En el l¨ªmite de la competencia fiscal

Es dif¨ªcil imaginar a los dirigentes pol¨ªticos o a los t¨¦cnicos de una instituci¨®n p¨²blica dise?ando instrumentos fiscales para blanquear dinero. Tampoco es f¨¢cil aceptar que los servicios jur¨ªdicos p¨²blicos, y los privados contratados por el sector p¨²blico, puedan dar por buenas unas medidas tributarias que cuadruplican las rebajas que hacen las comunidades aut¨®nomas del entorno y las del resto de la UE.

Pero es todav¨ªa m¨¢s incre¨ªble que despu¨¦s de todo, y en plena crisis econ¨®mica y social, de p¨¦rdidas de derechos y de empleo, y de empobrecimiento generalizado de la sociedad vasca, las Diputaciones sigan exprimiendo al l¨ªmite sus competencias exclusivas ¡ªlas que le otorga la legislaci¨®n auton¨®mica¡ª para convertir Euskadi en un refugio fiscal de los que ya no quedan en Europa.

Nadie duda de su efectividad para recaudar pero s¨ª de su doble moral

Euskadi, que invent¨® los pagar¨¦s forales en la d¨¦cada de los 80, y se estrell¨® con las vacaciones fiscales en la de los 90, tiene todav¨ªa vivos, en pleno siglo XXI, unos productos financieros para grandes fortunas, los Sociedades de Promoci¨®n de Empresas (SPE), que permiten a grandes fortunas empresariales tributar al 1%, en un contexto de progresivo empobrecimiento de los trabajadores por cuenta ajena y de muchos aut¨®nomos.

La desconfianza de la UE con Euskadi, tras el caso de las vacaciones fiscales, le ha puesto en el punto de mira de varios departamentos de contenido econ¨®mico y de Competencia de la UE, que han criticado, en p¨²blico y en privado, la falta de transparencia de las instituciones forales. Es decir, aunque las Diputaciones est¨¢n bajo el microscopio de la UE, a sus regentes parece no preocuparles. El pasado septiembre, la UE remiti¨® un escrito al Tribunal de Luxemburgo, en el que mostraba su hartazgo por el incumplimiento reiterado de las sentencias comunitarias ¡ªdeclar¨® las ayudas ilegales en 2001 y todav¨ªa le est¨¢ reclamando que cumplan la sentencia¡ª

Pese a este contexto, las tres mantienen vivas las SPE, pero nadie sabe el impacto en la econom¨ªa vasca. Hasta 2010, en Gipuzkoa hab¨ªa 115 sociedades de promoci¨®n que dejaron de ingresar 600 millones de euros. El de las vacaciones fiscales no es, adem¨¢s, el primer varapalo judicial que han recibido por la ingenier¨ªa financiera que han dise?ado en los ¨²ltimos 25 a?os. En 1990 el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco anul¨® dos emisiones de pagar¨¦s forales ¡ªuna manera legal de captar dinero negro que ofrec¨ªa absoluta opacidad fiscal a sus compradores¡ª en Bizkaia. Aunque los pusieron en marcha todas las Diputaciones, solo en 1990, Bizkaia capt¨® 450.000 millones de pesetas, el equivalente a todo el presupuesto del Gobierno vasco de aquel a?o.

Varios expertos consultados reconocen la efectividad de esas medidas desde el punto de vista de la recaudaci¨®n y del mantenimiento de grandes fortunas en el Pa¨ªs Vasco, en tiempos de crisis en los que los capitales pueden tener tendencia a buscar mayores rentabilidades, o simplemente a escaparse a lugares que puedan considerar m¨¢s seguros. Pero, a rengl¨®n seguido, cuestionan la doble moral que supone regular, a veces incluso sobrepasando el l¨ªmite, para amarrar capitales, cuando a la mayor parte de los contribuyentes no se les permite la misma elasticidad a la hora de hacer sus declaraciones. Tambi¨¦n resaltan que todas las regulaciones que han ido al l¨ªmite se han hecho en beneficio de las empresas y de las grandes fortunas, es decir, los beneficios de esos instrumentos, m¨¢s all¨¢ de la rentabilidad para la propia administraci¨®n p¨²blica, siempre los reciben quienes m¨¢s dinero tienen.

Aunque es cierto que las tres instituciones forales se deshicieron en 2010 de las Sociedades de Inversi¨®n de Capital Variable (SICAV) al cambiar su tributaci¨®n del 1% al 28% del resto de las empresas, ¡ªprovocando que ese a?o 65 de las 90 que hab¨ªa en Euskadi migraran a Madrid¡ª los ejecutivos provinciales mantuvieron absoluta discreci¨®n en torno a unos instrumentos que mantienen la misma tributaci¨®n, las SPE.

Despu¨¦s de airear el esfuerzo que supon¨ªa para las haciendas forales cambiar la tributaci¨®n de las SICAV y venderlo como un gesto de equidad con las rentas medias, la Diputaci¨®n de Gipuzkoa tuvo que reconocer la existencia de un producto que chocaba con la campa?a de la UE contra los para¨ªsos fiscales y que acab¨® convirti¨¦ndose en un coladero por el que se infiltran decenas de sociedades que consiguen evadir el pago de sus impuestos. Las SPE, derogadas en el resto de Espa?a, solo se conservan en el Impuesto sobre Sociedades de las Diputaciones.