¡°Hemos llevado la moda del ¡®best seller¡¯ a Sant Jordi¡±
Daura avisa que el fen¨®meno del 'best seller' ha pervertido la din¨¢mica al centrarse las ventas en apenas cinco t¨ªtulos
Antoni Daura lleva desde febrero de 2010 como presidente del Gremio de Libreros de Catalu?a y 26 a?os en el oficio en un establecimiento hist¨®rico de Manresa, Parcir, pero no recuerda una crisis en el sector como la del a?o pasado. ¡°Las ventas bajaron el 20% de media y este primer trimestre ya hemos ido para atr¨¢s casi un 5%. Son cifras de hace 10 a?os¡±, admite desde el peque?o despacho de la entidad.
La primera gran se?al de alarma se produjo hace ahora justo un a?o, con la Diada de Sant Jordi, que entre la crisis y que cay¨® en s¨¢bado de Semana Santa contrajo la facturaci¨®n hasta los 17 millones de euros, la misma cifra que, precavidos, esperan alcanzar en una jornada que, contexto econ¨®mico al margen, tampoco presenta un gran libro superventas que tire del carro. Al parecer, un arma comercial que se ha vuelto un boomerang. ¡°Hace una docena de a?os los editores descubrieron que determinados libros con gran capacidad medi¨¢tica ayudaban a los compradores pocos habituales a decidirse en la Diada; eso no fue mal un tiempo, pero ahora se ha acostumbrado mal al comprador y se ha pervertido el sistema porque en la festividad se concentra todo en apenas cinco t¨ªtulos, produci¨¦ndose ese fen¨®meno tan nuevo de que algunos libros ya no los encuentras en ning¨²n puesto a media ma?ana porque se rompen los stocks muy deprisa. Hemos llevado la moda del best seller a Sant Jordi¡±.
Ese fen¨®meno, unido a la incipiente implantaci¨®n del libro digital y su futura distribuci¨®n, refuerza la sensaci¨®n de que nunca como hasta ahora el librero hab¨ªa estado en manos del editor. Daura es consciente de ello, pero cree que tienen un as en la manga. ¡°Si el editor pasa de la red de librer¨ªas, el libro quedar¨¢ en manos de las multinacionales del sector de la distribuci¨®n, las grandes superficies y los grandes operadores como Amazon y Google. Y esos impondr¨¢n sus reglas y les limitar¨¢n qu¨¦ editar, c¨®mo y cu¨¢ndo¡±. La simbiosis parece obligada. ¡°No somos ilusos y sabemos que los nuevos editores j¨®venes miran m¨¢s las cuentas de resultados que otra cosa, pero creo que nunca antes hab¨ªamos estado tan cerca de la necesidad de no agresi¨®n¡±.
Una pinza formada por la crisis y por la dificultad de encontrar un relevo a los libreros que arrancaron sus negocios en el estallido de libertad del tardofranquismo y la primera democracia en los a?os setenta est¨¢ fustigando al sector, lo que en el gremio se ha traducido en un descenso del 10% del n¨²mero de afiliados (no alcanza los 300) y ha comportado la desaparici¨®n de tiendas hist¨®ricas como ?ncora y Delf¨ªn, y la amenaza de cierre por falta de continuadores. ¡°Una librer¨ªa nunca han sido un gran negocio, sino una manera de vivir; los libreros del tipo de la Cueva de Zaratustra [de Luces de bohemia] est¨¢n muriendo para ir dando paso a un profesional que gestione m¨¢s con la cabeza que con el coraz¨®n; una librer¨ªa hoy ya no se puede llevar como hace 20 a?os; no podemos esperar a que la gente entre en nuestra tienda, hemos de convertirlas en espacios de dinamizaci¨®n y promoci¨®n cultural; es nuestra salvaci¨®n como profesionales¡±.
¡°Si no remontamos, veremos en un a?o el cierre de muchas librer¨ªas¡±
?Y eso pasa por convertirlas en un centro cultural donde se vendan otros productos culturales y se pueda hasta comer, como apunta la v¨ªa iniciada por La Central con el apoyo de la editorial Feltrinelli? ¡°Los libreros tendremos que entrar en pol¨ªticas de marketing, pero se debe hacer de otro modo; tocamos materia que es delicada por lo cultural, por lo que no podemos machacar el mercado; hemos de ser m¨¢s atractivos para la sociedad, pero valorizando valor nuestro trabajo, y conseguir un n¨²cleo de simpatizantes m¨¢s estables¡±. ?Simpatizantes? ¡°La librer¨ªa barcelonesa Negra y Criminal ha pedido a sus clientes que hagan alg¨²n tipo de aportaci¨®n econ¨®mica a cambio de algunas ventajas¡ quiz¨¢ la sociedad tendr¨¢ que hacer un plus con las librer¨ªas, serles m¨¢s fiel de alguna manera; igual que no paga lo mismo por un refresco en un supermercado que en un restaurante, la asesor¨ªa de un profesional, tener Internet o poder tomar un caf¨¦ tiene su precio¡±.
Daura no ve mal la iniciativa que La Central, junto con Feltrinelli, iniciar¨¢ en oto?o en Madrid con su tienda de 1.200 metros cuadrados y restaurante, si bien la califica de arriesgada ¡ª¡°que nos tengan que sacar las casta?as del fuego los de fuera no es muy bueno¡±¡ª, pero cree que la salida del sector tampoco es unidireccional: ¡°No creo que todas las librer¨ªas debamos tener una cafeter¨ªa¡±. Tampoco piensa que sea un sacrilegio vender productos que no sean libros: ¡°No hace tantos a?os era casi impensable que una librer¨ªa no tuviera papeler¨ªa¡±, pero s¨ª tiene claro que ¡°puede haber librer¨ªas que no hagan nada, pero todas no pueden no hacer nada¡±. En esa l¨ªnea est¨¢ la iniciativa de crear una plataforma digital conjunta de libreros independientes catalanes (medio centenar) que, con el apoyo de la mayor distribuidora de libros electr¨®nicos, Libranda, permitiera una base conjunta potente ¡°para equipararse con otras del mercado¡±.
Otra gran iniciativa es la Escuela de Librer¨ªa, que estrenar¨¢ curso en septiembre en la Universidad de Barcelona y que, por las respuestas recibidas, empezar¨ªa con una treintena de alumnos. Hay que moverse. ¡°Si no somos capaces de adaptarnos e innovar, sufriremos mucho; si no remontamos en 10 o 12 meses, veremos muchos cierres de librer¨ªas, tanto de peque?as y medianas ¡ªporque no se nos conceden p¨®lizas de cr¨¦dito¡ª como de las grandes, por sus estructuras; hasta ahora las heridas son graves, pero se pueden resta?ar; dentro de un a?o habr¨¢ v¨ªctimas con males irreversibles¡±.
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