Una obra de arte hecha mujer
La 'performer' francesa Orlan desvela el sentido de sus hibridaciones en Sevilla
A casi nadie le gustan las etiquetas y la artista francesa Orlan no es una excepci¨®n. Le molesta que los medios de comunicaci¨®n apliquen la metonimia y solo hablen de una parte de su trabajo: de las nueve operaciones de cirug¨ªa est¨¦tica a las que se someti¨® para cambiar su rostro a principios de los noventa o de la performance Le baiser de l'artiste (Par¨ªs, 1977) que consist¨ªa en colocarse detr¨¢s de una fotograf¨ªa de su cuerpo desnudo y vender besos por cinco francos. La acci¨®n supuso su expulsi¨®n de la Escuela de Arte de Ly¨®n, en la que daba clases.
Orlan estaba el mi¨¦rcoles contenta por tener la oportunidad de explicar la diversidad y amplitud de su trabajo en una mesa redonda que se celebr¨® en el Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo (CAAC) de Sevilla, dentro de los 8? Encuentros de Arte y G¨¦nero que dirige Margarita Aizpuru. La artista francesa habl¨® de Performance, performatividad y g¨¦nero con Pilar Albarrac¨ªn (Sevilla, 1968), otra creadora que se sirve de las acciones y el body art para hacer una cr¨ªtica de los t¨®picos andaluces y de la desigualdad de la mujer.
La artista participa en el Encuentro de Arte y G¨¦nero junto a Pilar Albarrac¨ªn
Feminista de pro, Orlan fue la primera que utiliz¨® la cirug¨ªa est¨¦tica como medio de expresi¨®n art¨ªstica en su proyecto La reencarnaci¨®n de saint Orlan, que consisti¨® en someterse a nueve operaciones de cirug¨ªa pl¨¢stica en un quir¨®fano-teatro entre 1990 y 1993. "Mi trabajo es un cuestionamiento de las presiones religiosas, pol¨ªticas y sociales que se ejercen sobre ¡®la carne¡¯ femenina", asegura la artista, cuya obra se ha mostrado en grandes templos del arte contempor¨¢neo como el Centro George Pompidou de Par¨ªs, el PS1 de Nueva York, el MOCA de Los ?ngeles o el Macba de Barcelona.
"Las operaciones no fueron para parecerme a la Mona Lisa o a la Venus de Boticelli como se ha dicho por ah¨ª; sino que las hice para crearme un nuevo rostro y crear otra imagen de mi misma con la que hacer nuevas obras. Mi objetivo nunca ha sido aportar m¨¢s belleza", asegur¨®.
"Estoy muy orgullosa de haber sido la primera artista que ha trabajado con cirug¨ªa est¨¦tica. Fue interesante hacerlo en esa ¨¦poca y cuestionar los c¨¢nones de belleza imperantes, ahora no tendr¨ªa sentido. Hay mucha gente que me ha imitado".
Esta reina de la performance, nacida en Saint-Etienne en 1947, ya era provocadora y radical cuando, a los 17 a?os, realiz¨® su primera acci¨®n en las calles de su ciudad, Or-lent, aquellas marchas al ralenti, y lo sigue siendo casi medio siglo despu¨¦s.
Sus operaciones de cirug¨ªa est¨¦tica cuestionaban los c¨¢nones de belleza
Ayer en Sevilla, sin ir m¨¢s lejos, cuando explicaba a unos pocos periodistas las diferencias entre los modos de hacer del feminismo y del machismo, la artista lanz¨® un grito sobrecogedor ¡ªque dej¨® at¨®nitos a los presentes¡ª para ilustrar c¨®mo el f¨²tbol es una especie de "f¨¢brica de lo masculino en la que lo ¨²nico que se produce son gritos, no palabras".
Entre su prol¨ªfica producci¨®n, la artista -que trabaja en el tri¨¢ngulo Par¨ªs-Los ?ngeles-Nueva York- le presta especial atenci¨®n al f¨²tbol como fen¨®meno de masas. "El f¨²tbol es la nueva religi¨®n de los hombres y est¨¢ aliado con el poder. Es como una enfermedad que se contagia a todos. Da igual el sitio al que vayas, en todos hay f¨²tbol. En los campos los hombres se convierten en una masa que grita, no tiene palabras, y es muy f¨¢cil usar a esas masas en otros campos que no son precisamente de juego. Cuando se construye as¨ª lo masculino es complicado aproximarse a ellos", sentencia.
"Hace a?os yo era una feminista light, pero ahora creo que hay que alzar la voz porque muchas mujeres viven en una especie de apartheid donde son esclavas de la casa y esclavas sexuales. Nosotras, que tenemos libertad y la posibilidad de hablar, debemos hacer algo para ayudarlas", afirma Orlan, cuyas obras han podido verse en el Macba de Barcelona y en Artium, en Vitoria.
"He oido hablar que en Espa?a se corre riesgo de que haya un retroceso en la ley del aborto. Pienso que hombres y mujeres tenemos que oponernos, porque es un problema de todos".
Fotograf¨ªas, esculturas, v¨ªdeos, instalaciones... Orlan toca todos los palos en lo que ella llama una "hibridaci¨®n" y que, casi siempre, tiene como objetivo cuestionar los c¨¢nones de belleza que la sociedad impone a la mujer. Para dejar en evidencia a Occidente, la artista trabaja en los ¨²ltimos a?os con otros modelos de belleza que plasma en impactantes fotograf¨ªas: el africano y el amerindio. Como siempre, ella es objeto y sujeto de su trabajo. Toda Orlan es una obra de arte.
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