El Colegio de Farmac¨¦uticos analiza si expedienta a un profesional condenado
J.L.E.G. logr¨® 410.000 euros falseando m¨¢s de 800 recetas en su botica en Bilbao
La Audiencia Provincial de Bizkaia conden¨® el pasado 27 de enero a J.L.E.G., titular de una farmacia en el barrio bilba¨ªno de Indautxu, a dos a?os de prisi¨®n y una multa de unos 2.000 euros por un delito de estafa y otro de falsedad en documento p¨²blico. El acusado, de 35 a?os, modific¨® a mano entre agosto de 2009 y junio pasado un total de 816 recetas, lo que le gener¨® un beneficio neto de 410.504 euros, seg¨²n el fallo. La sentencia es firme, al haber manifestado las partes que no ten¨ªan intenci¨®n de recurrirla.
J.L.E.G. reconoci¨® su culpabilidad cuando fue descubierto y devolvi¨® todo el dinero robado. Ambas circunstancias fueron tenidas en cuenta como atenuantes. Dado que no ten¨ªa antecedentes penales, no ingres¨® en prisi¨®n. El fallo no le inhabilita para el ejercicio de su profesi¨®n, por lo que puede mantener abierto su negocio.
¡°Creo en las segundas oportunidades¡±, dice la presidenta del Colegio
El Colegio Oficial de Farmac¨¦uticos de Bizkaia envi¨® el pasado 26 de marzo una circular a sus 1.666 colegiados en la que expresaba su ¡°m¨¢s profundo malestar y repulsa hacia este tipo de actitudes¡±. El Colegio ¡°no puede consentir ni permitir que acciones como esta puedan llegar a desprestigiar la labor de la inmensa mayor¨ªa de los profesionales farmac¨¦uticos de Bizkaia¡±, continuaba la nota.
A rengl¨®n seguido, informaba de que se hab¨ªan iniciado los tr¨¢mites para presentar ante la junta de gobierno del Colegio la apertura al condenado de un expediente disciplinario, ¡°al objeto de depurar las posibles consecuencias y responsabilidades que semejante actuaci¨®n pudiera conllevar en el ¨¢mbito de la responsabilidad deontol¨®gica y profesional¡±. Por ¨²ltimo, se congratulaba de que el delito cometido por J.L.E.G. ¡°no haya comprometido¡± la salud de los ciudadanos.
Ser¨¢ la junta de gobierno del Colegio la que decidir¨¢ si se abre o no un expediente disciplinario al boticario y si se le sanciona o no. Cuestionada sobre si J.L.E.G podr¨ªa ser expulsado de forma temporal o definitiva del Colegio ¡ªlo que le impedir¨ªa seguir regentando su farmacia¡ª, la presidenta del Colegio, Virginia Cortina, se limit¨® a comentar a EL PA?S que ¡°todo se lleva con absoluto secreto¡±.
¡°No s¨¦ ni yo lo que va a pasar. Se van a seguir los pasos que establecen los estatutos¡±, indic¨®. Tras insistir en que ¡°se trata de un hecho aislado¡± que no debe empa?ar la labor de los farmac¨¦uticos vizca¨ªnos, Cortina dijo sentirse ¡°superada¡± por una situaci¨®n ¡°que nunca se hab¨ªa dado¡± en Bizkaia. ¡°Lo que haya que hacer se har¨¢. No es agradable para nadie. Y no existe un precedente que muestre un camino. Estoy a ciegas y no quiero dar pasos en falso", apostill¨®.
Cortina, quien no conoce al condenado, resalt¨® a continuaci¨®n: ¡°Hasta donde yo s¨¦, esta persona ha devuelto el dinero. Ha reconocido su culpa y eso es m¨¢s de lo que hemos visto en otras actuaciones¡±. ¡°No estoy defendiendo a nadie, pero hay que tener ecuanimidad¡±, continu¨®. ¡°No nos vamos a cargar a la gente porque haya cometido un error. Creo en las segundas oportunidades. Todos somos buenos jueces cuando les ha tocado a otros¡±, indic¨® Cortina antes de calificar la sentencia como ¡°dura¡±.
J.L.E.G. fue condenado por manipular durante casi dos a?os 816 recetas de medicamentos con restricci¨®n en su dispensaci¨®n, seg¨²n concluye la sentencia. En estos casos, antes de canjear la prescripci¨®n en la farmacia, el paciente debe acudir al Servicio de Inspecci¨®n M¨¦dica, que ya existe en bastantes ambulatorios, para que le pongan un sello. Se trata de un mecanismo de control sobre ciertos f¨¢rmacos, algunos bastante caros.
Cuando un paciente acud¨ªa a la farmacia del acusado con una de estas recetas J.L.E.G. le facilitaba el medicamento y, a continuaci¨®n, realizaba la falsificaci¨®n, que consist¨ªa en ¡°incrementar manualmente¡± el n¨²mero de envases o unidades que figuraban escritos tanto en el sello de la Inspecci¨®n como en la casilla rellenada por el m¨¦dico. La cifra del sello figuraba a bol¨ªgrafo, mientras que el n¨²mero de envases que ha prescrito el facultativo est¨¢ impreso. Ambos deben coincidir. En caso contrario, el farmac¨¦utico debe ponerse en contacto con Sanidad.
La sentencia no especifica c¨®mo se las apa?aba J.L.E.G. para realizar la manipulaci¨®n. Fuentes pr¨®ximas al caso no descartan incluso que tuviera en su poder recetas blancas, sin utilizar, y un sello de Inspecci¨®n. Cortina asegura ¡°desconocer¡± si puede resultar tan sencillo como parece manipular recetas. Una vez cambiados los n¨²meros de envases, J.L.E.G. remit¨ªa las nuevas recetas a la Direcci¨®n de Farmacia de Sanidad y facturaba por ellas mucho m¨¢s dinero del que se hab¨ªa gastado. As¨ª consigui¨® los 410.504 euros.
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