Leo Bassi dribla (otra vez) a Conde Roa
El Ayuntamiento cierra las puertas al humorista pese a la invitaci¨®n del BNG
Se desliz¨® como pudo en el traje tradicional gallego, emulando a Conde Roa en su primer 25 de julio como alcalde de Santiago, y apareci¨® puntual en el Obradoiro, a las diez y media, como sol¨ªa hacer Fraga pero con menos gaiteiros. Leo Bassi hab¨ªa prometido asestar otro golpe al culto apost¨®lico y aproximarse lo m¨¢s posible al despacho del primer edil compostelano. Le deb¨ªa una. Dos, en realidad. Primero se carg¨® su actuaci¨®n prevista para el d¨ªa 10 en el Teatro Principal y luego lo arregl¨® en los micr¨®fonos: ¡°Leo Bassi me produce especial repugnancia¡±.
El clown cumpli¨® a medias. A la catedral no quiso entrar ¡°por respeto¡± a los creyentes, pero dej¨® al pie de la escalinata su corona de flores para Prisciliano, aquel obispo hereje ejecutado en el siglo IV que algunos estudiosos, adem¨¢s de Bassi, creen suplantado por Santiago en la famosa cripta. A la sala de prensa del Concello ni siquiera le dejaron acceder. Alcald¨ªa hab¨ªa cerrado la puerta ¡°por temor¡±. Dicho con las palabras del edil de Seguridade Cidad¨¢, Albino V¨¢zquez, por si el ¡°acto de desagravio¡± que hab¨ªa organizado el BNG acababa convertido en un ¡°acto de desobediencia¡±.
Por el edificio pasearon todos, eso s¨ª, seguidos por un enjambre de periodistas: Bassi, su colega Iv¨¢n Prado, de Pallasos en Rebeld¨ªa, y el anfitri¨®n por accidente, el concejal nacionalista Rafael Vilar. La comparecencia se traslad¨® al local del BNG en la planta baja, y solo para medios. Se quedaron fuera las docenas de personas que hab¨ªan recibido y jaleado al clown en el Obradoiro. Algunas llevaban pancartas y ped¨ªan la dimisi¨®n del alcalde, que a esa hora prestaba declaraci¨®n en los juzgados. ¡°Conde Roa, paga lo que debes¡±, dec¨ªa una.
Aunque se ceb¨® con el regidor, al que llam¨® ¡°censor¡±, ¡°pat¨¦tico¡± y ¡°fascista¡±, entre otras cosas, inst¨¢ndole a pagar ¡°todo lo que debe¡±, Bassi repiti¨® varias veces que su guerra se libra en otra trinchera. ¡°El PP es el portavoz de la Iglesia. Conde Roa solo es el mensajero, y yo no quiero matar al mensajero¡±, argument¨®. ¡°Lo m¨¢s importante no es ya la libertad de expresi¨®n, sino la libertad de ver y escuchar lo que uno quiere. Cuando me llama repugnante, se lo est¨¢ llamando tambi¨¦n al p¨²blico¡±.
Por la tarde, el payaso se llev¨® al auditorio de la Facultad de Ciencias de la Comunicaci¨®n el espect¨¢culo de la pol¨¦mica. En lugar de una, dos sesiones. La primera la comenz¨® repartiendo preservativos bajo la apariencia de Benedicto XVI, con el auditorio pr¨¢cticamente lleno. Para la segunda ya no quedaba aforo. Cuando Conde Roa decidi¨® retirarle el permiso para actuar en el Principal, solo se hab¨ªan vendido, seg¨²n sus cuentas, diez entradas. Ayer tuvo 600 espectadores.
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