Feij¨®o en declive
Feij¨®o es el presidente de un pa¨ªs en que no cree, quiz¨¢ como los votantes que lo han puesto ah¨ª
Tres hechos colaboran para estrechar la base de apoyo al PP en Galicia. Primero, el n¨²mero de labradores, enorme cantera de votos, se ha reducido hasta niveles ¨ªnfimos, alrededor de un 8%. Segundo, el ¡°fraguismo¡± se ha disuelto. Lo que fue la cultura pol¨ªtica m¨¢s compartida en Galicia, desde los movimientos agraristas de principios de siglo, ha dejado paso a una generaci¨®n de derechismo urbano. Pero ?florecer¨¢ ese estilo de gente que acaba de subir en el ascensor ¡ªya saben, Ralph Lauren, La Martina y todo eso¡ª entre la gente que est¨¢ siendo obligada a bajar ¡ªya saben, el mercadillo, los chinos y todo eso¡ª? Tercero, si el PP alcanz¨® sus mayor¨ªas en una combinaci¨®n de extensi¨®n del Estado de Bienestar y puesta en pr¨¢ctica del tipo de clientelismo que las impagables cr¨®nicas de Cristina Huete registran en este diario, ese ciclo ha llegado a su fin. Se han acabado las pesetas.
Adem¨¢s, Feij¨®o no es Fraga. Qu¨¦ le vamos a hacer: no es un car¨¢cter, ni tiene carisma. Ya lo dijo Buffon ¡°el estilo es el hombre¡±. Pero no puede haber estilo d¨®nde no hay fondo. S¨®lo el grado cero, neutro, que se corresponde con la mentalidad del funcionario pol¨ªtico sin m¨¢s. Quien carece de espesor cultural y del sentido de la experiencia hist¨®rica no puede ver m¨¢s lejos. Su tiempo, como el de casi todos los dirigentes de hoy, es el de la plana del peri¨®dico de ma?ana. No hay plan. Ning¨²n amigo b¨¢varo al que remedar. S¨®lo consignas. Bla, bla, bla... Por otro lado, Merkel y el BCE no cejan. Recortes. Todo sea por tapar los agujeros de los bancos, incluidos los m¨¢s cercanos. Para m¨¢s inri, el tam-tam informa de que Feij¨®o es temido, pero no amado, entre los suyos. Al parecer, nadie en el PP lamentar¨ªa su marcha.
Dado que el nuevo PP gallego se levanta cada ma?ana para venerar con copiosa genuflexi¨®n los ideales difundidos por el ABC, El Mundo, La Raz¨®n y La Gaceta ¡ªtoros sobreros¡ª Feij¨®o ha rebajado la dignidad de la Autonom¨ªa hasta convertirla en una administraci¨®n de contables y la ha puesto en almoneda. Es evidente que es presidente de un pa¨ªs en el que no cree, quiz¨¢s como los votantes que lo han puesto ah¨ª. A diferencia de Fraga, orgulloso de su ascendencia, ha procedido, hasta d¨®nde ha podido, a una deconstrucci¨®n sistem¨¢tica de lo gallego, que ha equiparado a lo nacionalista. Quer¨ªa ser premiado con un ministerio y se ha rebajado a s¨ª mismo. Como resultado, es una pura pieza intercambiable por Ana Pastor, o por quien venga. Madrid no paga traidores.
Existe un consenso general acerca del parco nivel de su gobierno. En todos los corrillos y mentideros esto es cosa ya juzgada. Incluso la prensa afecta ¡ªlo es casi toda¡ª se permite choteos acerca del asunto. Pero hemos llegado a tal indiferencia por el buen gobierno que eso parece no importar. Dejo para el final lo m¨¢s obvio. La inflexi¨®n ya ha comenzado. El PP est¨¢ al inicio de su declive. Las elecciones andaluzas y asturianas, la huelga general, las encuestas realizadas, muestran que la gran ola ha comenzado a refluir. La magnitud de la crisis est¨¢ obligando a la gente a aprender otra vez econom¨ªa pol¨ªtica. La hegemon¨ªa ideol¨®gica corre peligro en las calles de Espa?a. La gravedad de la situaci¨®n es tal que no ser¨ªa extra?o que vivi¨¦semos revueltas a la griega. La gente empieza a pensar que los mercados sin reglas son un timo que hace de la democracia una pantomima.
En Galicia la huelga general ha sido un ¨¦xito. Es un dato hist¨®rico. Muestra que este es un pa¨ªs de trabajadores asalariados que se sienten amenazados. Es gente que, salvo ciertos n¨²cleos duros, todav¨ªa no ha cristalizado en opciones ideol¨®gicas muy definidas. Su cabeza est¨¢ bajo el fuego cruzado de est¨ªmulos muy contradictorios. Unos provienen de su origen, otros de sus expectativas, que se han venido abajo. La frustraci¨®n y el resentimiento pueden llegar a ser el cemento b¨¢sico de esa cristalizaci¨®n que se est¨¢ produciendo ante nuestras narices. Conviene avisar de que de ah¨ª puede salir cualquier cosa. De c¨®mo se resuelva la compleja fase que padecemos saldr¨¢n muchos de los rasgos futuros del pa¨ªs.
Estamos asistiendo a una recomposici¨®n que se manifiesta tambi¨¦n en las din¨¢micas internas de los partidos. De como ellos sepan traducir y responder a esta transformaci¨®n depender¨¢ que la Galicia venidera sea m¨¢s de ¡°izquierdas¡± o ¡°derechas¡±, m¨¢s ¡°nacionalista¡± o m¨¢s ¡°espa?olista¡±: las comillas son intencionadas. Desde el punto de vista electoral, hay que recordar que el bipartito gan¨® por la abstenci¨®n del electorado del PP, y Feij¨®o lo hizo por el mismo motivo, pero a la inversa. La equipotencia entre el PP y su alternativa hacen que el resultado de las pr¨®ximas auton¨®micas est¨¦ muy abierto. Tal vez el dato fundamental que beneficia al PP sea que, en su campo, s¨®lo concurren dos opciones ¡ªellos y UPyD¡ª y, en el de la alternativa, cuatro. PSdeG, BNG, EU y la de momento no bautizada escisi¨®n nacionalista.
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