En busca del misterio de los n¨²midas
Arque¨®logos catalanes desentierran en las ruinas de Althiburos, en T¨²nez, el pasado de los jinetes m¨¢s famosos de la antig¨¹edad
¡°Eorum in equitatu maxima laus fuit¡±. Su mayor gloria fue la caballer¨ªa. La palabra n¨²midas conjura la vertiginosa imagen de la caballer¨ªa ligera m¨¢s famosa y decisiva de la antig¨¹edad. Los jinetes que ayudaron a An¨ªbal a convertirse en leyenda, que luego colaboraron resolutivamente a su derrota en Zama y que m¨¢s tarde cabalgaron junto a C¨¦sar en sus campa?as en la Galia. Convertida en indispensable fuerza auxiliar de las legiones, la caballer¨ªa n¨²mida era tan emblem¨¢tica como los honderos baleares, los arqueros cretenses o los nadadores b¨¢tavos. Tito Livio, admirado de su virtuosismo ecuestre los compar¨® con los desultores del circo, los acr¨®batas caballistas, por tener la misma capacidad de saltar de un caballo a otro, incluso en pleno combate. ?Pero qui¨¦nes eran esos n¨²midas ¨¢giles y veloces que han dejado un rastro de sobresaltado respeto en el mundo antiguo?
Originarios de Numidia (abundante en feroces leones, dec¨ªa Plinio), un reino que comprend¨ªa partes de Argelia, T¨²nez y Marruecos, entraron en contacto con los cartagineses, que los usaron como mercenarios (Serge Lancel ha dicho que fueron para Cartago lo mismo que los cosacos para el imperio ruso), y luego con los romanos. Divididos en tribus y facciones, a menudo enfrentadas, los n¨²midas apoyaron a Cartago o a Roma y guerrearon contra una y otra en las Guerras P¨²nicas. Entre sus caudillos figuran grandes personajes de la antig¨¹edad como Sifax, aliado de Cartago y casado con la desgraciada Sophonisba, entregada por su padre Asdr¨²bal Gisco; Naravas, inmortalizado por Flaubert en Salamb¨®; Masinisa, amigo de Escipi¨®n el Africano, y Jugurta, que tuvo en jaque a la rep¨²blica romana con sus guerras y sobornos.
Las fuentes cl¨¢sicas nos dan informaci¨®n escasa y confusa sobre el pueblo n¨²mida, m¨¢s all¨¢ de su relaci¨®n con Roma, y la historiograf¨ªa y la arqueolog¨ªa no los ha tenido muy en cuenta. As¨ª que en realidad son unos grandes desconocidos y si historia est¨¢ llena de enigmas. A resolverlos en lo posible se dedican ahora sobre el terreno un grupo de arque¨®logos de la Universidad de Barcelona (UB) encabezados por Joan Sanmart¨ª que excavan desde 2006 en el yacimiento n¨²mido-romano de Althiburos (actual el Medeina), en el noroeste de T¨²nez, en la provincia de el Kef, a 215 kil¨®metros de la capital del pa¨ªs y a menos de 50 de la frontera argelina.
Las excavaciones, un proyecto catalano-tunecino en el que colabora el Institut Catal¨¤ d¡¯Arqueologia Cl¨¤ssica (ICAC), trata de sacar a los n¨²midas de la oscuridad de la historia y de momento ya ha conseguido hacer retroceder su pasado la friolera de medio milenio, hasta al menos el siglo IX antes de Cristo. Alguno puede pensar que la cronolog¨ªa n¨²mida no es algo para quitarnos el sue?o y menos con la que est¨¢ cayendo, pero descubrir que hubo una gente en el Magreb que ya se hab¨ªa sedentarizado y constru¨ªa n¨²cleos urbanos antes del contacto con cartagineses y romanos es un puntazo para nuestra arqueolog¨ªa.
¡°La idea de excavar all¨ª naci¨® al observar el vac¨ªo de conocimientos que tenemos del mundo africano pre romano¡±, explica Sanmart¨ª en su abigarrado despacho de la UB en el que destaca una vieja reconstrucci¨®n de la Acr¨®polis y la m¨¢s bien incoherente foto de un grupo de guerreros apaches, entre ellos Jer¨®nimo. ¡°Existe un gran desequilibrio en comparaci¨®n con lo que sabemos de la historia de la otra orilla del Mediterr¨¢neo, situaci¨®n que tiene que ver con los planteamientos colonialistas con los que se ha trabajado en el Magreb, una arqueolog¨ªa de legitimaci¨®n de la ocupaci¨®n occidental que exaltaba y pon¨ªa en valor el pasado romano ignorando e incluso ocultando las muestras de civilizaci¨®n aut¨®ctona¡±. En Althiburos, como en la mayor parte del norte de ?frica, esas huellas est¨¢n bajo las ciudades romanas, si exceptuamos las grandes tumbas reales n¨²midas.
Otra raz¨®n que ha llevado a Joan Sanmart¨ª y su equipo a excavar es el inter¨¦s por estudiar el proceso de formaci¨®n de los Estados antiguos
Otra raz¨®n que ha llevado a Sanmart¨ª y su equipo a excavar es el inter¨¦s por estudiar el proceso de formaci¨®n de los Estados antiguos. La misi¨®n de la UB ha aprovechado las buenas relaciones catalanas con T¨²nez y la receptividad tunecina ante el proyecto, aunque luego se han encontrado con la Primavera ?rabe y la revoluci¨®n que derroc¨® al presidente Ben Al¨ª, lo que les cost¨® no poder excavar el a?o pasado. Regresan el pr¨®ximo d¨ªa 30.
¡°De los n¨²midas sab¨ªamos que en la Segunda Guerra P¨²nica, en el siglo III antes de Cristo ya eran importantes, as¨ª que en el siglo IV cuando menos ya deb¨ªa existir un Estado n¨²mida. La Numidia de las fuentes cl¨¢sicas, como Salustio, es un mundo de grandes monarcas sometido a tensiones y turbulencias sucesorias, que Roma aprovecha y a menudo instiga. ?Pero qu¨¦ hab¨ªa antes?¡±. Le pregunto al estudioso antes de seguir c¨®mo hemos de imaginarnos f¨ªsicamente a los n¨²midas. ¡°Eran bereberes, paleo bereberes si quieres, hay una continuidad muy clara con ellos, de idioma, de escritura, el amazigh. Su estructura pol¨ªtica era de base tribal, no ten¨ªan una idea de estado nacional moderno; una serie de grandes se?ores elegir¨ªan a un primus inter pares como rey. Las fidelidades eran variables y f¨¢ciles de comprar. Esa propensi¨®n a cambiar de bando que observamos en los n¨²midas tambi¨¦n se da en los iberos¡±.
Allthiburos est¨¢ en un altiplano a casi 800 metros, un lugar muy bonito en el que destacan las ruinas de la ciudad romana, foro, capitolio, teatro. ¡°Excavamos a lado y lado del capitolio, donde podemos; hemos encontrado los niveles antiguos n¨²midas. No hay elementos visualmente espectaculares pero hemos hallado la pared de piedra m¨¢s antigua de ?frica, descontando las estructuras prehist¨®ricas. Del siglo IX o X a. de C. No conoc¨ªamos ni una sola pared n¨²mida anterior al siglo III a. de C. Como ves resulta un salto temporal extraordinario¡±. Sanmart¨ª subraya que se aprecia en la estratigraf¨ªa una evoluci¨®n fluida y una continuidad cultural. ¡°Es el primer paso para hacer una documentaci¨®n cient¨ªfica de este mundo. Cierto, el inter¨¦s monumental es muy peque?o, pero hemos llevado a los n¨²midas 500 a?os atr¨¢s en la historia, hasta el siglo X a. de C, medio milenio antes de lo que nos mencionaban las fuentes escritas. Ahora sabemos que eran sedentarios en ese momento tan remoto, cultivaban vi?a, y luego olivo; no eran n¨®madas, se hab¨ªan asentado. Y lo hab¨ªan hecho puramente por desarrollo propio y no por influencia de Cartago. Hab¨ªa empezado el camino hacia estructuras estatales¡±.
Le pregunto a Sanmart¨ª que habr¨ªa pasado de no mediar los cartagineses y romanos. ¡°Es una ucron¨ªa, ?habr¨ªan desarrollado conceptos de ciudadan¨ªa como los del mundo griego y luego romano? No parece, su base era muy tribal, no creo que hubiesen dado lugar a una gran civilizaci¨®n de referencia¡±. En todo caso, recalca, para un pa¨ªs como T¨²nez es muy importante descubrir la dimensi¨®n hist¨®rica de su pasado, aunque tambi¨¦n es cierto, matiza, que se recela en algunas instancias de los or¨ªgenes identitarios amazigh, bereber. Se ve a los n¨²midas como paganos remotos, preisl¨¢micos. M¨¢s sospechosos que los cartagineses, al fin y al cabo de lengua semita.
Dese el punto de vista humano, Sanmart¨ª est¨¢ encantado con la experiencia. ¡°La gente en el mundo rural tunecino es muy hospitalaria y amable; conservan identidades tribales¡±. No considera que los cambios en T¨²nez hayan tra¨ªdo un clima malo, y es optimista sobre el futuro del pa¨ªs. Los trabajos de la UB, de los que se acaba de publicar un impresionante primer volumen de memoria cient¨ªfica, no acaban en Althiburos: realizan prospecci¨®n en todo el valle, estudian monumentos megal¨ªticos, quieren excavar un gran t¨²mulo. .. Los viejos jinetes, pues, seguir¨¢n revelando sus secretos.
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