303 escalones al cielo
Barcelona recupera la torre de Aguas del Bes¨°s que abasteci¨® a la ciudad y se integr¨® en Macosa
Habr¨¢ que subir 303 escalones para acceder a lo que en breve ser¨¢ uno de los miradores m¨¢s impresionantes de Barcelona: la torre de las Aguas del Bes¨°s. Testigo del crecimiento de la ciudad a la que abasteci¨® agua durante unos a?os a finales del siglo XIX, el edificio fue despu¨¦s pieza clave del proceso de la metal¨²rgica Can Girona y Macosa. Desde la d¨¦cada de los noventa, con la marcha de esa industria a Santa Perp¨¨tua de Mogoda ¡ªya como Gec Alsthom tras su fusi¨®n con la Maquinista¡ª la torre se deterior¨® hasta el punto de derrumbarse parte de la cubierta.
Mientras, a su alrededor, lo que fueron terrenos industriales se mutaron en solares al pairo durante a?os hasta que se levant¨® el nuevo Diagonal Mar. Ahora, la torre est¨¢ a punto de empezar una nueva singladura en su larga vida tras un proceso de profunda rehabilitaci¨®n que ha costeado Agbar con cerca de tres millones de euros. El singular edificio pasar¨¢ a depender del Museo de Historia de la Ciudad y ser¨¢ visitable dentro de unos meses. El proyecto de musealizaci¨®n de su interior pretende plasmar las vicisitudes de su ida.
¡°Para los que trabajamos en Macosa, la torre de las aguas era mucho m¨¢s que una pieza de todo el proceso industrial. Era nuestro punto de reuni¨®n, donde organiz¨¢bamos las protestas y las asambleas¡±, recuerda el sindicalista de CC OO ya jubilado Ferran Saro, que entr¨® en Macosa en 1972. Trabajaban entonces 3.000 obreros. ¡°Cada 14 de abril un compa?ero, Jordi Carre?o, cuando todav¨ªa era de noche sub¨ªa las escaleras apenas sin luz y colocaba en lo alto la bandera republicana. Naturalmente, duraba poco y enseguida ordenaban que se quitara¡±, contin¨²a Saro.
La historia de la torre est¨¢ ligada a la expansi¨®n de Barcelona. La Compa?¨ªa General An¨®nima de Aguas de Barcelona, Ladera Derecha del Bes¨°s, dirigida por Xavier Camps, la construy¨® en dos a?os, entre 1881 y 1882. Entonces estaba pr¨¢cticamente junto a la desembocadura del Bes¨°s y encontraron un acu¨ªfero para abastecer la ciudad, en pleno proceso de crecimiento. Lleg¨® a aportar agua hasta el paseo de Sant Joan, pero la alegr¨ªa dur¨® poco y el efecto combinado del bombeo del agua y un periodo largo de sequ¨ªa saliniz¨® el acu¨ªfero. En 1888, un bando del Ayuntamiento de Barcelona prohibi¨® el uso del agua de la torre hasta para regar. En la historia del edificio hay un episodio tr¨¢gico que nunca se ha acabado de aclarar: el posible suicidio de Xavier Camps, el empresario que la construy¨®, tir¨¢ndose al vac¨ªo al quedarse en la ruina. ¡°Falleci¨® el 12 de febrero de 1890 y no se public¨® ninguna esquela. Solo una peque?a nota en los diarios¡±, explica el arquitecto Antoni Vilanova, que junto con Eduard Sim¨® ha realizado la rehabilitaci¨®n.
El agua que manaba del subsuelo y que bombeaba la torre ¡ªadquirida en 1895 por Agbar¡ª pas¨® a utilizarse en los procesos de las factor¨ªas industriales de la zona. Primero de Can Girona y despu¨¦s de Macosa, concretamente para enfriar el tren de laminado de las vigas de hierro que sal¨ªan de los hornos.
El edificio form¨® parte activa de la Guerra Civil. Fue colectivizada y se integr¨® en el sistema de defensa a¨¦rea con una bater¨ªa que se instal¨® en la terraza. La industria pas¨® a fabricar material de guerra que se almacenaba en los espacios interiores de la propia torre.
Lo que se construy¨® ladrillo sobre ladrillo macizo hace 130 a?os es hoy todo un s¨ªmbolo del Poblenou por su altura ¡ªtiene 63 metros¡ª y por su singularidad. La torre y la Casa de las V¨¢lvulas ¡ªtambi¨¦n en proceso de rehabilitaci¨®n¡ª fue construida por el arquitecto Pere Falqu¨¦s y pintada por Ramon Calsina, el nombre que se le dio a la plaza donde est¨¢. La estructura de la volta catalana es permanente en el entramado de muros de su interior que crea unos espacios espectaculares. Originalmente, por el interior se sub¨ªa por las escaleras de caracol hasta la altura de los dep¨®sitos y a partir de ah¨ª y hasta la terraza las escaleras iban por el exterior, adosadas a la pared. Ese es uno de los elementos que se ha modificado en la rehabilitaci¨®n que ha conservado al m¨¢ximo todos los elementos originales. Otros se han cambiado: ¡°Los barrotes de hierro del exterior se han sustituido por otros de aluminio pero con el mismo aspecto¡±, explica Vilanova.
30.000 litros
Se conserva, por ejemplo, una cenefa en la pared en la que se marcaba, por calles, el nivel de agua de los dep¨®sitos, que pod¨ªan almacenar 30.000 litros de agua. ¡°Se proh¨ªbe subir a este techo¡±, dice una de las inscripciones en un muro de la torre que se ha respetado. Estaba por encima de un falso techo de uralita en el que se almacenaba material de guerra durante los a?os de la contienda. En el cilindro central se ha respetado parte de los tubos del sistema de bombeo originales y algunas de las bridas de sujeci¨®n.
Subir 303 escalones seguidos puede resultar agotador. Pero las aberturas de ventanas ¡ªalgunas son ojos de buey; otras, amplios ventanales¡ª en los muros ideadas por Falqu¨¦s obligan a pararse y mirar.
Tras la ascensi¨®n, el espect¨¢culo: un mirador de 360 grados. Montju?c, Collserola, toda Barcelona y hasta Montseny en d¨ªas claros. ¡°En enero, en d¨ªas despejados se perfila Mallorca¡±, apunta Vilanova, que ya ha perdido la cuenta de las veces que ha subido y bajado esos 303 escalones.
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