T¨¢pate una oreja
El tr¨ªo de Wymeswold, un pueblito en la campi?a inglesa, aboga por el peque?o formato y la baja fidelidad Son directos, divertidos, elementales y lo bastante sard¨®nicos como para abrir su nuevo disco
Con The Wave Pictures entran ganas de taparse un o¨ªdo: merecer¨ªan que los escuch¨¢semos en mono. El tr¨ªo de Wymeswold, un pueblito en la campi?a inglesa, aboga por el peque?o formato y la baja fidelidad hasta las ¨²ltimas consecuencias. Son directos, juguetones, divertidos, elementales y lo bastante sard¨®nicos como para abrir su nuevo disco (Long black cars) y casi el concierto de anoche en El Sol con una pieza titulada Qu¨¦date aqu¨ª y cuida las gallinas. Con la que est¨¢ cayendo, no parece una oferta desde?able.
David Tattersall y sus dos compinches se han convertido, contra pron¨®stico, en rostros populares de la noche capitalina. Nos visitan con periodicidad anual y ayer fueron fieles a su tradici¨®n de agotar las localidades. Puede que en su rock mel¨®dico, guas¨®n y urgente apenas distingamos elementos que no hayamos escuchado antes a, por ejemplo, The Modern Lovers. Adem¨¢s, y a diferencia de sus amigos Herman D¨¹ne (con los que presentan parecidos notables), todav¨ªa no han servido de sinton¨ªa para ning¨²n anuncio televisivo. Pero resultan cercanos, desenfadados, contagiosos. Sobre todo gracias a piezas tan mete¨®ricas como Strange fruit for David, recibida con honores de himno euforizante.
Strange fruit¡ podr¨ªa servir como arranque perfecto para una recopilaci¨®n (en casete, desde luego) cuyo segundo corte habr¨ªa de ser Spaghetti, con toda su sorna vaquera, y el tercero The west country, en reconocimiento al excelente trabajo de Tattersall a la guitarra solista. Tres efectivos son m¨¢s bien escasos sobre un escenario, y el riesgo de la redundancia siempre acecha. Con todo, David, el circunspecto bajista Franic Rozycki y el activo bater¨ªa Jonny Helm, estupendo en segundas voces, exprimen el jugo a caramelos indies como Just like a drummer o Little surprise. Para exaltar la amistad o conducir asomando medio brazo por la ventanilla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.