El iman y Sarkozy
Las leyes garantizan el derecho al libre pensamiento, pero la libertad de pensar no exime de la obligaci¨®n de cumplir las leyes
Solo he le¨ªdo los p¨¢rrafos publicados en la prensa de los sermones del im¨¢n de Terrassa. Le han merecido una querella por parte de la fiscal¨ªa que persigue delitos contra la igualdad y el respeto a la mujer. No conozco m¨¢s del caso ni de la persona. Por tanto, no entrar¨¦ en el fondo del mismo, que ya ha pasado al ¨¢mbito judicial. Quiero tomarlo como excusa para hacer dos reflexiones. Lo hago sobre todo porque ha coincidido casualmente con unas declaraciones del presidente Sarkozy, que en el ¨¢mbito de la gran conmoci¨®n que han producido los cr¨ªmenes de Toulouse y de Montauban, ha anunciado una nueva legislaci¨®n para hacer frente al terrorismo.
En el caso de Terrassa, el punto central de esc¨¢ndalo ha sido el desprecio y el maltrato a la mujer. Y en el caso franc¨¦s, la noticia es la ampliaci¨®n de las medidas antiterroristas. Me han dejado muy preocupado dos aspectos aparentemente colaterales. El im¨¢n ha dicho m¨¢s o menos: ¡°Hermanos y hermanas, sed conscientes de que algunas de las leyes del pa¨ªs en el que est¨¢is viviendo son contrarias a nuestra fe y a las ense?anzas que vosotros deb¨¦is seguir¡¡±. Y Sarkozy dijo, entre otras cosas: ¡°Vamos a promover una legislaci¨®n para poder perseguir y castigar penalmente a aquellas personas que entren en p¨¢ginas de Internet en las que se incite al odio, a la violencia o al terrorismo¡±.
Las palabras contienen mucha ambig¨¹edad. Por ello, al leerlo me pregunt¨¦ y me pregunto: ?est¨¢ el im¨¢n llamando a los musulmanes que viven aqu¨ª a la desobediencia civil? ?Est¨¢ Sarkozy anunciando una nueva censura ideol¨®gica y una restricci¨®n a la libertad de pensar? Si las respuestas fueran positivas, estamos ante dos actitudes inaceptables.
1. En Europa las leyes se elaboran a partir de un consenso democr¨¢tico en el que se tienen en cuenta las distintas tendencias ideol¨®gicas, los distintos intereses y las distintas convicciones personales, entre ellas las religiosas. Las leyes son el resultado de un proceso ordenado. Las propias leyes garantizan el derecho a pensar de una forma o de otra, a tener unas inclinaciones u otras. Pero la libertad de pensar no exime de la obligaci¨®n del cumplimiento de las leyes. Desde hace algunos siglos, con la llegada de la laicidad, en Europa todos sabemos que no todo lo que es pecado es delito ni todo lo que es delito es pecado. Esto supone, para los ciudadanos que aceptan la moral cristiana, que su actuaci¨®n tiene dos l¨ªmites que no deber¨ªa traspasar, los que marca su fe y los que marca la ley. Del mismo modo, el cristiano tiene unas exigencias, por ejemplo de solidaridad, que ninguna ley civil le impone. Seg¨²n las iglesias, se puede pecar ¡°de pensamiento¡±; seg¨²n la ley el pensamiento, nunca puede ser delito.
En casos extremos hay que poner l¨ªmites a la libertad de manifestar y difundir ideolog¨ªas inductoras de cr¨ªmenes
En algunos momentos las autoridades de la Iglesia cat¨®lica han intentado promover, con un escaso ¨¦xito, una cierta insumisi¨®n por motivos de conciencia. Las mismas razones por las que la sociedad democr¨¢tica se ha opuesto a ello valen y deben ser aplicadas a¨²n con m¨¢s fuerza a la hora de obligar, a aquellas personas que acogemos aqu¨ª, a respetar nuestras leyes. Respeto y libertad total con relaci¨®n a su fe, a su cultura y a sus costumbres, pero tolerancia cero frente al incumplimiento de la ley. Por mucho que su im¨¢n les incite, el Estado lo debe reprimir.
2. Las leyes garantizan la libertad de pensar. En casos extremos hay que poner l¨ªmites a la libertad de manifestar y difundir ideolog¨ªas inductoras de cr¨ªmenes. Pero esta prohibici¨®n de propagar no supone la prohibici¨®n de seguir pensando. En algunos casos puede llegar a considerarse un delito escribir o vender alg¨²n tipo de libro o panfleto, pero nunca lo puede ser el leerlo. Del mismo modo, se pueden llegar a cerrar una web por sus contenidos, pero nunca se puede considerar un delito conectarse a ella. La frecuencia de visitas puede ser un indicio para una especial vigilancia, pero no puede iniciarse un procesamiento solo por este motivo.
Ya sabemos que Sarkozy est¨¢ en plena campa?a electoral y necesita arrancar votos de la ultraderecha. Alguna sobreactuaci¨®n intencionada le puede servir. El im¨¢n no tiene elecciones a la vista. ?Ser¨¢ que no ha entendido lo que es nuestro pa¨ªs? Ser¨ªa bueno que, si quiere vivir en Catalu?a, alguien se lo explicara, ya que una gran mayor¨ªa de los miembros de su comunidad s¨ª lo han entendido. Si no lo entiende, ya sabe qu¨¦ debe hacer¡
Joan Maj¨® es ingeniero y exministro.
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