75 a?os despu¨¦s sigue la pol¨¦mica sobre la masacre
Mees: ¡°El compromiso de la Legi¨®n C¨®ndor fue total¡± Goiogana: ¡°Franco quiso hacer limpieza con el adversario"
El pr¨®ximo jueves se cumplen 75 a?os desde el bombardeo de Gernika. Aquel tr¨¢gico 26 abril de 1937 la poblaci¨®n indefensa de la villa es atacada por la aviaci¨®n alemana y los Junker 52 y Heinkel III; en menos de tres horas arrasan, incendian y destruyen la villa hist¨®rica de los vascos. Se desconoce si se sabr¨¢ el n¨²mero exacto de v¨ªctimas. Recordemos que estamos en plena Guerra Civil y que las tropas franquistas han iniciado la ofensiva hac¨ªa Bilbao.
Pregunta. ?En qu¨¦ contexto pol¨ªtico y militar se produce el dram¨¢tico acontecimiento?
I?aki Goiogana
I?aki Goiogana (Bilbao, 1962) es licenciado en Historia y archivero del Archivo el Nacionalismo de la Fundaci¨®n Sabino Arana. Coautor de libros como El primer exilio de los vascos. Catalu?a 1937-1939, con Gregorio Arrien, Galindez: la tumba abierta. Guerra exilio y frustraci¨®n, con I?aki Bernardo, se encarg¨® de la edici¨®n facs¨ªmil de los diarios el lehendakari Aguirre de 1941 y 1942, que la fundaci¨®n public¨® el pasado a?o. Es autor de numerosos art¨ªculos y trabajos tanto en euskera como en castellano.
Ludger Mess. Hay que situarlo dentro del marco de la pol¨ªtica europea y dentro del transcurso de la Guerra Civil en Espa?a en general, y en Euskadi en particular. Estamos viviendo en esos momentos el auge de un movimiento fascista que ya ha llegado al poder, no solamente en Italia, sino tambi¨¦n en Alemania con el r¨¦gimen de Hitler, que desde el primer momento ya est¨¢ planificando la conquista de Europa, y programando la maquinaria b¨¦lica para ello, as¨ª como testando nuevas armas. Por lo tanto, desde el primer momento el compromiso de la Legi¨®n C¨®ndor en la guerra espa?ola, como entonces se llamaba, era de primera l¨ªnea. Hoy, se sabe que los alemanes militarmente involucrados durante la guerra fueron unas 25.000 personas.
I?aki Goiogana. Es evidente que la Guerra Civil espa?ola no es solo una guerra entre los contendientes directos. Es una guerra europea que trasciende de las fronteras con unas fuerzas extranjeras que est¨¢n prepar¨¢ndose para una guerra posterior en una Europa cada vez m¨¢s polarizada; por una parte, por el totalitarismo sovi¨¦tico y por otra, por Italia, Alemania y tambi¨¦n Portugal. En esa lucha se enfrentan muchos intereses. Y luego, la guerra que se libra en Espa?a es una guerra de limpieza. Franco no hace una guerra para que sea la m¨¢s corta posible y alcanzar el poder. Quiere hacer limpieza. Las intenciones estrat¨¦gicas o militares que pudieran tener los alemanes o los italianos para preparar y probar nuevas armas y nuevas t¨¢cticas de guerra, se juntan con la idea que ten¨ªa Franco de eliminar al adversario. Y en Gernika se dan esas dos intenciones.
Ludger Mees
Ludger Mees (Essen, Alemania, 1957) reside en Euskadi desde hace dos d¨¦cadas. Doctor en historia por la Universidad de Bielefeld, en su pa¨ªs natal, actualmente es catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea en la UPV, de la que fue vicerrector entre los a?os 2004 y2009. Es coautor, con Santiago de Pablo y Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez Ranz, de El p¨¦ndulo patri¨®tico una de las mejores historias del PNV, y autor de otros libros como El profeta pragm¨¢tico, Aguirre, el primer lehendakari.1939-1960.
P. Pero, ?cu¨¢l era el objetivo de la intervenci¨®n de la Legi¨®n C¨®ndor, sabiendo que Gernika no era ninguna prioridad militar?
L. M. Las fuentes con las que contamos son un tanto contradictorias. No encontraremos un documento en el que alguien nos diga: ¡°Vamos a bombardear Gernika, por tal o cu¨¢l raz¨®n¡±. Hay que juntar las diferentes fuentes que conocemos y montar nuestra propia pel¨ªcula. Evidentemente, nos damos cuenta que Gernika no es un lugar de importancia estrat¨¦gica militar en la guerra. Si es verdad, que con la destrucci¨®n del puente de Renter¨ªa quer¨ªan eliminar la posibilidad de retirada del Ej¨¦rcito vasco hac¨ªa Bilbao, para protegerse detr¨¢s del Cintur¨®n de Hierro. En ese sentido, s¨ª hay alg¨²n objetivo militar m¨ªnimo, y en ese momento solo hay in situ una unidad de gudaris, junto con miles y miles de refugiados en su mayor¨ªa vizca¨ªnos y guipuzcoanos. Por otra parte, vemos que el puente no se destruye y se usa en el bombardeo toneladas de artefactos incendiarios. Se junta la idea estrat¨¦gica y la idea de sembrar el terror en una poblaci¨®n, y romper la moral y resistencia de los republicanos vascos.
I. G. Eso estaba teorizado desde antes. Incluso, desde la Primera Guerra Mundial ya que hay intentos de bombardeos masivos sobre Londres que no se hacen por imposibilidad f¨ªsica. Pero en la posguerra de esa primera gran contienda hay te¨®ricos militares que optan por ello, al adelantar que la aviaci¨®n va a ser el arma del futuro, y podr¨¢ utilizarse para desmoralizar a la poblaci¨®n con bombardeos de retaguardia. Y aqu¨ª se experimenta, tanto en Durango como en Gernika. Est¨¢n experimentando, como antes hicieron en los territorios coloniales.
P. Al referirnos a la ausencia de documentaci¨®n, eso impide saber qui¨¦n dio la orden de bombardear Gernika; si Franco est¨¢ al corriente y de acuerdo, si Berl¨ªn apoya la decisi¨®n¡ Sigue siendo dif¨ªcil ver la luz sobre una decisi¨®n que fue hist¨®rica.
L. M. Si juntamos los datos que tenemos, podemos llegar a una interpretaci¨®n veros¨ªmil de los hechos. Pero lo que quer¨ªa decir es que no existe un documento concreto donde aparece la orden.
I. G. Eso no se organiza de un d¨ªa para otro, y no puede ser decisi¨®n de cualquiera movilizar tantos aviones, tanta fuerza. Y adem¨¢s, si hubiera sido capricho de alguien se supone que le tendr¨ªan que castigar o por lo manos desautorizar.
P. Posteriormente, si parece que hay un inter¨¦s en mentir, tapar o por lo menos en eludir la responsabilidad del bombardeo. El propio Franco en su discurso del 18 de julio de 1938 dijo: ¡°los que destruyeron Guernica no tienen derecho a hablar de patria¡±.
L. M. Sabemos c¨®mo funcionaba la estructura de mando de la aviaci¨®n en la ofensiva del norte. Y sabemos, de facto, que la Legi¨®n C¨®ndor y los alemanes eran los m¨¢ximos responsables, tambi¨¦n de la aviaci¨®n italiana y de la espa?ola. Incluso, Von Richthofen, comandante en jefe de la Legi¨®n C¨®ndor, al ¨²nico al que deb¨ªa rendir cuentas, era al propio Franco. Y ah¨ª es donde, por deducci¨®n l¨®gica, llegamos a la conclusi¨®n de que es imposible que alguien tome unilateralmente una decisi¨®n de tal calibre con semejantes competencias sin que el otro haya dado su benepl¨¢cito y aprobaci¨®n. Ah¨ª, tambi¨¦n, enlazamos con la segunda cuesti¨®n, muy debatida, de que todo se hizo porque los alemanes sab¨ªan que Gernika era la ciudad sagrada de los vascos y si se la golpeaba dol¨ªa mucho m¨¢s. Pero, aunque en el diario de von Richthofen no hay ninguna menci¨®n al respecto, la idea del valor simb¨®lico de Gernika si est¨¢ presente antes del acontecimiento.
P. Hay una evidente necesidad de falsificar la realidad, y as¨ª por ejemplo, el parte del aeropuerto de Vitoria fechado el 27 de abril dice que no ha habido ning¨²n movimiento de vuelos por causas de mal tiempo. Pero en realidad es un parte del 27 y el bombardeo ocurre la v¨ªspera.
I. G. Se les va de la mano. En aquel momento no pod¨ªan decir que hab¨ªan sido los alemanes porque est¨¢bamos en la pol¨ªtica del Pacto de No Intervenci¨®n y se supon¨ªa que aqu¨ª no hab¨ªa soldados del Tercer Reich, ni italianos, y lo negaban. Se sab¨ªa que hab¨ªa brigadistas pero la propaganda era que se fueran de Espa?a porque la guerra era asunto de espa?oles. Incluso el general Mola afirma que la aviaci¨®n espa?ola no necesita de aviadores extranjeros. Y se les va de las manos porque la informaci¨®n es transmitida por periodistas anglosajones testigos, como George Steer o Noel Monks, que relatan los hechos. Entonces, no pueden reconocer su autor¨ªa porque el esc¨¢ndalo es mundial.
L. M. El lado simb¨®lico si est¨¢ ah¨ª, y est¨¢ pensado. Pero no hay una raz¨®n ¨²nica para destruir Gernika. Se da un conjunto de factores que determinan que al final va a ser Gernika. Sabemos que la primera v¨ªctima de cualquier guerra siempre es la informaci¨®n. Ah¨ª, las fuentes s¨ª son claras, y aunque los alemanes est¨¢n un poco en segundo plano, porque tampoco pueden decir que han participado, si instan a Franco a insistir m¨¢s en la versi¨®n oficial.
P. De todas formas, si sorprende la repercusi¨®n a nivel internacional.
L. M. Dos factores pesan mucho. Uno es, cosa que no pas¨® en Durango por ejemplo, que en Gernika hay testigos extranjeros. Steer tiene mucha influencia y gracias a ¨¦l la destrucci¨®n de Gernika adquiere a nivel internacional unas caracter¨ªsticas claras. Y en segundo lugar, insisto, en el significado simb¨®lico de la villa. Existen filmaciones hechas por ambos lados. En uno de los documentales filmados por las tropas franquistas ellos mismos achacan a los rojos el incendio de Gernika, y utilizan la misma terminolog¨ªa que los nacionalistas hablando de la ciudad santa de las libertades vascas. Reconocen su car¨¢cter simb¨®lico.
I. G. Uno de los que entra en Gernika es Del Burgo, y ¨¦l es quien ordena que haya una guardia en la Casa de Juntas, porque ha o¨ªdo que de San Sebasti¨¢n ha salido una partida de falangistas para destrozarla. El jefe requet¨¦ piensa que esa acci¨®n entra dentro de lo posible. Para Del Burgo y sus carlistas, Gernika es tambi¨¦n la villa de los Fueros, es decir, un gran s¨ªmbolo como para los nacionalistas.
P. ?Y mientras tanto cu¨¢l es la postura del gobierno de Berl¨ªn?
L. M. Alemania en ese momento niega cualquier participaci¨®n y por los documentos que conocemos, hoy en d¨ªa, en los primeros momentos interviene ante Franco para que ponga m¨¢s ¨¦nfasis en la idea de que han sido los propios rojos los que han destruido Gernika. Recordamos de nuevo que Alemania formalmente no est¨¢ participando en la Guerra Civil, por tanto, tampoco puede entrar en detalles ni pronunciarse oficialmente o diplom¨¢ticamente.
I. G. Los alemanes dicen que como ellos no est¨¢n en Espa?a una de las razones para afirmar que ellos no han sido, es que desde Berl¨ªn no pueden mandar aviones hasta Gernika y regresar porque no tienen suficiente autonom¨ªa.
L. M. Esto cambia a?os despu¨¦s, cuando durante el juicio de Nuremberg, el mariscal Goering difunde esa otra versi¨®n, tambi¨¦n unilateral y simplista, al decir que aquello sirvi¨® para testar nuevas bombas y las estrategias de la aviaci¨®n alemana. Sabemos que es uno, pero no el ¨²nico motivo.
P. Lo que no se ha podido aclarar es la cifra exacta de v¨ªctimas, que tambi¨¦n durante muchos a?os fue objeto de pol¨¦mica. Hoy en d¨ªa, ?en qu¨¦ cifras nos podemos basar?
I. G. Recientemente se ha publicado en Gernika un libro sobre el tema, pero no se va a saber nunca el n¨²mero exacto de v¨ªctimas. Imposible. Porque en otras poblaciones como Durango donde el Gobierno vasco pudo contar, tampoco se supo el n¨²mero exacto. En Gernika que al d¨ªa siguiente fue tomada por los que la hab¨ªan bombardeado con la intenci¨®n de ocultar todo aquello, tampoco ha sido posible, ni es, ni ser¨¢.
L. M. Ya sabemos por lo menos, que los extremos hay que descartarlos, tanto los n¨²meros que dio al principio el Gobierno vasco de 1.654 v¨ªctimas, y luego las fuentes cercanas al franquismo que afirmaban que all¨ª no muri¨® pr¨¢cticamente nadie, solo unas decenas. Hoy en d¨ªa, y por las fuentes comprobadas las cifras nos acercan a unas 200 personas identificadas. Adem¨¢s de las desaparecidas y cuerpos quemados. Es imposible saber.
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