La Barcelona sin techo
El n¨²mero de personas sin hogar en la ciudad aumenta el 32% desde 2008 Unos 2.800 ciudadanos pernoctan en albergues, en la calle o en barracas
El chafl¨¢n monta?a-Bes¨°s de Consell de Cent y Rambla de Catalunya es uno de los m¨¢s glamurosos de Barcelona. Por ¨¦l desfilan miles de turistas sedientos de fotos, ejecutivos con prisa, familias de las de toda la vida que llevan a sus beb¨¦s en cochecitos... Tambi¨¦n, desde hace ocho meses, es el lugar donde vive y mendiga Constantin Nedelcu, uno de los 2.800 sin techo que hay en la ciudad, seg¨²n las cifras de un estudio presentado ayer por la Red de Atenci¨®n a Personas sin Hogar, de la que forma parte el Ayuntamiento. ¡°Si no fuera por la gente que ya me conoce, lo pasar¨ªa peor. No tengo casa. ?Qu¨¦ puedo hacer si nadie me quiere emplear?¡±, se queja este rumano de 45 a?os, mientras se acomoda en la gran bolsa donde guarda una colchoneta.
La cara barbada de Nedelcu y su ropa sucia, que ruega por un largo ciclo de lavadora, es una de las im¨¢genes del crecimiento de la factura social por la crisis econ¨®mica en la ciudad. Seg¨²n la mencionada red ¡ªque agrupa a 27 entidades sociales¡ª, el n¨²mero de personas que a diario no tienen donde dormir en Barcelona se ha disparado desde 2008, el a?o en que los efectos de la crisis se empezaron a notar, y ha aumentado el 32%.
El Eixample y Ciutat Vella concentran el 47% de quienes duermen al raso
Cada d¨ªa unas 1.100 personas pernoctan en albergues p¨²blicos y otros alojamientos de entidades sociales, seg¨²n el estudio. Unos 800 duermen en la calle y otros tantos en naves abandonadas, veh¨ªculos estacionados en descampados y chabolas en solares vac¨ªos, como aquella en la que fallecieron cuatro personas el pasado lunes en el barrio del Poblenou de la capital catalana. Barcelona realiza recuentos de personas sin hogar desde 2008 y la comparaci¨®n entre los datos de esa fecha y los actuales evidencia que el fen¨®meno del barraquismo se ha disparado.
Seg¨²n el c¨¢lculo que se hizo en 2008, dorm¨ªan en naves y solares 265 personas. El 8 de noviembre pasado eran 695. Esta semana, a ra¨ªz de la tragedia del 22@, el Ayuntamiento de Barcelona elev¨® la cifra a 834. El n¨²mero de personas que pasan la noche en la calle tambi¨¦n ha aumentado, pero no de una forma tan importante; ha pasado de 658 en 2008 a 838 el 8 de noviembre pasado, cuando se realiz¨® el ¨²ltimo recuento en la ciudad.
Nedelcu duerme en la entrada de uno de los aparcamientos de un edificio de oficinas de la Rambla de Catalunya. Cuando se despierta, muy temprano por la salida y entrada de coches, mete su colchoneta en la bolsa y, como un caracol, se echa su hogar al hombro. Junto a un pl¨¢stico que utiliza para aislarse del suelo, guarda sus documentos, la carta del registro de extranjeros en la ciudad, el DNI de su pa¨ªs, un cuaderno... ¡°Yo era zapatero y constructor en Ruman¨ªa. Hu¨ª porque me persegu¨ªan por mis ideas pol¨ªticas. All¨ª dej¨¦ a mis padres y a un hijo. Pas¨¦ por Italia y Francia, y en agosto pasado llegu¨¦ aqu¨ª. A mi pa¨ªs no puedo volver¡±, dice.
Mi ba?o es el del McDonalds, aunque es una ducha muy primitiva
El perfil de la persona que duerme en la calle, seg¨²n el ¨²ltimo informe, es el de un hombre de entre 26 y 45 a?os que busca refugio en portales y vest¨ªbulos de entidades bancarias principalmente en los distritos del Eixample y Ciutat Vella (47%). El tercer distrito con m¨¢s sin techo es Sant Mart¨ª (14%). Por edades, el 31% tiene entre 26 y 45 a?os; el 24%, entre 46 y 65, y el resto no se determina porque no se entabl¨® di¨¢logo con las personas. En total, seg¨²n los ¨²ltimos datos, unos 500 eran extranjeros y 300 espa?oles. En 2009, el 12,5% de estas personas recibieron ayuda psicol¨®gica a cargo del Consistorio.
El cuarto de ba?o de Nedelcu es el del McDonalds del paseo de Gr¨¤cia. ¡°Por las ma?anas, cuando no hay mucha gente, voy all¨ª y me aseo, aunque es una ducha muy primitiva¡±, explica el hombre, que asegura que no recibe atenci¨®n en los servicios sociales por su ¡°situaci¨®n legal¡±. La comida del d¨ªa, un arroz con algo que parecen jud¨ªas, est¨¢ en una bandeja de pl¨¢stico reciclable, protegida con un pl¨¢stico. ¡°Aqu¨ª, al menos, la gente es noble y ayuda. El problema es que cada d¨ªa somos m¨¢s pidiendo¡±, explica.
C¨¢ritas: Los recortes generan exclusi¨®n
Los recursos del Ayuntamiento de Barcelona y de la amplia red de entidades sociales que colaboran son insuficientes frente al constante incremento de personas que se quedan sin hogar. As¨ª lo reconoci¨® ayer la Red de Atenci¨®n a Personas sin Hogar, durante la presentaci¨®n del estudio. El investigador Albert Sales resalt¨® que son los aut¨®ctonos los que rebasan la mitad (52%) de las plazas en albergues y pisos porque son los que conocen m¨¢s los recursos disponibles. Los extranjeros que m¨¢s utilizan los recursos son las familias.
Ayuntamiento y entidades sociales prefieren los pisos a los grandes equipamientos o albergues porque es un recurso que ayuda m¨¢s a la integraci¨®n
Barcelona dispone de un total de 1.347 plazas en albergues y centros residenciales adem¨¢s de 416 en pisos de inclusi¨®n ¡ªlas entidades sociales tienen m¨¢s plazas que el Consistorio¡ª otras 120 plazas en pensiones y otras 279 en habitaciones realquiladas. En los ¨²ltimos cuatro a?os, desde que se hacen los recuentos, la red asistencial se ha incrementado, especialmente las plazas en pisos que han pasado de 182 a 342.
Este aumento, sin embargo, no llega ni de lejos a afrontar las necesidades reales. Tanto es as¨ª que la regidora de Calidad de Vida, Maite Fandos (CiU), hizo un llamamiento ayer a la ciudadan¨ªa para facilitar pisos de alquiler econ¨®mico al Consistorio ante el ¡°aumento importante¡± de personas sin techo.
Ayuntamiento y entidades sociales prefieren los pisos a los grandes equipamientos o albergues porque es un recurso que ayuda m¨¢s a la integraci¨®n, siempre que los ocupantes tengan un m¨ªnimo de habilidades sociales. De hecho, muchos de esos son compartidos y requieren de entendimiento ente sus ocupantes. Es el caso de Lili, una joven de Paraguay que lleg¨® a Barcelona hace dos a?os. Reside en un piso de C¨¢ritas del barrio de Gr¨¤cia despu¨¦s de haber pasado por una casa de acogida de la misma organizaci¨®n. La joven tuvo una ni?a con espina b¨ªfida y no tiene trabajo. C¨¢ritas le ha ayudado tambi¨¦n a tramitar ayudas, una de ellas la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n. Precisamente la congelaci¨®n y recortes de ese tipo de ayudas est¨¢ directamente relacionada con el incremento de personas que se quedan sin ning¨²n tipo de recurso para afrontar el m¨¢s sencillo de los alojamientos. Para C¨¢ritas, los recortes sociales tambi¨¦n est¨¢n generando m¨¢s situaciones de exclusi¨®n.
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