Constancia

El camino ya lo ha marcado Mariano Rajoy. Nada de abrir un periodo de incertidumbre en torno al futuro de Javier Arenas y el PP andaluz. Su hist¨®rica pero insuficiente victoria electoral, lejos de abrir un debate interno, ha de provocar un cierre de filas mayor a¨²n del ya existente en la actualidad. A partir de ahora, se tiene que trabajar intensamente en pueblos menores de 10.000 habitantes, donde creen los populares que se encuentran los votos que les han faltado esta vez para alcanzar la ansiada mayor¨ªa absoluta que les permita, de una vez por todas, gobernar en Andaluc¨ªa.

Mientras tanto, conforme a la consigna de Rajoy dictada en Antequera, en el seno de la direcci¨®n popular andaluza reunida tras el 25-M, todo pasa por ¡°la perseverancia, la constancia, el esfuerzo y la convicci¨®n¡± ya que, a su juicio, ¡°m¨¢s tarde o antes, siempre dan sus frutos¡±. Fieles, por tanto, a esa advertencia que ha supuesto todo un espaldarazo al trabajo de Arenas, solo es cuesti¨®n de esperar a que se sucedan los acontecimientos.

Los populares no conf¨ªan en la estabilidad de un posible acuerdo PSOE-IU cuya negociaci¨®n se ha de culminar en esta semana. Y de fraguarse un entendimiento que lleve de nuevo a Gri?¨¢n a San Telmo, aspiran a que la capacidad de erosi¨®n de la crisis y los recortes obligados hagan su trabajo, as¨ª como las extravagancias que se les supone a los izquierdistas de Diego Valderas. Por si acaso, el terreno ser¨¢ embarrado convenientemente con el discurso del miedo a una alianza "socialcomunista". Aqu¨ª se contempla que la patronal juegue un papel imprescindible, sum¨¢ndose al correspondiente coro de voces que elabore un severo discurso marcado por el catastrofismo y el esc¨¢ndalo.

Como se puede observar, tienen tarea por delante, de modo que no habr¨¢ lugar alguno ni siquiera para la autocr¨ªtica por el fracaso cosechado. Pese a todo, algunas t¨ªmidas voces discrepantes comienzan a detectarse en el interior del bloque monol¨ªtico que es el Partido Popular de Andaluc¨ªa. Y as¨ª, algunos encuentran razones achacables directamente al propio Arenas para explicar en parte lo sucedido, m¨¢s all¨¢ de los efectos colaterales ligados al duro ajuste aplicado por el Ejecutivo de Rajoy. Una de esas medidas, la subida del IRPF antes que del IVA, llevaba el sello personal de Arenas, tal y como p¨²blicamente se le lleg¨® a reconocer y, al final, se ha revelado como una de las iniciativas que m¨¢s malestar ha ocasionado entre su electorado tradicional.

Y luego est¨¢ otra decisi¨®n muy del l¨ªder del PP andaluz, como ha sido la de poblar las listas de alcaldes. El efecto arrastre que esperaba Arenas con este movimiento no se ha producido. Los votantes saben discernir en su elecci¨®n dependiendo de la consulta de que se trate. Siempre ha sido as¨ª y esta vez no iba a ser una excepci¨®n. Ahora se encuentra con el peso muerto que supone contar con un nutrido n¨²mero de destacados ediles en su grupo parlamentario, algunos de ellos m¨¢s dedicados a su tarea como mun¨ªcipes que a ser activos diputados, tal y como se ha venido demostrando hasta este momento.