Los bonobos reconocen la ignorancia de los dem¨¢s: cae otra habilidad que se cre¨ªa exclusiva de los humanos
Un experimento de cooperaci¨®n demuestra por primera vez que otros animales, adem¨¢s de las personas, son capaces de comunicar a sus compa?eros informaci¨®n si la desconocen
T¨ªmidos y raramente vistos fuera de la densa selva africana que habitan al sur del r¨ªo Congo, los bonobos tienen una elevada memoria social, son agresivos en algunas ocasiones, pero tambi¨¦n pueden resolver sus desavenencias con caricias y sexo. Ahora, investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EE UU) han identificado una nueva faceta que la especie tambi¨¦n tiene en com¨²n con los humanos: los bonobos pueden intuir la ignorancia de los dem¨¢s, y comunicarse para corregirla y cooperar.
De nuevo, una capacidad que parec¨ªa exclusiva de las personas, resulta ser parte del comportamiento de otros animales. El bonobo (Pan paniscus) es, junto con su especie hermana ¡ªel chimpanc¨¦ (Pan troglodytes)¡ª, el pariente m¨¢s cercano de los humanos. Para los autores del descubrimiento, que publica este lunes la revista PNAS, la sofisticada habilidad social de percibir carencias en el conocimiento de los dem¨¢s es clave en la manera en que las personas cooperamos, nos comunicamos y trabajamos juntos de manera estrat¨¦gica. Y sostienen en su estudio que ¡°esas elaboradas capacidades mentales debieron aparecer hace millones de a?os en los antepasados comunes que compartimos con los otros simios¡±. Durante la evoluci¨®n, los hom¨ªnidos se separaron de la l¨ªnea de los chimpanc¨¦s y bonobos hace unos 8 millones de a?os.
Para llegar a esas conclusiones, los investigadores sometieron a un sencillo experimento ¡ªque involucr¨® tres vasos y unas uvas que serv¨ªan de golosina¡ª a tres bonobos residentes en un centro de investigaci¨®n dedicado a la conservaci¨®n de estos simios: Ape Initative, en Iowa (Estados Unidos). En las primeras sesiones, los cient¨ªficos colocaron a los simios en un contexto de cooperaci¨®n con el estudiante de doctorado Luke Townrow, que se sentaba frente a cada bonobo: para llevarse ellos la golosina, su socio humano ten¨ªa que poder encontrarla.
En la siguiente fase del experimento, a veces Townrow pod¨ªa ver bajo qu¨¦ vaso el autor principal del estudio, Christopher Krupenye, escond¨ªa la uva; y en otras ocasiones, no. Los bonobos siempre lo ve¨ªan todo. Los resultados de la investigaci¨®n muestran que estos animales se?alaban con entusiasmo las golosinas escondidas cuando Townrow les preguntaba ¡°?D¨®nde est¨¢ la uva?¡±, sobre todo ¨¦l no hab¨ªa visto en qu¨¦ vaso estaban ocultas. En cambio, si el estudiante hab¨ªa visto en d¨®nde estaba escondida la golosina y hac¨ªa la pregunta, el simio normalmente se quedaba quieto esperando a que se la dieran.
¡°Nosotros trabajamos con una poblaci¨®n de bonobos que ha sido altamente socializada con humanos y por eso tienen mucha comunicaci¨®n. Pensamos que ser¨ªa particularmente ¨²til para probar nuestra hip¨®tesis¡±, explica Krupenye, catedr¨¢tico de psicolog¨ªa y ciencias del cerebro en la Universidad Johns Hopkins. De hecho, Kanzi es una superestrella. Este bonobo de 40 a?os se le considera el primer gran simio que ha demostrado comprender el ingl¨¦s hablado en otro an¨¢lisis.
Los cient¨ªficos plantean que estos simios ¡°pueden actuar para comunicarse y coordinarse eficazmente¡± frente a la ignorancia de otro. Seg¨²n el primat¨®logo Josep Call, investigador de la Universidad de Saint Andrews (Reino Unido) y ajeno al estudio, se?ala que ¡°hay otros resultados consistentes en la literatura con lo que ellos encontraron¡±.
Los hallazgos de la nueva investigaci¨®n van de la mano tambi¨¦n con otra liderada por cient¨ªficos de la Universidad de Duke (EE UU), que en 2017 observaron c¨®mo los bonobos salvajes que viven en el santuario Lola ya Bonobo (en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo) fueron capaces de ayudar a desconocidos. Otro estudio de 2013, publicado en la revista PLOS ONE, tambi¨¦n sustenta la capacidad de esta especie de primate de compartir con otros. Sin embargo, ahora es la primera vez que se demuestran esas capacidades en un experimento controlado.
Dos representaciones contrapuestas
Algo que ayuda a los humanos a navegar por el mundo es que sabemos que otras personas tienen mentes separadas de la nuestra. Estas dos visiones diferentes es lo que permite comprender realmente el comportamiento de los dem¨¢s, pero tambi¨¦n coordinarnos de la manera m¨¢s eficaz. En este estudio, explica Christopjer Krupenye, los bonobos tuvieron que reconocer cu¨¢ndo su compa?ero carec¨ªa de informaci¨®n. La investigaci¨®n sugiere que los simios pueden mantener ¡°dos representaciones conflictivas en paralelo¡±: una que refleja la verdadera naturaleza del mundo y otra que no.
Esto se traduce en que el grupo analizado se?ala las uvas porque, al parecer, pueden identificar una discrepancia entre la falta de informaci¨®n de su interlocutor y su propio conocimiento. ¡°Cuando se?alan, lo hacen en el lugar correcto. Por lo tanto, sabemos que conocen d¨®nde est¨¢ la comida. Al mismo tiempo, tambi¨¦n saben que su pareja, a la que le falta esa informaci¨®n, tiene una comprensi¨®n opuesta. La diferencia entre esas visiones del mundo es lo que los lleva a llenar el vac¨ªo para comunicarse¡±, aclara el autor principal del estudio.
Asimismo, los cient¨ªficos reconocen que no saben si los bonobos se?alaron las uvas para que sus pares hagan una ¡°acci¨®n correcta¡± o si lo hicieron porque ¡°est¨¢n compartiendo informaci¨®n. Es una pregunta abierta importante para futuras investigaciones¡±, sostiene Krupenye.
Claroscuros en la mente de los simios
En 1978, los primat¨®logos estadounidenses David Premack y Guy Woodruff se preguntaron si los simios tienen una ¡°teor¨ªa de la mente¡±, es decir, si son capaces de inferir estados mentales de individuos de su misma especie como los humanos. Lo que se conoce hasta ahora es que los chimpanc¨¦s comprenden a los dem¨¢s en t¨¦rminos de una psicolog¨ªa de percepci¨®n-objetivo.
¡°Comprobar esta teor¨ªa ser¨ªa un ejercicio muy dif¨ªcil. Lo que sabemos es que hay algunas similitudes y algunas diferencias¡±, agrega Josep Call. Mientras tanto, Luke Townrow cree que una pregunta importante que debe hacerse, en relaci¨®n con ese aspecto, es si los simios son realmente capaces de se?alar o comunicarse para cambiar el estado mental de otra persona: ¡°Acabamos de hablar de c¨®mo creemos que pueden reconocer que alguien m¨¢s tiene una perspectiva diferente a la suya, pero lo que no sabemos es si comprenden que pueden comunicarse para cambiar esa perspectiva¡±, se?ala el cient¨ªfico.
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