El comienzo
Antonio Basagoiti est¨¢ siendo estos d¨ªas foco de censura por unas desafortunadas declaraciones suyas sobre el lehendakari. Antonio Basagoiti resulta a veces algo lenguaraz, incluso algo tosco; digamos que tiene un ¡°toque¡±, una marca de car¨¢cter que tal vez le aporte parabienes y le haga resultar ingenioso en su c¨ªrculo de amistades, pero que debiera aprender a reprimir, o a estilizar, cuando ejerce de presidente de su partido.
Antonio Basagoiti pelea contra corriente, y lo hace contra esa opini¨®n f¨¢cil, generalizada y maniquea, tan com¨²n en nuestra sociedad, para la que el salvoconducto antiPP supone una garant¨ªa de respetabilidad y de hallarse en el sitio correcto, pues en lo que denominar¨¦ nuestra correcci¨®n antropol¨®gica, ya que no ser¨ªa del todo exacto llamarlo correcci¨®n institucionalizada, hay grados de aceptaci¨®n, y el ¨ªnfimo es el que se?ala a las cercan¨ªas del PP, sea cual sea la l¨ªnea pol¨ªtica que adopte este partido.
Pero Antonio Basagoiti pelea tambi¨¦n contra corriente ante muchos de sus votantes potenciales, ciudadanos que en ¨¦pocas no lejanas votaron a su partido ¡ªlleg¨® a rondar las 300.000 papeletas¡ª y ahora no lo hacen, tal vez porque les cueste comprender la actitud renovadora de su actual equipo dirigente y de su presidente. Y en esa pelea contra corriente, Basagoiti est¨¢ realizando una tarea encomiable, de ah¨ª que sea penoso que con sus gracietas extempor¨¢neas llegue a arruinar todo su capital pol¨ªtico.
Basagoiti fue generoso al apoyar al Gobierno de Patxi L¨®pez sin contraprestaci¨®n alguna, y sin ninguna rentabilidad pol¨ªtica, como se ha podido apreciar. Es posible que muchos de sus votantes potenciales no se lo hayan perdonado. Y aunque no le guste que el lehendakari critique la pol¨ªtica de recortes de Rajoy ¡ªcr¨ªtica que a m¨ª me parece leg¨ªtima¡ª es evidente que el PP vasco, bajo su direcci¨®n, presenta ya unos rasgos clar¨ªsimos de autonom¨ªa frente a las que pudieran ser tendencias dominantes de su partido a nivel nacional.
Con ¨¦l y su equipo, el PP vasco ha pasado de ser el modelo de los recalcitrantes de su partido, y de todos sus cornetas y timbaleros, a ser considerado poco menos que claudicante. Y es que poco puede agradar a quienes tanto se empe?an estos d¨ªas en desmontar el Estado auton¨®mico un discurso como el reciente suyo en el Kursaal, Una Euskadi de todos, en el que defiende sin tapujos una ¡°Espa?a plural¡± y en el que aboga por el abandono de la divisi¨®n entre nacionalistas y constitucionalistas, entre autonomistas y abertzales, en defensa de una convivencia que implica trabajar por unir a los vascos, no por separarlos m¨¢s; en la que ¡°el modelo alternativo al nacionalismo encuentre puntos de encuentro con el nacionalismo y que el nacionalismo tambi¨¦n los encuentre con este modelo alternativo¡±. Basagoiti asegura que su discurso no es un discurso cualquiera, sino que supone el comienzo de una nueva etapa. Bien sea. Ahora s¨®lo le falta convencer a los suyos.
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