Pocas ganas de discutir
No s¨¦ a ustedes, pero a m¨ª se me est¨¢n quitando las ganas de discutir. As¨ª, en general. De cualquier tema. Sobre los recortes del gobierno, la necesidad de la monarqu¨ªa, la corrupci¨®n pol¨ªtica, el papel de la iglesia, los bancos, las subvenciones al cine, la pirater¨ªa e incluso lo que me parece una pel¨ªcula. Discutir agota y te das cuenta de que no sirve para nada. Porque un debate entre dos personas s¨®lo puede conducir a dos posibles situaciones: la reafirmaci¨®n de lo que los dos opinan (rosario de quejas reforzado por el asentimiento del otro) o el enfrentamiento in¨²til (dos posiciones inamovibles, impermeables y en definitiva, reafirmativas tambi¨¦n).
Un amigo director de cine me dijo hace poco que las opiniones no existen, que s¨®lo poseemos un ¡°paquete¡± de ellas. Contra este pack no es posible la argumentaci¨®n o la aportaci¨®n de datos objetivos. Por mucho que lo machaques con hechos, citas hist¨®ricas y teor¨ªas razonables, ese paquete es demasiado consistente. Su pegamento no est¨¢ basado en la l¨®gica sino en algo m¨¢s parecido a la fe. Es una percepci¨®n de la realidad que no se puede cambiar, por lo que mi amigo remataba su comentario afirmando que es m¨¢s sencillo cambiar la realidad que dicha percepci¨®n.
Por contextualizar el asunto, dir¨¦ que habl¨¢bamos de la percepci¨®n del cine espa?ol, que como ustedes sabr¨¢n incluso mejor que yo, se puede resumir en ¡°vagos subvencionados que hacen pel¨ªculas sobre la Guerra Civil¡±. Es improbable que este punto de vista cambie, ya que cada vez que nos defendemos diciendo que somos un gremio trabajador, que otros tambi¨¦n reciben subvenciones y que el porcentaje de pel¨ªculas espa?olas sobre la Guerra Civil es ¨ªnfimo, la imagen que nos devuelve el espejo es la del victimismo y el lloriqueo. De ah¨ª que a uno se le quiten las ganas de discutir, de luchar contra los t¨®picos. No podemos cambiar esa percepci¨®n, luego haremos lo posible para cambiar la realidad. ?C¨®mo? A golpe de entusiasmo e (intentos) de buenas pel¨ªculas. ?Y c¨®mo saldr¨¢n esas pel¨ªculas si no hay dinero? Enrique Urbizu lo dec¨ªa hace poco en una entrevista: ¡°Rodaremos con dos piedras si hace falta¡±.
Quer¨ªamos ser profesionales del cine, tener un oficio que se pareciera a cualquier otro en lo de trabajar y cobrar por lo trabajado. Pero cada vez es m¨¢s complicado, as¨ª que lo dicho: menos discutir y m¨¢s hacer. Ese paquete de opiniones es infranqueable y s¨®lo podemos transformarlo a golpe de pel¨ªculas como Rec 3, Grupo 7, Luces Rojas o Extraterrestre. A lo mejor no las ven todos los espectadores que quisi¨¦ramos, pero ah¨ª est¨¢n para demostrar el esfuerzo y el talento. Abren camino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.