'Hedonistic Spain'
Recentralizar Espa?a y abrir la mano con vascos y catalanes acabar¨ªa con la Autonom¨ªa de Galicia
Leo en la edici¨®n digital de The Guardian, en la secci¨®n de Viajes, un reportaje sobre Espa?a: ¡°Hedonistic Spain special¡±. El t¨ªtulo lo dice todo ¡ªexpresa el t¨®pico mundial y una peque?a pizca de verdad. Espa?ol: d¨ªcese de esa panda de juerguistas que van de la siesta a la fiesta. Eso, naturalmente, pone furiosos a aquellos que son, o quieren verse a s¨ª mismos, como puritanos laboriosos, descendientes de ese calvinismo al que todos los manuales atribuyen la santificaci¨®n del trabajo y la acumulaci¨®n de capital que le acompa?a, como manifestaci¨®n de haber sido tocado por la Gracia divina. Sin embargo, los alemanes trabajan menos horas que los pobrecitos trabajadores espa?oles y ?el Se?or sea loado! ganan m¨¢s y tienen m¨¢s derechos. Tal vez al abuelete del Cielo no le agrada tanto el rigor germ¨¢nico. Sea como sea, conviene que en el fondo de la olla alemana siga habiendo habas. Alguna caer¨¢ un poco m¨¢s abajo, digo yo.
T¨®picos. Si uno lee La Vanguardia notar¨¢ que en el imaginario catal¨¢n late la mediterraneidad ¡ªalgo entremedias de la aventura comercial y el astuto patriotismo de Maquiavelo¡ª pero que hoy se acent¨²a ¡ªcorren vientos del norte¡ª la idea de ser los puritanos del sur. Enric Juliana lo precisa as¨ª: ¡°Aromas de Jansenio". ¡°El President Mas no es calvinista. Estamos ante un jansenista, esa corriente de rigorismo moral que impregn¨® Catalu?a desde Francia, una forma de resistencia cultural, dotada de un esp¨ªritu antibarroco¡±. Tal vez no es m¨¢s que una forma de legitimar los recortes de Mas, en un tiempo en que, a sus ojos, al otro lado del Ebro media Espa?a barroca se hace la loca, hasta que a ella llegue tambi¨¦n el fragor de los tiempos y el aprendizaje forzado de la modestia. Pero hay que reconocer que es muy sutil.
Y bien ? existe un imaginario gallego? ? Un conjunto de supuestos compartidos, de actitudes y valores b¨¢sicos? En el suplemento Babelia de El Pa¨ªs Xavier Vidal-Folch propugna una pol¨ªtica econ¨®mica de inspiraci¨®n netamente gallega. Lo hace al comentar La torre de la arrogancia ( Ed. Ariel. 2011 ) de Xos¨¦ Carlos Arias y Ant¨®n Costas. Rasgos de ella ser¨ªan una pol¨ªtica fiscal ¡°contingente, no dogm¨¢tica¡± y, m¨¢s ampliamente, ¡°un c¨®ctel de pol¨ªticas -policy mix- realista, sint¨¦tico, conciliador¡± tambi¨¦n ¡°alternante, adaptativo, pragm¨¢tico¡±. Ojal¨¢ esos rasgos constituyeran el esp¨ªritu del pa¨ªs pero hay razones para dudar de ello. Dos argumentos: Juli¨¢n Rodriguez en Se?ores de Galicia ( La Esfera de los Libros. 2008 ) hizo un retrato pudoroso de nuestros empresarios que, sin embargo, a veces provoca escalofr¨ªos. Algunos, muy notorios, rayan en lo delincuente. Tampoco el Gobierno de Galicia parece muy gallego. Fraga lo era, incluso con la impronta vasca de su madre. Albor o Calvo Sotelo lo eran. El de hoy es el gobierno m¨¢s dogm¨¢tico e ideol¨®gico de la etapa auton¨®mica, bien que con pocas ideas de fondo, salvo la contenci¨®n del gasto y la depreciaci¨®n de lo gallego, tan de parvenus .
El propio Feij¨®o ? es gallego? En su tipolog¨ªa mental no lo parece. Carece de retranca. A veces, es cierto, hace involuntarias declaraciones humor¨ªsticas como ¡°Estamos mal, pero Espa?a est¨¢ peor¡± ( imag¨ªnese usted a su m¨¦dico diciendo ¡°Usted est¨¢ mal, pero el se?or de la cama de al lado, oiga, ni lo contar¨¢¡±). En fin. ? Rajoy es gallego? Fernando ?nega escribi¨® un ¡°Diccionario para entender a Rajoy¡± que comenzaba as¨ª: ¡°?Tiene usted alguna dificultad para entender a Rajoy? ?La atribuye a su car¨¢cter gallego? Si es as¨ª, le ofrezco un diccionario de palabras y frases que, en parte, definen a los nacidos en Galicia¡±. Puede que lo sea. Rajoy est¨¢ haciendo una pol¨ªtica de dos caras, de ¡°simult¨¢nea presencia de objetivos contrapuestos¡±, para hablar como Vidal Folch, que amenaza con estrechar la base del PSOE, que est¨¢ m¨¢s perdido que un pulpo en un garaje. Puede recentralizar Espa?a y abrir la mano a vascos y catalanes. Eso acabar¨ªa con el ¡°caf¨¦ para todos¡± y, parad¨®jicamente, tal vez con la Autonom¨ªa de Galicia. No s¨¦ si esto es una iron¨ªa o no. No creo que a Feij¨®o le preocupe.
Volvamos a The Guardian. En su portada esta noticia: ¡°El ministro de Hacienda Georges Osborne planea pagar salarios m¨¢s bajos a los funcionarios que trabajan en las partes m¨¢s pobres del pa¨ªs, lo que reflejar¨ªa mejor las econom¨ªas locales¡±. Lo que est¨¢ en estos momentos en juego en Europa, incluso fuera del ¨¢rea euro, es un recrudecimiento de la crueldad del capitalismo en su propio coraz¨®n, no s¨®lo en los pa¨ªses pobres con los que podemos permitirnos ?por cu¨¢nto tiempo? el lujo de ser paternalistas. La iniciativa de Osborne no tardar¨¢ demasiado en arribar a las costas peninsulares. Un peque?o problema: ?c¨®mo combinar ese reconocimiento de la desigualdad dentro de Espa?a con el discurso jacobino que quiere legitimarse en nombre, precisamente, de la igualdad entre todos los espa?oles? ?M¨¢s madera, m¨¢s madera que es la guerra!
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