Valencia paga sus delirios de grandeza

¡°Al borde de la quiebra, la regi¨®n de Valencia paga sus delirios de grandeza¡±. Con este titular a cuatro columnas encabezaba Le Monde un art¨ªculo publicado el pasado mi¨¦rcoles. Y llueve sobre mojado. Unas semanas atr¨¢s, haciendo menci¨®n a la llamada primavera valenciana, el Financial Times se?alaba que ¡°los recortes de gasto podr¨ªan incrementar a¨²n m¨¢s los riesgos derivados de un desempleo que sigue al alza y una demanda dom¨¦stica d¨¦bil¡±. El rotativo brit¨¢nico ejemplificaba su art¨ªculo con casos concretos de ¡°cortes de electricidad en edificios p¨²blicos por falta de pago¡±, o ciudadanos quej¨¢ndose de ¡°la falta de papel higi¨¦nico¡± en colegios p¨²blicos por no poder costearlo. Por su parte The New York Times publicaba fotograf¨ªas de las protestas estudiantiles. El reportaje de Le Monde poco a?ad¨ªa a lo publicado un mes antes por sus colegas del conservador Le Figaro: ¡°Valencia, la ciudad de todos los excesos, al borde de la quiebra¡±. En el caso de Le Figaro ilustraba la p¨¢gina una imagen del Palau de les Arts al que calificaba como ¡°uno de los ejemplos de los proyectos fara¨®nicos de Valencia¡±. Le Monde, por su parte, publicaba a cuatro columnas una instant¨¢nea de la manifestaci¨®n del 22 de febrero ¡°contra los recortes presupuestarios en la educaci¨®n y contra la violencia policial¡±, seg¨²n se se?alaba en el pie de foto. Tanto el rotativo conservador como el progresista coincid¨ªan en situar la d¨¦mesure valenciana en el marco del agravamiento de la crisis en Espa?a, la inquietud europea y la amenaza de Bruselas de sancionar a Espa?a. En cualquier caso el mensaje de unos y otros peri¨®dicos es id¨¦ntico.

La amenaza de Bruselas se habr¨¢ previsiblemente concretado cuando se publiquen estas l¨ªneas. Tras la reuni¨®n en la tarde de ayer de los ministros de finanzas de la zona euro, la Comisi¨®n Europea ten¨ªa previsto realizar una evaluaci¨®n negativa de la situaci¨®n fiscal espa?ola que significar¨ªa una reprobaci¨®n en toda regla por incumplir los objetivos de d¨¦ficit.

Con este escenario de fondo, la imagen que estos d¨ªas van a transmitir al exterior las fiestas falleras va ser, cuanto menos, sorprendentemente contradictoria. Dejemos para pr¨®ximas homil¨ªas estelares de Juan Roig, la correspondiente par¨¢bola sobre la negativa en el refer¨¦ndum suizo a ampliar las vacaciones de sus trabajadores. Ya se sabe que adem¨¢s de tierra de calvinistas es un pa¨ªs de viejos que no est¨¢n dispuestos a arriesgar sus pensiones. Pero s¨ª que podemos tratar de imaginar qu¨¦ puede pensar cualquier contribuyente europeo, pongamos alem¨¢n, de un pa¨ªs ¡°al borde de la quiebra¡± que se pasa semanas disparando truenos y petardos, quemando kilos de p¨®lvora en fuegos de artificio, calcinando costosos monumentos de cart¨®n piedra y erigiendo una ef¨ªmera Tour Eiffel de miles de luces de colores. Pues eso, que van a alucinar en colores. Y como, por mucho que las apariencias enga?en, en una sociedad mediatizada como la nuestra las cosas son como se ven en la tele, van a decir, ¡°que les den¡±. Y a ver qui¨¦n y c¨®mo les lleva la contraria.