¡°Estamos cerrados debido al ICE¡±: as¨ª luce un d¨ªa sin inmigrantes en Estados Unidos
Negociantes de todo el pa¨ªs se han sumado este lunes a una convocatoria que anima a los migrantes a que no vayan a trabajar con el fin de demostrar lo esenciales que son para la econom¨ªa estadounidense
La se?ora Natalia M¨¦ndez no cocinar¨¢ hoy en sus enormes calderos las fajitas de pollo, ni los chiles rellenos de queso, ni la sopa de ra¨ªces a base de remolacha, zanahoria o papa, ni el mole o las flautas que prepara desde hace a?os en el sur del Bronx. El restaurante La Morada est¨¢ cerrado este lunes, pero no porque sus due?os migrantes le tengan miedo a lo que el presidente Donald Trump est¨¢ diciendo de la gente como ellos, ni a las redadas de los oficiales del Servicio de Control de Inmigraci¨®n y Aduanas (ICE), ni a las amenazas de deportaciones. La Morada est¨¢ cerrado para que Estados Unidos entienda lo que significa un d¨ªa sin sus inmigrantes.
¡°?A d¨®nde quieren que nos vayamos, si la tierra es de quien la trabaja?¡±, se pregunta M¨¦ndez, de 54 a?os. ¡°Muchos de nosotros hemos estado aqu¨ª por a?os, hemos trabajado con nuestras manos, hemos entregado nuestra vida entera¡±. En 2009, M¨¦ndez fund¨® La Morada junto a su esposo Antonio Saavedra. Hoy es el lugar donde se reparten unas 500 comidas gratis a migrantes indocumentados que llegan de todos lados a la ciudad de Nueva York. Este lunes han colgado un cartel que anuncia ¡°Estamos cerrados debido al ICE¡±, lo que quiere decir que sus 10 trabajadores no asistir¨¢n a su centro laboral, ni atender¨¢n a los cerca de 50 clientes que reciben a diario, ni alimentar¨¢n a las casi 100 familias que d¨ªa por d¨ªa pasan a buscar su comida gratis.
¡°Es una forma de decir que juntos somos tambi¨¦n muy poderosos, que somos la resistencia¡±, dice M¨¦ndez, quien lleg¨® desde M¨¦xico a inicios de los noventa y asegura que aprendi¨® a vivir sin miedo, a quitarse de arriba el temor de todo indocumentado. ¡°El miedo siempre va a existir, pero algunos ya hemos aprendido a lidiar con ¨¦l¡±.
A casi 300 kil¨®metros de La Morada, en la zona de Riverdale, en el estado de Maryland, la se?ora Liliana Leonzo le comenz¨® a decir desde hace unos d¨ªas a sus clientes que su restaurante Lily¡®s Caf¨¦ estaba cerrado este lunes. A ciertos clientes no les hizo gracia el anuncio.
¡°Hay mucha gente que no est¨¢ de acuerdo, pero como nosotras todas somos inmigrantes, s¨ª lo hicimos¡±, dice Leonzo, que lleg¨® de El Salvador hace 14 a?os y hace 10 meses abri¨® las puertas de su negocio, donde trabajan nueve mujeres, todas inmigrantes. ¡°Algunos clientes nos dec¨ªan que si no trabaja, la gente no va a ganar. Pero para nosotros esto es perder poquito y ganar mucho m¨¢s¡±.
Por primera vez, desde que inaugur¨® el espacio que abre a las 8 de la ma?ana y cierra a las 8 de la noche, Leonzo ha sentido el miedo en el Lily¡¯s Caf¨¦. El miedo propio y tambi¨¦n el miedo de los clientes, que ven¨ªan todo el tiempo en busca de pupusas, empanadas o tamales, pero que ahora prefieren ordenar para no salir de casa o recoger el pedido lo m¨¢s r¨¢pido posible.
El esposo de Leonzo, que tiene una compa?¨ªa de construcci¨®n, tambi¨¦n detendr¨¢ sus labores este lunes, como mismo anunciaron que estaban cerrados la Florister¨ªa Cristal, de Harlem, en Nueva York; la Tiendita de Luly, que distribuye todo tipo de alimentos a domicilio en el Estado de Maryland; o El Pancito Bakery, que oferta unos incre¨ªbles panes y dulces a los residentes de Raleigh, Carolina del Norte.
Tampoco saldr¨¢n este lunes a la calle los vendedores ambulantes de San Francisco. Rodrigo L¨®pez, un mexicano que lleva 34 a?os viviendo en la ciudad, y es el presidente de la Asociaci¨®n de Vendedores Ambulantes, cuenta que al menos los cerca de 116 vendedores que normalmente se encuentran en el Mission District no estar¨¢n hoy con sus mesas repletas de joyer¨ªa de plata, juguetes, peluches, frutas, elotes y todo tipo de comida.
¡°No podemos cambiar el mundo, pero s¨ª una cosa a la vez, y tenemos que enviar el mensaje¡±, asegura L¨®pez.
Todos se han sumado al llamado de ¡°Un d¨ªa sin inmigrantes¡±, una iniciativa que lanz¨® en redes sociales el activista hondure?o Osman Milla el pasado 27 de enero, y que en unas pocas horas se hab¨ªa viralizado. Han pedido a la comunidad migrante que, si es posible, no lleven a sus hijos a la escuela, ni asistan al trabajo, ni abran sus negocios, para que se entienda de una vez que los inmigrantes en Estados Unidos no son los ¡°criminales¡± con los que el Gobierno hace campa?a, sino una fuerza que mueve al pa¨ªs, que genera millones.
Un informe publicado el a?o pasado por investigadores de la Universidad de California en Los ?ngeles (UCLA) y la California Lutheran University refleja que en 2022 los latinos generaron 3.7 trillones de d¨®lares en Estados Unidos, superando la cifra hist¨®rica de 3.2 trillones de d¨®lares en 2021. Solamente en 2022 ¡ªa?o en que hab¨ªa en el pa¨ªs 8,3 millones de trabajadores indocumentados, m¨¢s del 5% de la poblaci¨®n activa¡ª, estos pagaron 96.700 millones de d¨®lares en impuestos y aportaron m¨¢s de 22.000 millones al sistema de seguridad social y otros 5.700 millones a Medicare.
Roxana Damas, una activista de San Francisco, hija de padres salvadore?os, que ha visto de cerca el atropello a los migrantes ya sea en centros de detenci¨®n o en la regi¨®n rural del norte de California, es una de las personas que ha echado a andar la iniciativa de ¡°Un d¨ªa sin inmigrantes¡± y cree que es importante enviar un ¡°fuerte mensaje financiero, que no nos vean como criminales, sino como personas que contribuimos¡±.
¡°No todo el mundo puede ir a marchar, hacer otro tipo de resistencia, pero todo el mundo puede de alguna manera tomar acci¨®n¡±, asegura. ¡°Algunos dicen que esta iniciativa no va a tener impacto financiero; es verdad, pero tenemos que demostrar c¨®mo se ve el mundo un d¨ªa sin nosotros, qu¨¦ es lo que realmente baja ese d¨ªa, porque muchas tiendas de la comunidad a la que la gente iba est¨¢n m¨¢s vac¨ªas, se est¨¢ reportando que en ciertos Walmarts, la gente no est¨¢ yendo a buscar comida, hemos visto due?os de siembras donde la gente no est¨¢ yendo a trabajar¡±, cuenta.
El martes, La Morada abrir¨¢ sus puertas. Tambi¨¦n el Lily¡®s Caf¨¦. Retomar¨¢n sus labores los trabajadores de la construcci¨®n y los vendedores ambulantes. Todos saben que la vida seguir¨¢ su rumbo, que los pol¨ªticos continuar¨¢n cumpliendo con su agenda antiinmigrante y que el ICE habr¨¢ capturado a unos cuantos. Pero algo va a cambiar este lunes y, de hecho, estaba cambiando desde antes. Todos coinciden en que la gente no se est¨¢ callando. Nadie quiere un pa¨ªs sin migrantes. O como dice Natalia M¨¦ndez: ¡°?Qui¨¦n va a cocinar? ?La migra?¡±
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