¡°Est¨¢s perdonado, Antonio¡±

Perdonadme, no lo volver¨¦ a hacer¡±. Con esta frase como epitafio, Antonio Mingote se despidi¨® del mundo igual que lo habit¨®: con humor. El dibujante, escritor y acad¨¦mico, que falleci¨® el martes a los 93 a?os de edad, deja al peri¨®dico Abc, que ilustr¨® durante 59 a?os, hu¨¦rfano de pincel. ¡°Querido amigo, est¨¢s perdonado¡±, se le¨ªa en una de las m¨²ltiples coronas de flores que adornaban su capilla ardiente situada en los Jardines de Cecilio Rodr¨ªguez del Retiro, parque del que era ¡°alcalde honor¨ªfico¡±.

El parque ayer amaneci¨® pr¨¢cticamente desierto. La lluvia ca¨ªa impasible. El cielo de Madrid se hab¨ªa vestido de luto por la muerte del vi?etista, ferviente e incondicional admirador del pulm¨®n m¨¢s grande del centro de Madrid.

Alg¨²n caminante ignor¨® la lluvia y pase¨® por las calles del Retiro como cualquier otro d¨ªa. Pero otros la identificaron como una se?al: eran l¨¢grimas ca¨ªdas del cielo para despedir al maestro, al humorista, al intelectual. Mingote se despidi¨® de sus familiares, amigos y lectores en el parque que gobern¨® por un d¨ªa bajo el t¨ªtulo de alcalde honor¨ªfico, que le otorg¨® el exalclade Enrique Tierno Galv¨¢n en 1982. No pod¨ªa ser de otro modo. Mingote amaba el Retiro.

El Jard¨ªn de Cecilio Rodr¨ªguez, exuberante bajo la lluvia ininterrumpida, recib¨ªa el goteo constante de visitantes a la capilla: madrile?os an¨®nimos, pol¨ªticos e intelectuales, artistas de teatro y colegas de profesi¨®n. Todos ellos quer¨ªan darle su despedida personalizada. Algunos se acercaban a la viuda, Isabel Vigiola, para transmitirle su p¨¦same. Ella, agradecida y fuerte, se mantuvo entera ante los medios.

La capilla ardiente con los restos mortales del dibujante catal¨¢n, de familia aragonesa y de adopci¨®n madrile?a, estuvo ayer abierta desde las diez de la ma?ana hasta las siete de la tarde, momento en el que llevaron el f¨¦retro al cementerio de la Almudena para incinerarlo en la m¨¢s estricta intimidad. El d¨ªa anterior ya hab¨ªan pasado numerosas personalidades como su colega el dibujante Antonio Fraguas, Forges, o el ministro de Educaci¨®n, Cultura y Deportes, Jos¨¦ Ignacio Wert, entre otros muchos. Ayer las visitas transcurrieron sin prisas. A pesar de la tristeza se esbozaba alguna sonrisa escondida, probablemente provocada por los recuerdos.

Botella propondr¨¢ que una calle de la ciudad se llame Antonio Mingote

Isabel Vigiola, su hijo Carlos y sus nietos, H¨¦ctor y Pablo, pasaron todo el d¨ªa entre condolencias, palabras de ¨¢nimo y coronas de flores que llenaban la sala de fragancia y paz. Los pavos reales de los Jardines de Cecilio Rodr¨ªguez se proteg¨ªan de la lluvia en el patio del edificio d¨¢ndole un aire irreal, despidi¨¦ndose a su manera.

Los ciudadanos entraban t¨ªmidamente a la sala y paraban unos minutos frente al f¨¦retro. Gestos de dolor, miradas perdidas. Luisa P¨¦rez, una madrile?a lectora de Mingote durante a?os, no pudo evitar las l¨¢grimas. ¡°Siempre me ha provocado una sonrisa y ahora se ha ido¡±.

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, tambi¨¦n pas¨® por el Retiro. Abraz¨® emocionada a la viuda y confirm¨® que propondr¨¢ en el pr¨®ximo pleno municipal que una calle de la ciudad lleve el nombre de Antonio Mingote.

El dibujante fue alcalde honor¨ªfico del Retiro por un d¨ªa en el a?o 1982

No falt¨® el actor Andr¨¦s Pajares, visiblemente afectado, ni el escritor Ram¨®n Tamames. Tambi¨¦n se acerc¨® a Madrid desde la provincia de Zaragoza el alcalde de Daroca. Llevaba una rama de almendro en flor como ofrenda para Mingote, nombrado por el Rey Juan Carlos marqu¨¦s de la localidad. Adolfo Suarez Illiana, hijo del primer presidente democr¨¢tico tras el franquismo, tambi¨¦n se present¨® para despedir ¡°a un amigo y compa?ero de mus¡±. ¡°Pero sobre todo, he querido darle un beso a Isabel, que es la persona m¨¢s importante, la que ha permitido al genio dedicarse a lo que le gustaba, sin tener que preocuparse de nada en este mundo¡±, coment¨® ante las puertas de la capilla ardiente.

La actriz de teatro Rosa Valenty tambi¨¦n quiso dejar constancia de sus sentimientos. ¡°Recuerdo aquel dibujo que hizo de mis piernas y el decorado de una de las obras en las que actu¨¦. Vengo para darle una despedida dulce, para reconocer su genialidad¡±. La ¨²ltima en llegar fue Ver¨®nica Forqu¨¦. No llevaba maquillaje y sus ojos hablaban de l¨¢grimas. No se separ¨® de la familia desde que entr¨® hasta que salieron hacia el cementerio.

La cantante espa?ola Luciana Wolf, amiga de la familia Mingote, le regal¨® su voz por ¨²ltima vez en un emotivo acto de despedida frente al ata¨²d. Isabel Vigiola sigui¨® cada nota, luego la abraz¨® y le dio las gracias al o¨ªdo. Ella le cogi¨® la mano y le respondi¨®: ¡°Ha sido un placer¡±.

C¨®mo dec¨ªa ayer la vi?eta de M¨¢ximo enl ABC: ¡°A ¨¦l le gustar¨ªa que estuvi¨¦semos alegres. Pero no le importar¨ªa que estuvi¨¦semos tristes¡±.