El seguimiento fue masivo en la industria y bajo en el comercio
La jornada se desarroll¨® sin incidentes, salvo un detenido en Sagunto
Arranc¨® con miedo y termin¨® con incertidumbre. La huelga general de este jueves pasar¨¢ a la historia de la Comunidad Valenciana como una protesta sorprendente. Primero, porque todos los actores implicados ¡ªsindicatos, Administraci¨®n y organizaciones empresariales¡ª se mostraron ins¨®litamente satisfechos con el seguimiento del paro. Segundo, porque pese a su amplitud no hubo incidentes rese?ables. Y, tercero, porque nadie se atrevi¨® ayer a vaticinar cu¨¢les ser¨¢n las consecuencias de un 29-M que evidenci¨® el elevado malestar ciudadano en las multitudinarias manifestaciones vespertinas.
Y es que el paro general se convirti¨® en realidad gracias al elevado seguimiento que tuvo, fundamentalmente, en el sector del transporte y en la industria. Los ecos de la huelga se ampliaron hasta mediod¨ªa con la alta participaci¨®n registrada en la educaci¨®n p¨²blica y la concentraci¨®n de los piquetes en los centros urbanos y en los accesos de las ciudades. Sin embargo, el peque?o comercio y los servicios se encargaron de transmitir una sensaci¨®n de cotidianidad, que fue m¨¢s acentuada en los barrios y a partir del mediod¨ªa.
Los l¨ªderes de los principales sindicatos, CC OO, UGT e Intersindical Valenciana cifraron el seguimiento global del paro en el 76%. La delegada del Gobierno, Paula S¨¢nchez de Le¨®n, rebaj¨® el seguimiento a porcentajes que situ¨® entre el 12% y el 8%, igual que las organizaciones empresariales. El Consell cifr¨® en el 20% el paro medio en la Generalitat.
El 29-M arranc¨® con todos los ojos puestos en los mercados de abastos, fundamentalmente en el de Mercavalencia. Ese fue el escenario elegido por los sindicatos y la polic¨ªa para medir el nivel de tensi¨®n del adversario. Pero ni la Delegaci¨®n del Gobierno, que realiz¨® un ampl¨ªsimo despliegue policial, quer¨ªa im¨¢genes de violencia ¡ªcomo las que dieron la vuelta al mundo en la represi¨®n de los estudiantes el pasado mes de febrero¡ª, ni los sindicatos dar pie a que se los pudiera tachar de violentos.
Sindicatos y polic¨ªa pusieron especial cuidado en evitar cualquier violencia
All¨ª, desde primeras horas de la noche del mi¨¦rcoles, los agentes establecieron un corredor de seguridad para permitir el acceso de los camiones y furgonetas que abastecen de productos la ciudad y su ¨¢rea metropolitana. Sin embargo, los sindicalistas, que llegaron a congregar m¨¢s de 300 personas, se desdoblaron en una maniobra de distracci¨®n para parar a los camiones antes de que llegasen al corredor.
Casi una docena de tr¨¢ilers se desviaron al apercibirse de lo que suced¨ªa y renunciaron a entrar en Mercavalencia. ¡°D¨¦ la vuelta, estamos en huelga¡±, gritaban los sindicalistas a los ch¨®feres. Los pocos camiones que decidieron cruzar la entrada al recinto de abastos lo hicieron bajo un aluvi¨®n de gritos: ¡°?Esquirol, esquirol!¡±.
¡°?Que te van a tirar a la calle gratis!¡±, intentaba convencer un sindicalista a un camionero. ¡°Que tienes 365 d¨ªas para trabajar, por uno que no lo hagas¡¡±, rogaba otro. Y as¨ª hasta las tres de la madrugada, cuando los sindicatos dieron por conseguido su objetivo. Y la polic¨ªa, tambi¨¦n. Si en una jornada habitual casi medio millar de veh¨ªculos de transporte franquea las barreras de Mercavalencia, la pasada madrugada apenas lo lograron dos o tres. Si en la huelga general de hace dos a?os se escaparon algunos palos, en esta todo fue mod¨¦lico. Mercavalencia admiti¨® que la actividad en el comercio de pescado se hab¨ªa reducido un 55% y en la fruta en un 35%.
Los pol¨ªgonos industriales, las grandes factor¨ªas como BP Oil en Castell¨®n o Ford en Almussafes y las empresas de recogida de basuras se convirtieron en el segundo pulso de la madrugada. Con la bajada de la temperatura subi¨® la tensi¨®n.
Las estaciones de trenes y autobuses vac¨ªas transmitieron que el paro cuajaba
Las multinacionales evitaron los conflictos adecuando cambios de horario para evitar enfrentamientos. En la empresa de recogida de basuras de Sant Vicent del Raspeig hubo un enfrentamiento verbal entre piquetes y los trabajadores y la Guardia Civil lleg¨® a identificar a varios sindicalistas.
El ¨²nico incidente digno de menci¨®n ocurri¨® en Sagunto, donde result¨® detenido el miembro de uno de los piquetes que fotografiaba a los clientes de un supermercado. En el enfrentamiento que se produjo con un de ellos, el sindicalista golpe¨® al usuario del supermercado que result¨® herido. La polic¨ªa detuvo al agresor.
Tambi¨¦n hubo tensi¨®n en los accesos al pol¨ªgono industrial de Pla de la Vallonga y Las Atalayas en Alicante. En los de Vara de Quart y Fuente del Jarro en Valencia y Paterna, en los de Gandia y en el de Albuixech, donde a las puertas de la f¨¢brica de trenes de Vossloh hubo un rifirrafe entre la Guardia Civil y los sindicalistas. En las azulejeras de Castell¨®n el paro fue mayoritario.
La acci¨®n de los piquetes provoc¨® retenciones de tr¨¢fico de varios kil¨®metros en la circunvalaci¨®n de Alicante. En Valencia hubo cortes de tr¨¢fico de madrugada en la carretera de Madrid y por la ma?ana en la entrada norte y en el centro de la ciudad.
CC OO y UGT cifran el seguimiento en el 76% y el Gobierno en el 12%
En Canal 9 y R¨¤dio 9 a pesar de los servicios m¨ªnimos fijados, que obligaban a m¨¢s de la mitad de los trabajadores del ¨¢rea de informativos a acudir a sus puestos, la programaci¨®n tambi¨¦n se vio alterada y los espacios enlatados no se retiraron en el canal de noticias 9/24 hasta las ocho de la ma?ana. Los piquetes abuchearon a quienes facilitaron que R¨¤dio Televisi¨® Valenciana, inmersa en un expediente de regulaci¨®n de empleo, pudiese trasladar una imagen de normalidad.
Con el clarear del d¨ªa, las estaciones de ferrocarril, los puertos, los aeropuertos, las estaciones de autobuses y las cocheras del metro y del tranv¨ªa fueron las que proyectaron la imagen de que la huelga general hab¨ªa cuajado.
¡°Esto est¨¢ desierto, mi tren es uno de los pocos incluidos en servicios m¨ªnimos, pero el panel pone ¡®cancelado, cancelado, cancelado¡¯ y la mayor¨ªa de la gente ha optado por desplazarse en coche o quedarse en casa¡±, asegur¨® Rub¨¦n, cuyas palabras parec¨ªan resonar en la amplia entrada de la estaci¨®n del Norte de Valencia.
En el aeropuerto de Valencia se cancelaron casi medio centenar de vuelos que ten¨ªan que haber aterrizado o despegado antes de las 11 de la ma?ana. La sensaci¨®n de soledad de la instalaci¨®n de Manises contrast¨® con la de L¡¯Altet que oper¨® con normalidad durante toda la jornada, aunque se produjeron retrasos en las facturaciones, seg¨²n los sindicatos. El puerto de Valencia, el mayor de la Comunidad Valenciana, estuvo paralizado desde la madrugada y no ofreci¨® la imagen habitual de grandes tr¨¢ilers entrando en el recinto. No hubo movimiento ni de mercanc¨ªas, ni de pasajeros. Acciona Transmediterr¨¢nea no incluy¨® los enlaces con las islas entre sus servicios m¨ªnimos.
¡°Debemos valorar el comportamiento de huelguistas y comerciantes¡±
En el metro y en los autobuses urbanos e interurbanos funcionaron los servicios m¨ªnimos (30% en hora punta), aunque en Ferrocarrils de la Generalitat se interrumpi¨® la circulaci¨®n de la l¨ªnea 1 del metro durante 40 minutos a primera hora porque hab¨ªa varios neum¨¢ticos ardiendo en la v¨ªa.
En la EMT de Valencia, los trabajadores ocuparon durante unos minutos la sede de la empresa con gritos contra el concejal Alfonso Novo, que hab¨ªa convocado una reuni¨®n del consejo de administraci¨®n coincidiendo con el 29-M.
Tras el ¨¦xito logrado en el transporte, los sindicatos concentraron sus piquetes en los centros urbanos, donde retrasaron o dificultaron la apertura de las entidades bancarias y los comercios entre las 9 y las 10 de la ma?ana. La sede de Correos no pudo abrir a las 8.00 como hace habitualmente y las oficinas de cajas y bancos, con muchos empleados dentro, no abrieron del todo hasta que desaparecieron los piquetes.
La polic¨ªa realiz¨® un amplio despliegue frente a los bancos, los grandes almacenes y la Delegaci¨®n del Gobierno en la Comunidad Valenciana pero sin perder la compostura. Ni siquiera, cuando un piquete empapel¨® de pegatinas las puertas de la sede del Banco de Espa?a en Valencia al grito de ¡°?Manos arriba, esto es un atraco!¡± y ¡°?Vosotros s¨ª, que sois los culpables!¡±.
Los piquetes ocupan los centros de las ciudades hasta mediod¨ªa
Entidades de comerciantes como Covaco aseguraron que m¨¢s del 90% de los establecimientos abrieron sus puertas pero pese a ello hubo muy pocos clientes. ¡°En general, debemos valorar el comportamiento ejemplar de huelguistas y comerciantes¡±, dijo su presidenta, Encarna Sanchis.
¡°Que no secunde la huelga no significa que no est¨¦ de acuerdo¡±, explic¨® un empleado de hosteler¨ªa de Alicante, ¡°Lo estoy, pero hoy, tal y como est¨¢ la situaci¨®n econ¨®mica no es plan de que te descuenten 100 euros¡±. El propietario del mismo establecimiento, argument¨®: ¡°No estoy de acuerdo con la huelga, que no resuelve nada, pero tampoco con la reforma laboral, que no va a servir de nada¡±.
La patronal CEV cifr¨® en 19 millones de euros la p¨¦rdida de actividad generada por la huelga en la provincia de Valencia.
A primera hora de la ma?ana y con las primeras informaciones sobre el seguimiento de la huelga, muchos padres ya se hab¨ªan organizado para no llevar los ni?os a la escuela. Y algunos que lo hicieron, optaron por regresar con los peque?os ante la inexistencia de clases.
La sanidad funcion¨® y los teatros cancelaron funciones
En la educaci¨®n p¨²blica no universitaria el seguimiento fue mayor de lo previsto, seg¨²n los sindicatos, y en las universidades el alumnado opt¨® por dejar los campus desiertos. Hasta el punto de que algunas facultades amanecieron cerradas por falta de alumnado y profesores.
El paro de los universitarios se gestion¨® de manera distinta. Una parte de ellos opt¨® por confluir al grito de ¡°Estudiantes y trabajadores a la vanguardia de la lucha obrera¡± con los piquetes de sindicalistas que recorr¨ªan los centros urbanos cerca del mediod¨ªa. Otra parte opt¨® por llenar las playas, como la del Postiguet en Alicante.
El sector que respondi¨® por debajo de lo previsto fue el sanitario. Por un lado, porque los sindicatos mayoritarios, de m¨¦dicos y enfermeros, se desvincularon de la protesta. Y por otro, porque los elevados servicios m¨ªnimos redujeron el efecto de la huelga a porcentajes del 20% en Valencia, del 18% en Alicante y del 7% en la provincia de Castell¨®n, seg¨²n inform¨® la propia Generalitat.
La mayor¨ªa de centros de salud atendieron las citas concertadas y las pruebas previstas para los pacientes. En sectores como el de Justicia, el impacto fue pr¨¢cticamente nulo. Los juzgados trabajaron casi con normalidad. Igual que los principales museos, que incluso en casos como el del IVAM, con m¨¢s de la mitad de la plantilla en huelga, mantuvo sus puertas abiertas.
Los teatros, tanto los p¨²blicos como los privados, optaron por bajar el tel¨®n y el Principal y el Olympia devolvieron el importe de las entradas vendidas.
Pasado el mediod¨ªa, las ciudades aparec¨ªan como en una extra?a enso?aci¨®n. Era dif¨ªcil saber si el ambiente era m¨¢s propio de un festivo o de un laborable, pero las calles ¡ªexcepto aquellas en las que la huelga general hab¨ªa afectado a la retirada de la basura del d¨ªa anterior¡ª presentaban un aspecto apacible bajo un sol de primavera.
¡°Ahora, a casa a dormir¡±, dijo Rafael, ¡°que hay que recuperarse un poco para la manifestaci¨®n de esta tarde¡±. Vicent, un veterano sindicalista, no ocultaba sus expectativas: ¡°Confiamos en que se manifieste much¨ªsima gente porque muchos trabajadores, con contratos temporales y despido barato, tienen miedo o no pueden renunciar a un d¨ªa de salario¡±. ¡°Otra cosa es su estado de ¨¢nimo y su rechazo a la reforma laboral de Rajoy¡±, sentenci¨®. Y ten¨ªa raz¨®n.
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