naftalina. El PSPV camina hacia la irrelevancia pol¨ªtica si los dirigentes del PSOE no hacen nada por evitarlo. El proceso de italianizaci¨®n ¡ªsu conversi¨®n en el Partido Socialista Italiano¡ª ser¨ªa irreversible sin la existencia de Ferraz. La izquierda valenciana est¨¢ cada vez m¨¢s atomizada. Comprom¨ªs, UPyD y Esquerra Unida aumentan sus expectativas electorales a costa del desencantado votante socialista.
Pero nada de ello parece inquietar a los dirigentes del socialismo valenciano, confiados en la teor¨ªa de los ciclos; en que el desgaste del PP, v¨ªctima de sus peleas internas, la corrupci¨®n y la crisis econ¨®mica les devolver¨¢ de nuevo al poder. Ignoran, sin embargo, la capacidad de los populares para reinventarse peri¨®dicamente con constantes cambios, voluntarios o forzados, de l¨ªderes que practican el adanismo pol¨ªtico, present¨¢ndose como reci¨¦n llegados, como si nada tuvieran que ver con su pasado ni el de su partido. Solo hay que observar el comportamiento del actual presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que aparenta no tener nada que ver con la desastrosa gesti¨®n realizada por su partido en los ¨²ltimos a?os en la Comunidad Valenciana.
En el PSPV sobra ego¨ªsmo y falta generosidad para alcanzar un gran pacto que les permita presentarse como un partido unido y fuerte ante las demandas sociales. Su desconexi¨®n con la realidad es brutal. El autismo que sufren es de tal magnitud que, si nada o nadie lo remedia, el pr¨®ximo congreso volver¨¢ a ser una batalla entre dos facciones en la que lo ¨²nico que importar¨¢ ser¨¢ la victoria por p¨ªrrica que esta sea. Los socialistas valencianos son al tiempo la rana y el escorpi¨®n. Acabar¨¢n en el fondo del r¨ªo.
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