50.500 catalanes han muerto esperando cobrar la dependencia desde 2007

Desde la entrada en vigor de la ley de dependencia hace cinco a?os han muerto 50.446 personas en Catalu?a esperando cobrar la ayuda a pesar de que ya ten¨ªan aprobada la prestaci¨®n. Los seis meses que pueden transcurrir entre la solicitud de la ayuda y el momento en que ¨¦sta llega entre puede convertirse en una eternidad para este colectivo, de edad avanzada y con un estado de salud muy delicado. El plazo de seis meses fijado por la ley, sin embargo, se ve a menudo superado en varios meses por la saturaci¨®n de los servicios sociales, seg¨²n admite el sector. As¨ª ha informado el consejero de Bienestar Social, Josep Llu¨ªs Cleries, en una respuesta parlamentaria al grupo del PP, que publica el Bolet¨ªn Oficial del Parlament de Catalu?a este martes.

Los datos del Departamento de Bienestar Social, publicados ayer en una respuesta parlamentaria a una pregunta del PP, muestran que la lentitud administrativa impidi¨® en 2007 a 4.521 personas a beneficiarse de la ayuda al fallecer antes. En 2008, la cifra se elev¨® hasta las 14.232 personas, y a partir de aqu¨ª los fallecidos se redujeron a 13.849 personas en 2009; 10.982, en 2010, y 6.862, el pasado a?o. Esta curva coincide a la perfecci¨®n con la avalancha de solicitudes que se produjo durante los primeros meses de vigencia de la ley: de las 62.000 solicitudes de 2007 se pas¨® a 101.000 peticiones al a?o siguiente, para descender sostenidamente entre 10 y 15.000 solicitudes menos anuales, hasta las 63.000 del a?o pasado.

La ley de la dependencia, que actualmente beneficia 145.869 personas en Catalu?a, empez¨® ya con mal pie y desbordando todas las expectativas, seg¨²n reconoce el sector. ¡°La ley naci¨® mal. Se aprob¨® muy alegremente sin tener el presupuesto asegurado¡±, tercia Teresa Crespo, presidenta de la Entidades Catalanas de Acci¨®n Social. ¡°Es una ley hecha con el ladrillo, cuando hab¨ªa dinero para todo, pero ahora es insostenible¡±, a?ade Cinta Pascual, presidenta de ACRA, la asociaci¨®n de empresas de servicios asistenciales.

A esto se a?ade una mala previsi¨®n en los beneficiarios. ¡°El estudio que se hizo en 2002 sobre los posibles dependientes qued¨® r¨¢pidamente desfasado. Hab¨ªa m¨¢s personas de las previstas y ello implic¨® que tambi¨¦n se hiciera una mala planificaci¨®n de las prestaciones¡±, tercia la anterior consejera de Acci¨®n Social, Carme Capdevila, quien tambi¨¦n critica la lentitud con la que se est¨¢ desplegando la ley.

De hecho, la ley de la dependencia no se ha acabado de aplicar en su plenitud. Progresivamente desde 2007 han entrado al programa los dependientes con grados m¨¢s agudos y entre el a?o pasado y el actual deb¨ªan incorporarse los llamados moderados, con un grado de dependencia menor. El gobierno central ya anunci¨® el a?o pasado que aplazaba las ayudas a este colectivo, cosa que se ha traducido que a d¨ªa de hoy 51.000 catalanes a los que se la reconocido la dependencia deban esperar hasta 2013 o 2014 (seg¨²n la gravedad del caso) a recibir la ayuda.

Los ajustes econ¨®micos tambi¨¦n est¨¢n provocando una disminuci¨®n de los servicios (plazas en residencias o centros de d¨ªas, que resultan m¨¢s caras) en favor de las ayudas econ¨®micas de entre 300 y 400 euros para el cuidador no profesional que asiste al dependiente en casa, que ya representa el 60% de las prestaciones concedidas.

El gobierno central planea para antes de verano una revisi¨®n de calado de la ley de la dependencia. De momento, el Estado ya ha recortado su aportaci¨®n al programa, que en el caso de Catalu?a implican 48 millones menos, un recorte que la Generalitat todav¨ªa no ha concretado c¨®mo se materializar¨¢. El sector, en cambio, advierte de sus m¨²ltiples consecuencias. ¡°Habr¨¢ m¨¢s pobreza, favorecer¨¢ la desestructuraci¨®n familiar y tambi¨¦n generar¨¢ m¨¢s paro¡±, concluye Nuria Carrera, presidenta del Colegio de Trabajadores Sociales de Catalu?a.

Actualmente hay 145.869 beneficiarios en Catalu?a de la ley de dependencia, b¨¢sicamente mayores de 80 a?os (el 50%) y, principalmente, mujeres (el 67%). Los ciudadanos que quieren acceder a este programa de ayudas deben, en primer lugar, solicitarlas a la Generalitat, que realiza una valoraci¨®n del caso y determina si la persona cumple los requisitos para beneficiarse de ellas. Entre el momento de la solicitud y la primera valoraci¨®n pueden pasar unos tres meses. Despu¨¦s, los servicios sociales de los Ayuntamientos realizan el llamado Programa Individual de Atenci¨®n (PIA), que determina el tipo de ayuda que necesita la persona (prestaci¨®n econ¨®mica, ayuda domiciliaria, internamiento en una residencia, etc¨¦tera). Hasta esta segunda valoraci¨®n tambi¨¦n pueden pasar tres meses y supone la entrada de la persona en el programa.